¡°Las estrategias del plan de Obama para la obesidad infantil a¨²n son ¨²tiles¡±
La experta en Salud Global pide una alianza entre diplom¨¢ticos y sanitarios
Despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os en Estados Unidos, la "madrile?a aunque nacida en Hamburgo" Cristina Rabad¨¢n-Diehl, de 55 a?os, es una observadora privilegiada de la sanidad del pa¨ªs donde vive, y, como directora para las Am¨¦ricas de la Oficina de Asuntos Globales del Departamento de Salud de EE UU, tambi¨¦n de la situaci¨®n mundial. Profesora adjunta de Salud P¨²blica en la Universidad George Washington, combina en la entrevista la libertad de los acad¨¦micos con la diplomacia de quien ostenta un cargo p¨²blico.
Pero la obesidad infantil es un problema mundial, y no puede evitar que se pase de contemplarla como un ejemplo de la mundializaci¨®n de la enfermedad?¨Cde las cr¨®nicas no transmisibles, como las cardiovasculares, el c¨¢ncer y la diabetes¨C a que se discuta la situaci¨®n actual del plan Let's move (Mov¨¢monos), todo un emblema del anterior presidente de EE UU, Barack Obama, destinado a combatir lo que ya se considera una epidemia. "La obesidad infantil no es una amenaza, ya es un problema real en todos los pa¨ªses ricos, sobre todo porque es un factor de riesgo clave para desarrollar diabetes tipo 2. Antes, ve¨ªamos esta enfermedad en personas de 50 a?os, ahora ya la observamos en adolescentes y preadolescentes, y su gran riesgo es que muchas personas en edades productivas, de treinta y tantos, la van a tener", afirma.
Este es el planteamiento general al que Obama quiso hacer frente. "El programa Let's move tuvo bastante ¨¦xito. Logr¨® conseguir una estabilizaci¨®n del aumento de la obesidad infantil", afirma. "Fue bastante estrat¨¦gico en el establecimiento de alianzas p¨²blico-privadas, con Estados, municipios, escuelas, con medidas pol¨ªticas a nivel local y regional destinadas a favorecer la actividad f¨ªsica, la creaci¨®n de entornos saludables y seguros para los ni?os, y alianzas con grupos sociales y religiosos", valora Rabad¨¢n-Diehl. No hace falta que se haga hincapi¨¦ en ello, pero la propia experta se da cuenta de que habla "en pasado": con la victoria de Donald Trump, el impulso del Gobierno federal al plan ha acabado. Pero ella saca a relucir su diplomacia y su optimismo. "Aunque haya terminado a nivel federal, sus estrategias siguen siendo ¨²tiles. En el sistema sanitario de Estados Unidos, un porcentaje muy peque?o depende del Gobierno federal, la mayor parte de la responsabilidad recae en los Estados", afirma, aunque admite que la p¨¦rdida del impulso de la Casa Blanca puede suponer un problema.
Est¨¢ m¨¢s c¨®moda Rabad¨¢n-Diehl cuando se trata de la salud mundial, un terreno en el que la obesidad infantil es, tambi¨¦n, un ejemplo de lo que sucede: "La separaci¨®n entre pa¨ªses ricos con enfermedades cr¨®nicas no transmisibles y otros en v¨ªas en desarrollo con enfermedades infecciosas ha desaparecido", afirma. Alrededor de los ochenta ya se vio en algunos estudios, como uno realizado en una zona de Banglad¨¦s, que las enfermedades no transmisibles ya eran la primera causa de muerte, cuando en los setenta a¨²n lo eran las diarreas asociadas a infecciones, explica. "Hoy, el 70% de la mortalidad global se debe a enfermedades cr¨®nicas no transmisibles, y, de estas, el 80% suceden en pa¨ªses en v¨ªas en desarrollo", afirma. Mientras, emergencias como la del virus del Zika o el ¨¦bola son se?ales de que en los pa¨ªses ricos puede haber infecciones emergentes y reemergentes.
Enfrentar esta situaci¨®n obliga m¨¢s que nunca a potenciar el asunto sobre el que Rabad¨¢n-Diehl dirigi¨® un taller el lunes en la Escuela Nacional de Sanidad de Madrid: la diplomacia y la salud global. Cuando las principales amenazas eran virus y bacterias, la necesidad de una cooperaci¨®n internacional era clara: hab¨ªa que parar la transmisi¨®n, poner barreras. Pero hoy, con el predominio de otro tipo de patolog¨ªas, las interacciones son igualmente fuertes, aunque sean menos visibles a primera vista.?
De nuevo, la obesidad infantil es un ejemplo. "La salud est¨¢ ligada a tantos sectores, que todos somos diplom¨¢ticos, negociadores", afirma la experta en salud global. El primer abordaje, admite, es el econ¨®mico. Controlar la comida basura "afecta a la econom¨ªa de mercado" y a las relaciones internacionales, porque hoy d¨ªa los mercados son globales. Pero, tambi¨¦n, hay que acordar cuestiones como el etiquetado, donde influyen aspectos como las leyes de propiedad intelectual y de defensa del consumidor. Todo ello son aspectos que hay que negociar, en los que unos pueden aprender de otros. Y esta no es tarea solo del personal de una embajada, afirma, aunque deben implicarse tambi¨¦n.
Por eso, Rabad¨¢n-Diehl anuncia como un ¨¦xito que el lunes se alcanz¨® un acuerdo entre la Escuela Nacional de Sanidad y la Escuela Diplom¨¢tica para trabajar conjuntamente. "Hay que formar a los profesionales sanitarios y a los diplom¨¢ticos para que sean capaces de entrar en conversaciones globales", afirma, y se?ala la oportunidad de la conferencia sobre enfermedades cr¨®nicas no transmisibles que la ONU ha anunciado para septiembre del a?o que viene. "Ser¨¢ la tercera vez que se trate a este nivel un asunto de salud, despu¨¦s de la del sida de hace unos a?os y la de 2011 ", que tambi¨¦n fue sobre este mismo grupo de enfermedades. Solo alcanzando acuerdos globales se podr¨¢ tener ¨¦xito en este campo, asegura.? ?
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