Turcochipriotas: aislados del mundo por un acuerdo que no llega
El norte de Chipre, reconocido s¨®lo por Turqu¨ªa, celebra el aniversario de su independencia unilateral mientras lamenta el fracaso de la ¨²ltima ronda de di¨¢logo con los grecochipriotas
Treinta y cuatro a?os despu¨¦s de declarar unilateralmente su independencia en el tercio septentrional de la isla, invadido por el Ej¨¦rcito turco en 1974, la Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre (RTNC, 290.000 habitantes) ni siquiera tiene himno. El que son¨® el 15 de noviembre en la conmemoraci¨®n de dicho aniversario, con un desfile en la parte norte de Nicosia, la dividida capital insular, fue el de Turqu¨ªa, cuya bandera ondea por todas partes junto a la turcochipriota. ?nicamente reconocida por Ankara, la RTNC tampoco tiene vuelos directos al extranjero, s¨®lo a la madre patria, ni pasaporte propio o cualquier otro documento de viaje, y el agua que consume llega de Turqu¨ªa, 75 millones de metros c¨²bicos al a?o. Unos 35.000 soldados turcos est¨¢n estacionados en su territorio, m¨¢s decenas de miles de colonos procedentes del continente. Por eso en el paisaje pelado y blanco de la RTNC resaltan los cuarteles y los asentamientos, cubos repetidos de hormig¨®n que a lo lejos parecen celdillas.
Cronolog¨ªa de un conflicto enquistado
1950. Los grecochipriotas aprueban en refer¨¦ndum no vinculante la ¨¦nosis (uni¨®n con Grecia). La isla es colonia brit¨¢nica desde 1925.
1955. La guerrilla grecochipriota de la EOKA, partidaria de la ¨¦nosis, inicia la lucha armada contra el poder colonial.
1960. Independencia de Reino Unido. La Constituci¨®n consagra el poder compartido entre greco y turcochipriotas.
1963. Una reforma constitucional de los grecochipriotas acaba con el reparto de poder y los turcochipriotas se retiran. Graves enfrentamientos entre las dos comunidades y despliegue de los primeros cascos azules un a?o despu¨¦s.
1974. Golpe de Estado de los partidarios de la ¨¦nosis contra el presidente Makarios. En julio, el Ej¨¦rcito turco invade el tercio septentrional de la isla con la excusa de proteger a la poblaci¨®n turcochipriota; las dos comunidades se reagrupan en sus respectivos territorios.
1983. El presidente turcochipriota Rauf Denktash declara la Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre (RTNC)
2003. Greco y turcochipriotas cruzan por primera vez en 30 a?os la l¨ªnea verde al aflojarse las restricciones de paso.
2004. Los grecochipriotas rechazan en refer¨¦ndum el plan de paz de Kofi Annan, aprobado mayoritariamente por sus vecinos del norte.
2007. Se derriba el muro que divid¨ªa Nicosia, la capital de la isla.
2015. Tras varios intentos frustrados, se reanudan las conversaciones bajo el patrocinio de la ONU
2017. Arrancan las conversaciones directas, a las que asisten los tres pa¨ªses garantes: Grecia, Turqu¨ªa y Reino Unido. El di¨¢logo termina en julio, sin acuerdo.
Cualquier actividad de la vida cotidiana, las redes de telefon¨ªa m¨®vil que se vuelven in¨²tiles al lado contrario de la divisoria l¨ªnea verde, o los dos sistemas de suministro el¨¦ctrico, con un enchufe distinto seg¨²n la zona, recalca la anomal¨ªa que supone, dentro de la UE ¡ªtoda la isla es miembro, t¨¦cnicamente, desde 2004¡ª, un territorio partido en dos por el ¨²ltimo muro de Occidente. El fracaso del di¨¢logo que hasta julio mantuvieron en Crans-Montana (Suiza) turco y grecochipriotas bajo el patrocinio de la ONU ha vuelto a subrayar el aislamiento y la dependencia de Turqu¨ªa de la RTNC, por m¨¢s que las autoridades locales insistan en su soberan¨ªa y rechacen su condici¨®n de provincia turca; un argumento parecido al que utilizan frente a sus vecinos: el anhelo de no ser tratados como una minor¨ªa ¨¦tnica, sino como habitantes con plenos derechos, tan chipriotas como los del sur.
