Macron ensaya un giro social tras las acusaciones de ser el presidente de los ricos
El presidente franc¨¦s visita varias ciudades y barrios perif¨¦ricos, donde vive la otra Francia
Presidente de los ricos y neoliberal son algunos de los descalificativos que ha recibido el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, desde que en mayo lleg¨® al poder. Sus pol¨ªticas econ¨®micas, escoradas a la derecha, y el timbre elitista de su discurso amenazan con desconectarlo de las clases populares del pa¨ªs de las banlieues, o barrios perif¨¦ricos, y de las ciudades de provincia, la de los perdedores de la globalizaci¨®n. En una gira de dos d¨ªas por las banlieues y ciudades perif¨¦ricas, Macron se ha acercado a esta otra Francia combinando medidas sociales y ret¨®rica liberal.
No es un cambio de rumbo para Macron, sino m¨¢s una modificaci¨®n en el acento de la pol¨ªtica de un presidente "ni de izquierdas ni de derechas" que gan¨® las elecciones con apoyos amplios del campo socialista y que al gobernar ha dejado descubierto el flanco izquierdo. Entre este lunes y martes, ha visitado Clichy-sous-Bois, la poblaci¨®n del extrarradio parisiense donde en 2005 estallaron los disturbios de la banlieue, y las localidades norte?as, fronterizas con B¨¦lgica, de Roubaix ¡ª considerada durante a?os la ciudad m¨¢s pobre de Francia¡ª y Tourcoing, donde en un discurso anunci¨® medidas para relanzar la llamada pol¨ªtica urbana.
"Quiero que el rostro de nuestros barrios haya cambiado al final del quinquenato. El coraz¨®n de la batalla de nuestra rep¨²blica se sit¨²a aqu¨ª", dijo Macron, acusado de desconocer la Francia real, la que est¨¢ lejos de los centros del poder pol¨ªtico, econ¨®mico e intelectual de Par¨ªs. Un 65% de franceses se sienten perdedores ante las reformas del nuevo presidente, seg¨²n un sondeo que publica el diario Lib¨¦ration. Las reformas incluyen no solo la del mercado laboral sino rebajas de impuestos para las empresas y los m¨¢s ricos, y recortes en los subsidios para empleos precarios y aumento de las cotizaciones sociales.
La banlieue es un lugar casi m¨ªtico en el imaginario franc¨¦s. Es la periferia de las viejas ciudades, el escenario del desarrollismo de los 'treinta gloriosos' ¡ªlas tres d¨¦cadas de crecimiento econ¨®mico tras la Segunda Guerra Mundial¡ª y el crisol donde se mezclaron las distintas olas de inmigrantes, donde en la pasada d¨¦cada estall¨® la tensi¨®n. El espacio de la banlieue se asocia, como el de la Francia perif¨¦rica ¡ªlas peque?as ciudades de provincias alejadas de los nudos que ligan Francia al mundo global¡ª, a otro concepto clave: el de las clases populares. Es la antigua clase obrera, la que en sucesivas elecciones ha consolidado al ultraderechista Frente Nacional como una de las principales fuerzas pol¨ªticas en el tablero franc¨¦s. Pero tambi¨¦n es la Francia de los descendientes de las olas m¨¢s recientes de inmigrantes, o de las colonias, la que sigue topando con dificultades para subirse al ascensor meritocr¨¢tico de la Rep¨²blica, y la de las bolsas de islamismo radical. Seg¨²n datos citados por el diario Le Monde, en las banlieues viven 5,5 millones de personas (Francia tiene 67 millones) residentes en los 1.514 barrios m¨¢s pobres, donde el desempleo es 2,5 veces m¨¢s alto que la media nacional.
Macron ya hab¨ªa visitado las banlieues y la Francia perif¨¦rica, pero con el viaje de esta semana ha solemnizado el momento y ha querido enviar una se?al: ni est¨¢ encerrado en el El¨ªseo ni ignora a la Francia popular. El presidente anunci¨® la reactivaci¨®n de las subvenciones para las empresas que contraten a personas que viven en barrios calificados como prioritarios. Otras medidas: la puesta en marcha de la llamada Polic¨ªa de seguridad cotidiana o la lucha contra la discriminaci¨®n en las empresas. Muchas estaban anunciadas en el programa electoral, pero la escenificaci¨®n refleja el deseo de abrir un nuevo cap¨ªtulo en la presidencia. Tras una primera etapa de reformas econ¨®micas m¨¢s favorables a las empresas y las personas con mayores ingresos, llega otra para la clase obrera y los barrios y ciudades m¨¢s desfavorecidos. En otras palabras: tras unos meses de un Macron de derechas, otro de izquierdas.
Macron ha desatendido hasta ahora a sus votantes de centroizquierda ¡ªlos millones de socialistas que le catapultaron al El¨ªseo¡ª y los ministros con mayor visibilidad han sido conservadores como el titular de Econom¨ªa, Bruno Le Maire, o el propio primer ministro, ?douard Philippe, que se define como "un hombre de derechas". En Francia, por mucho que eligiese en mayo a un liberal, ning¨²n pol¨ªtico puede gobernar ignorando la justicia social. "Yo no s¨¦ qu¨¦ significa tener una pol¨ªtica para los ricos", dijo Macron en Tourcoing. "Lo que s¨¦ es que cuando no hay una econom¨ªa que arrastra a todo el pa¨ªs para que salga adelante, cuando no hay empresarios que tienen ¨¦xito, cuando no hay personas que reinvierten en la econom¨ªa, a los barrios con m¨¢s dificultades no les va bien". La dicotom¨ªa entre un Macron de derechas y otro de izquierdas, en realidad, no es tan clara. No existen dos 'macrones'. El Macron m¨¢s social tambi¨¦n quiere ser liberal.
La derecha en busca de su identidad
El expansionismo ideol¨®gico de Emmanuel Macron ¡ªun hombre criado pol¨ªticamente en el centroizquierda pero que gobierna con un primer ministro y ministros clave conservadores¡ª reduce el espacio de la derecha tradicional francesa. Entre la derecha identitaria del Frente Nacional y un macronismo que absorbe al centroderecha, Los Republicanos ¡ªel partido heredero de la UMP fundada por el exprimer ministro Alain Jupp¨¦, a la vez heredero del neogaullista RPR de Jacques Chirac¡ª tienen dificultades para marcar su propio perfil. ?C¨®mo hacer oposici¨®n a unas pol¨ªticas econ¨®micas que en parte figuraban en el programa de la derecha y que ponen en marcha ministros procedentes de sus filas, como Bruno Le Maire? ?C¨®mo atacar a Macron cuando el propio Jupp¨¦ se deshace en elogios hacia ¨¦l, y cuando su otra gran figura, Nicolas Sarkozy, tambi¨¦n es un admirador declarado? El riesgo para Los Republicanos es escorarse demasiado a la derecha y alejarse de los votantes moderados que deciden las elecciones. Tras el fracaso de su candidato, Fran?ois Fillon, en las presidenciales de la primavera pasada, Los Republicanos buscan un nuevo l¨ªder. El 10 y el 17 los militantes elegir¨¢n entre tres candidatos. El favorito es Laurent Wauquiez, conservador de 42 a?os y actual presidente de la regi¨®n Auvernia-R¨®dano-Alpes.
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