La victoria dem¨®crata en Nueva York, Virginia y Nueva Jersey abre la primera fisura electoral de la era Trump
Las fuerzas progresistas se afianzan y muestran que el trumpismo sin Trump puede ser vencido
Donald Trump tuvo que celebrar el aniversario de su victoria electoral con un trago amargo. Los republicanos perdieron los comicios del martes en Nueva York, Virginia y Nueva Jersey. Una triple derrota esperable, pero cargada de simbolismo. Tras un a?o de sinsabores, los dem¨®cratas pudieron por primera vez cantar victoria y demostrar que el trumpismo sin Trump puede ser vencido. La vista ahora est¨¢ puesta en las elecciones legislativas y estatales de 2018.
Los dem¨®cratas estaban exultantes. Un fracaso habr¨ªa supuesto una humillaci¨®n dif¨ªcil de superar. Despu¨¦s de un a?o de traves¨ªa del desierto, el partido de Barack Obama e Hillary Clinton a¨²n carece de l¨ªder y, pese a las turbulencias presidenciales, las encuestas no pronostican ning¨²n vuelco.
En este horizonte, el triple triunfo aport¨® a los dem¨®cratas nuevas energ¨ªas. Euf¨®ricos, los vencedores quisieron darle a su avance relevancia nacional y convertirlo en un test de las elecciones del 6 de noviembre de 2018, donde se renueva toda la C¨¢mara de Representantes, un tercio del Senado y 39 gubernaturas. ¡°Ha sido un refer¨¦ndum sobre los valores americanos¡±, sentenci¨® el presidente del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata, Tom P¨¦rez.
La euforia posiblemente fuera excesiva. En ninguna de las contiendas, el triunfo trastoc¨® las expectativas. En los tres enclaves ya hab¨ªa ganado Clinton durante las presidenciales, y en dos (Nueva York y Virginia) gobernaban los dem¨®cratas. A¨²n as¨ª, cada victoria trajo una peque?a guinda que los progresistas disfrutaron con regocijo.
En Nueva York, el alcalde, Bill de Blasio, aplast¨® a su oponente. Logr¨® la reelecci¨®n con el 66,5% del voto frente al 28% de su rival republicana, Nicole Malliotakis. El ¨¦xito le sit¨²a como el primer dem¨®crata que revalida el puesto en la megal¨®polis desde Ed Koch (1979-1989).
M¨¢s puntiaguda fue la victoria en Virginia (8,5 millones de habitantes), un Estado que se mira con lupa por su capacidad de ¨®smosis con la pol¨ªtica nacional. Las encuestas se hab¨ªan mostrado hasta cierto punto dubitativas y la agresiva campa?a del aspirante republicano Ed Gillespie logr¨® revivir escenas trumpianas.
En su carrera a gobernador, este antiguo lobista y consejero de George Bush hijo desarroll¨® un doble juego. Por un lado, evit¨® estar junto a Trump en las presidenciales y limit¨® su apoyo a socorridos tuits; por otro, absorbi¨® hasta el tu¨¦tano el discurso del multimillonario republicano y no dej¨® de atacar la inmigraci¨®n, apoyar los monumentos a h¨¦roes confederados y criticar a los jugadores negros de la liga de f¨²tbol americano que se arrodillan durante los partidos en protesta por los abusos policiales.
Pero duplicar a Trump sin Trump no le benefici¨®. Su rival dem¨®crata, el vicegobernador Ralph Northam, aprovech¨® el encono que despierta el presidente en su Estado. En una campa?a sosegada, este antiguo m¨¦dico y veterano de la Armada mantuvo el discurso progresista y gan¨® por nueve puntos de diferencia.
Ed Gillespie worked hard but did not embrace me or what I stand for. Don¡¯t forget, Republicans won 4 out of 4 House seats, and with the economy doing record numbers, we will continue to win, even bigger than before!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 8, 2017
Esta derrota republicana irrit¨® al propio Trump. Nada m¨¢s conocerse el resultado, el presidente marc¨® distancias con el perdedor: ¡°Ed Gillespie trabaj¨® duramente pero no se sum¨® a m¨ª ni a lo que represento¡±, tuite¨® desde Corea del Sur.
La victoria que redonde¨® la alegr¨ªa dem¨®crata la dio Nueva Jersey (9 millones de habitantes). Ah¨ª, el exfinanciero de Goldman Sachs y antiguo embajador Philip Murphy venci¨® por 13 puntos al lugarteniente del gobernador republicano Chris Christie. Si una vez el nombre de Christie son¨® como posible aspirante presidencial, sus tumbos y deslices pronto lo menguaron. Su ¨²ltimo esc¨¢ndalo ocurri¨® en julio pasado cuando tras cerrar una playa al uso p¨²blico, acudi¨® ¨¦l con su familia a ocuparla. Su imagen con gorra y arrellanado en una sillita pulverizaron su futuro por muchos a?os.
Las victorias evidenciaron lo que ya se sab¨ªa: que los dem¨®cratas son una fuerza formidable, con un absoluto dominio del voto urbano, pero que falla en el espacio rural. Ah¨ª donde late la Am¨¦rica profunda, a¨²n mandan los republicanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.