Putin desaf¨ªa la doctrina Monroe
Rusia es c¨®mplice de un r¨¦gimen venezolano que por sus caracter¨ªsticas representa un inminente y real peligro para la paz y la seguridad internacional
"Am¨¦rica para los americanos", fue pieza fundamental de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos en relaci¨®n a Latinoam¨¦rica desde que el presidente James Monroe la anunci¨® en 1823 cuando su pa¨ªs no ten¨ªa, ni la fuerza ni los medios para implementarla frente a los poderes imperiales de la ¨¦poca.
Hoy, sin embargo, la naci¨®n norte?a convertida en la primera potencia mundial pareciera no estar interesada en aplicarla ante la creciente presencia e influencia de la Rusia de Putin en Venezuela. En efecto, 50 a?os despu¨¦s de la crisis de los misiles, Rusia ha regresado a buscar su lugar en las Am¨¦ricas. Ya no es solo Cuba su centro de inter¨¦s. Ahora lo es Venezuela convertida desde Hugo Ch¨¢vez en su aliado estrat¨¦gico con sus extraordinarias riquezas mineras y petroleras, y en especial por su ubicaci¨®n geogr¨¢fica cercana a Estados Unidos, y adem¨¢s est¨¢ subordinada a la tutor¨ªa pol¨ªtico y militar de Cuba. Su antigua aliada.
Veamos: Rusia no solo ejerce poder en la actividad petrolera en Venezuela, sino incluso en las operaciones de la empresa refinadora del Estado Venezolano CITGO en Estados Unidos, la cual procesa el 4% de la refinaci¨®n de ese pa¨ªs. Lo logra adquiriendo por medio de su empresa petrolera Rosneft el 49,9% de la compa?¨ªa. Si bien es cierto que esta nueva realidad ha despertado preocupaciones en el Congreso de Estados Unidos, lo que parece pasar desapercibido es que el desaf¨ªo ruso a la doctrina Monroe, no es solo en el control petrolero de Venezuela, lo cual comparte con China, el mayor acreedor de Venezuela. El mayor y m¨¢s peligroso desaf¨ªo es el apertrechamiento b¨¦lico sofisticado a un verdadero y reconocido narcoestado como es el caso actual de Venezuela.
Putin, conociendo la naturaleza criminal y delictiva del r¨¦gimen iniciado por Hugo Ch¨¢vez y continuado por Nicol¨¢s Maduro, es sin duda, c¨®mplice de un r¨¦gimen que por sus caracter¨ªsticas representa un inminente y real peligro para la paz y la seguridad internacional. A pesar de esta realidad, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, c¨²pula pol¨ªtica del mundo y precisamente encargada por su acta de esta responsabilidad, est¨¢ secuestrado por dos de sus miembros permanentes: China y Rusia que vetar¨ªan incluso incluir el tema en su agenda. El propio secretario general de la ONU, de acuerdo con el art¨ªculo 99 de la Carta de la ONU, podr¨ªa llamar la atenci¨®n del Consejo de Seguridad sobre el caso de Venezuela, sin embargo solo dos de sus predecesores se han atrevido a invocar este art¨ªculo: Hammarskjold y Waldheim.
Esta realidad hace poco viable que Naciones Unidas atienda con la urgencia que demanda que uno de sus pa¨ªses miembros se haya convertido ante los ojos del mundo en un narcoestado, hasta el punto de que el vicepresidente de Venezuela, Tarek el-Aisami, ha sido indiciado por la Secretar¨ªa del Tesoro de Estados Unidos como un importante narcotraficante y lavador de dinero. Un hijo adoptivo y un sobrino de Nicol¨¢s Maduro est¨¢n siendo procesados en un tribunal de Nueva York por narcotr¨¢fico. Un n¨²mero importante de generales han sido incluidos en la lista Clinton de narcotraficantes.
Siendo esta la realidad de la tragedia venezolana, solo la aplicaci¨®n de la doctrina Monroe, asociada al grupo de pa¨ªses de la regi¨®n m¨¢s importantes, llamado el Grupo de Lima puede intentar un desalojo del r¨¦gimen que tiene secuestrada a Venezuela pero que representa un grav¨ªsimo peligro para todas las Am¨¦ricas.
En este particular cabe recordar que Estados Unidos intervino en dos ocasiones en Venezuela. La primera, en 1895 cuando el presidente Grover Cleveland casi lleg¨® a un conflicto armado con Inglaterra para impedir que se apropiara de un territorio en controversia con Venezuela en la colonia brit¨¢nica de Guyana, y la segunda entre 1902 y 1903 cuando el presidente Theodore Roosevelt hizo que Alemania, Inglaterra e Italia levantaran el bloqueo naval que le hab¨ªan impuesto a Venezuela para el cobro de la deuda de su Gobierno.
Es cierto que la doctrina Monroe y sobre todo su llamado corolario Roosevelt, implicaba, una especie de carta blanca para la intervenci¨®n de Estados Unidos en la regi¨®n, pero ambas intervenciones coincidieron tanto con el inter¨¦s de Estados Unidos de hacer respetar su doctrina por los poderes europeos, como en el de la propia Venezuela indefensa ante el Imperio brit¨¢nico. As¨ª justamente est¨¢ Venezuela nuevamente, ocupada por cubanos, rusos, chinos y afiliados a las peores causas de la humanidad en materia de terrorismo y de narcotr¨¢fico.
En las circunstancias actuales, el presidente de Estados Unidos podr¨ªa agregarle su propio corolario Trump de que su Gobierno compartir¨ªa responsabilidades con los de la regi¨®n para impedir que algunos de ellos pueda convertirse en un narcoestado. En este sentido, leer la intervenci¨®n del presidente Grover Cleveland ante el Congreso de su pa¨ªs puede inspirarle y animarle. Cleveland dijo: ¡°El mantenimiento de la doctrina Monroe es vital para nuestro pueblo y nuestro Gobierno, para la paz y la seguridad de nuestra naci¨®n. No hay ninguna calamidad mayor para una gran naci¨®n que iguale a aquella que signifique una sumisi¨®n supina ante la injusticia, y la consecuente p¨¦rdida de dignidad y honor nacional¡±. Ayer era ante el Imperio brit¨¢nico. Hoy, ante la Rusia de Putin.
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