Honduras: pistolas humeantes
El asesinato de la activista ambiental Berta C¨¢ceres es un emblema de impunidad
Parecer¨ªan hechos de tiempos idos en Am¨¦rica Latina, pero no lo son. El homicidio en marzo de 2016 de la defensora del medio ambiente Berta C¨¢ceres se ha convertido ya en un hecho emblem¨¢tico tanto sobre la impunidad, sobre los extremos a los que pueden llegar las tensiones sobre recursos naturales y derechos de los pueblos ind¨ªgenas y sobre ciertas articulaciones entre el poder de una empresa con autoridades. El informe preparado por un equipo internacional de abogados sobre estos hechos, que se conoci¨® el martes, es importante.
Berta C¨¢ceres era dirigente de la comunidad ind¨ªgena lenca y encabezaba la oposici¨®n a la construcci¨®n de una represa que una empresa, DESA, proyectaba construir en sus tierras como parte de un proyecto hidroel¨¦ctrico (Agua Zarca). Si bien representantes de la empresa han negado cualquier relaci¨®n con la muerte de C¨¢ceres, para el equipo de abogados es concluyente ¡°la participaci¨®n de directivos, gerentes y empleados de DESA; de personal de seguridad privada contratado por la empresa; de agentes estatales y de estructuras paralelas a las fuerzas de seguridad del Estado en actos delictivos anteriores, concomitantes y posteriores al asesinato¡±.
Si bien hay ocho sospechosos detenidos bajo investigaci¨®n, para el equipo de abogados se tratar¨ªa s¨®lo de operadores, pues se estar¨ªa ante una ¡°estructura criminal¡± formada por altos ejecutivos de la empresa, agentes estatales y pandillas criminales. Una de las familias m¨¢s poderosas e influyentes del pa¨ªs es la propietaria de la empresa desde 2011, por lo que el asunto distar¨ªa de ser uno meramente ¡°local¡±. Lo que el informe revela y los hechos que est¨¢n detr¨¢s plantea algunas reflexiones. ?Est¨¢ todav¨ªa Am¨¦rica Latina en una situaci¨®n en la que un grupo empresarial puede actuar con impunidad contra la vida de un dirigente social? ?Cu¨¢nto se ha avanzado en la regi¨®n en construir una relaci¨®n eficiente y democr¨¢tica entre los derechos ind¨ªgenas y los proyectos de inversi¨®n? Preguntas dif¨ªciles sobre las que se puede decir dos cosas.
En primer lugar, que estos hechos no deben hacer perder de vista que algo as¨ª no es ¡ªfelizmente¡ª normal y usual en la regi¨®n. En casi todos los pa¨ªses existe el reconocimiento de que los ind¨ªgenas deben ser consultados y en pr¨¢cticamente todos los ¡°manuales¡± de las grandes empresas mineras o petroleras ese principio est¨¢ all¨ª recogido. Asesinar dirigentes sociales cuestionadores no es, pues, ¡°pan de cada d¨ªa¡±.
Es un tema pendiente en la agenda de todos los pa¨ªses, por cierto, contar con instituciones p¨²blicas m¨¢s s¨®lidas y eficientes que lleven eficazmente a la pr¨¢ctica esos principios. Pero el hecho es que, formalmente, ya no se discute que los derechos de los ind¨ªgenas no pueden ser avasallados. Tema pendiente son las debilidades institucionales. Estas explican la alta tasa de conflictividad y el curso impredecible de los conflictos cuando est¨¢n de por medio muchos proyectos de inversi¨®n frente a un mundo ind¨ªgena con una creciente autopercepci¨®n de sus derechos.
En segundo lugar, relievar la gravedad de lo que viene ocurriendo en Honduras. Seg¨²n la ONG Global Witness, m¨¢s de 120 activistas ambientales han sido asesinados en el pa¨ªs desde el 2010, convirti¨¦ndolo en el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para los activistas del medio ambiente. Lo que el informe del equipo internacional de abogados pone sobre el tapete es que tras esta violencia habr¨ªa no s¨®lo sanguinarios apetitos empresariales, sino articulaciones con estructuras de poder estatal.
Reviven en la memoria, as¨ª, lo que parecer¨ªan tiempos idos en la historia de Am¨¦rica Latina. Entorno y contexto de articulaciones violentas y autoritarias entre una empresa privada y autoridades locales que nos remiten a dram¨¢ticos episodios narrados por la pluma de novelistas latinoamericanos como Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas o Miguel ?ngel Asturias.
Lo que viene ocurriendo en Honduras no es novela y pone lacerantemente de manifiesto las inevitables diferencias de ritmo en el proceso de democratizaci¨®n de la regi¨®n. Lo grave ¡ªe inaceptable¡ª es que en algunos pa¨ªses parezcan regir a¨²n reglas de ejercicio del poder profundamente autoritarias y violentas que deben ser seriamente investigadas y sancionadas para cortar ese inaceptable c¨ªrculo vicioso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.