Un exceso de optimismo antes de tiempo (¡°nada est¨¢ acordado hasta que todo se acuerda¡±, en palabras del ministro de Exteriores, Tahsin Ertugruloglu), y escollos enquistados, hist¨®ricos, dieron al traste con el que parec¨ªa intento definitivo de resolver la divisi¨®n de la isla, pese a alg¨²n que otro pu?etazo sobre la mesa, figuradamente hablando, de Ant¨®nio Guterres, secretario general de la ONU, nada dispuesto a que el conflicto se eternice: los cascos azules llegaron a la isla tras los primeros disturbios entre greco y turcochipriotas, en 1963, y ah¨ª siguen.
En parecidos t¨¦rminos a los de Guterres se pronunciaba la semana pasada el presidente de la RTNC, Mustaf¨¢ Akinci, firme defensor de la reunificaci¨®n: ¡°No podemos esperar otros cincuenta a?os para hallar una soluci¨®n¡±. Durante un encuentro con medios extranjeros invitados a los actos del 34? aniversario de la RTNC, el socialdem¨®crata Akinci subray¨®: ¡°Los turcochipriotas estamos aqu¨ª, no nos vamos a evaporar; [los grecochipriotas] deben tenernos en cuenta y reconocernos, si no oficialmente, s¨ª como una realidad existente. Deben dejar de subestimarnos y de dirigirse directamente a Turqu¨ªa, porque nosotros somos los interlocutores. No pueden aspirar a ser los ¨²nicos due?os de Chipre, como han hecho los ¨²ltimos 40 o 50 a?os¡±.
El estancamiento del di¨¢logo va para largo; como m¨ªnimo, hasta la celebraci¨®n de elecciones presidenciales en la Rep¨²blica de Chipre (800.000 habitantes, grecochipriota, ¨²nica reconocida internacionalmente), en febrero; para entonces Akinci propondr¨¢ ¡°conversaciones indirectas encaminadas a hallar una estrategia¡± para reactivar el proceso, seg¨²n anunci¨® la semana pasada. Pero entretanto todo seguir¨¢ en suspenso, a medio camino entre la cotidianidad forzosa y ese estado de excepci¨®n que implica la partici¨®n de la isla y su militarizaci¨®n. Una visita a las principales localidades de la RTNC refleja la contradicci¨®n. El distrito de Varosha, otrora la Riviera chipriota, sigue siendo una ciudad fantasma, rodeada por alambre de espino como una gigantesca jaula vac¨ªa y con una playa arisca, espectral, aunque Famagusta, la ciudad a la que pertenece, bulle de actividad tur¨ªstica. El hermoso monasterio ortodoxo de San Mamas atrae en G¨¹zelyurt (Morfu, en griego) a un n¨²mero creciente de viajeros, muchos rusos, pero los grecochipriotas s¨®lo pueden acceder al templo previa autorizaci¨®n de las autoridades ocupantes. La jurisdicci¨®n sobre el distrito de G¨¹zelyurt/Morfu, un vergel tapizado de ¨¢rboles frutales y campos de fresas que abastece a buena parte de la poblaci¨®n turcochipriota, es un problema: terreno m¨¢s f¨¦rtil de la isla, es reclamado con insistencia por los grecochipriotas, sin ¨¦xito.
