El Congreso de las tres hegemon¨ªas
Xi quiere culminar el sue?o de la modernizaci¨®n para que en 2050 China ocupe una posici¨®n hegem¨®nica a nivel global
Este ha sido, en primer lugar, el Congreso de los 30 a?os, que suman el plan en dos etapas en que China debe convertirse en un pa¨ªs rico y poderoso. Ese lapso secuencial marca la evoluci¨®n de la China contempor¨¢nea, primero con Mao, despu¨¦s con Deng Xiaoping. Ahora, Xi Jinping sugiere una estrategia que en un periodo equivalente permita culminar el sue?o chino de la modernizaci¨®n. En 2050, la China atrasada y d¨¦bil pasar¨¢ p¨¢gina y esa transformaci¨®n la abocar¨¢ a una posici¨®n hegem¨®nica a nivel global por m¨¢s que Pek¨ªn rechace cualquier prop¨®sito de dicha naturaleza. No ser¨¢ solo una primac¨ªa econ¨®mica sino que tendr¨¢ un reflejo creciente en todas las esferas del poder mundial. Y si las potencias de Occidente no le hacen un hueco, ella mismo se lo har¨¢ sin titubeos.
Si el Partido Comunista no tiene garantizada per se su hegemon¨ªa, como el propio Xi dijo en una ocasi¨®n, el ¨¦nfasis puesto en esta cita para disciplinarlo al m¨¢ximo y garantizar no solo su pulcritud sino la perseverancia en la observaci¨®n del camino trazado, le confiere una singular voluntad para conjurar cualquier desaf¨ªo a su liderazgo. Aquella China rica y poderosa no pretende ser ni ser¨¢ liberal; es m¨¢s, cabe esperar en los pr¨®ximos lustros una intensa re-ideologizaci¨®n en los t¨¦rminos m¨¢s cl¨¢sicos y tradicionales, descart¨¢ndose cualquier renuncia a sus fundamentos te¨®ricos originales. La afirmaci¨®n global del ¨¦xito chino llegar¨¢ de la mano de una reiteraci¨®n de que ello ha sido posible no en aplicaci¨®n de las recetas del liberalismo sino de una respuesta nacional basada en un marxismo que florece de nuevo en los discursos oficiales.
Por ¨²ltimo, Xi Jinping se asegur¨® una posici¨®n incontestable en el seno del Partido por una doble v¨ªa. En primer lugar, institucionalizando el ¡°xi¨ªsmo¡± como gu¨ªa ideol¨®gica para ese tercer tiempo que vivir¨¢ el pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os. En segundo lugar, desdibujando las fidelidades cl¨¢nicas y estableciendo una ¨²nica lealtad reconocible. No necesit¨® de subterfugios como arg¨¹ir una presidencia del Partido o siquiera insinuar una presidencia de la Comisi¨®n Militar Central m¨¢s all¨¢ de la culminaci¨®n de su segundo mandato. La composici¨®n del Comit¨¦ Permanente del Bur¨® Pol¨ªtico despeja obst¨¢culos y le facilitar¨¢ la implementaci¨®n de su programa sin la necesidad de atender tanto a las maquinaciones internas.
Al presidir una segunda transici¨®n sin sucesi¨®n definida, Xi Jinping recibir¨¢ el aplauso de quienes consideran que China necesita no ya un l¨ªder fuerte sino de hierro para conducir el ¨²ltimo y complejo tramo de la modernizaci¨®n. Por el contrario, no faltar¨¢ la preocupaci¨®n en aquellos, fundamentalmente los nacidos a partir de los a?os ochenta, que abrigan el temor de que el anunciado cierre de filas haga irrespirable una atm¨®sfera en la que, pese a sus l¨ªmites, hab¨ªan disfrutado de peque?os m¨¢rgenes de libertad.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China y autor de China Moderna.
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