Para las autoridades turcochipriotas, el fracaso del di¨¢logo tiene una ¨²nica causa. ¡°El maximalismo de los grecochipriotas. La insistencia en pedir cero soldados [es decir, retirada de todas las tropas turcas], cero garant¨ªas¡±, resume Akinci. En Suiza se abordaron cinco cap¨ªtulos fundamentales (gobernabilidad, propiedades confiscadas tras la invasi¨®n turca, cuestiones relativas a la Uni¨®n Europea, econom¨ªa y territorio), pero el di¨¢logo entr¨® en barrena por la cuesti¨®n de la seguridad y las garant¨ªas, heredadas del a?ejo sistema suscrito en 1960, cuando la isla alcanz¨® la independencia, y que sienta a la mesa de negociaciones a tres pa¨ªses garantes: Grecia ¡ªpartidaria de su abolici¨®n¡ª, Turqu¨ªa y Reino Unido, la antigua potencia colonial. Chipre es una v¨ªctima postrera del proceso de descolonizaci¨®n, un suceso definitorio del mapamundi del siglo XX que en la isla sin embargo parece proyectar su sombra hacia el futuro.
¡°La seguridad es muy importante, en nuestra historia y en la regi¨®n, en Oriente Pr¨®ximo. Pero la seguridad de una parte no debe ser vista como una amenaza por la otra, porque, cuanta m¨¢s seguridad y cooperaci¨®n haya, menos tropas har¨¢n falta¡±, concluye Akinci. ¡°La paz puede traer mucha riqueza, y no s¨®lo material, tambi¨¦n en t¨¦rminos de cooperaci¨®n. Podr¨ªamos suministrar parte del agua que recibimos desde Turqu¨ªa a los grecochipriotas. Y hay un ingente mercado para el gas de la isla¡±, de cuyo desarrollo est¨¢n ausentes Turqu¨ªa y su sat¨¦lite insular. ¡°La cooperaci¨®n energ¨¦tica regional entre Grecia, la Rep¨²blica de Chipre e Israel est¨¢ condenada al fracaso si no incluye a Turqu¨ªa¡±, advierte el titular de Exteriores, un halc¨®n nacionalista.
La historia de acercamientos y choques entre las dos comunidades de la isla parece escrita a borrones. El formato previsto para ese hipot¨¦tico Chipre reunificado, una confederaci¨®n bizonal y bicomunal, ha quedado en el aire, como qued¨® en 2004 el llamado plan Annan (por Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU), que entre otras cosas propon¨ªa una presidencia rotatoria. Ese a?o los grecochipriotas rechazaron masivamente en refer¨¦ndum una propuesta que los turcochipriotas hab¨ªan abrazado en las urnas con entusiasmo. Pero no han sido los ¨²nicos intentos, s¨®lo los dos m¨¢s serios de una decena larga de tentativas.
El en¨¦simo fiasco provoca en la RTNC una sensaci¨®n de desaliento, en v¨ªsperas de unas elecciones legislativas, en enero, que pueden alterar el dif¨ªcil equilibrio interno existente: las posturas sobre el di¨¢logo del presidente Akinci y su titular de Exteriores est¨¢n en las ant¨ªpodas. Pero a la vez ¡ªotra contradicci¨®n m¨¢s, en una regi¨®n abonada a ellas¡ª, la cotidianidad se impone y, business as usual, las dos partes se venden mutuamente la electricidad que les sobra. Las decenas de casinos del norte hacen ping¨¹es negocios gracias a sus clientes grecochipriotas, que sortean as¨ª la prohibici¨®n del juego en su pa¨ªs. Hasta la falta de pasaportes puede solucionarse, si se quiere, solicitando el de la Rep¨²blica de Chipre, que adem¨¢s es comunitario. ¡°?Quiere que se lo selle?¡±, se despide el polic¨ªa de inmigraci¨®n en el aeropuerto turcochipriota de Ercan, consciente de la nula validez administrativa del tamp¨®n que blande en el aire. Como una marca de agua para un pa¨ªs inexistente a ojos del mundo.
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