Lo que da miedo es el alquiler de los puestos
El mercadillo de Berl¨ªn que sufri¨® un atentado la pasada Navidad abre con m¨¢s preocupaci¨®n por las ventas que por el terrorismo
Tradici¨®n obliga. Como cada a?o por estas fechas, decenas de ciudades alemanas recuperan una tradici¨®n centenaria y abren sus pintorescos puestos de Navidad. Incluida Berl¨ªn, cuyo m¨¢s famoso mercadillo, en la c¨¦ntrica plaza de Breitscheid, fue escenario el 19 de diciembre del pasado a?o de un brutal atentado que caus¨® la muerte de 12 personas. Ayer abri¨® sus puertas en medio de fuertes medidas de seguridad.
La tragedia a¨²n flota en el aire. A los pies de la capilla de la Ged?chtniskirche, en la misma plaza, se acumulan cruces blancas, velas, flores, fotos y la pregunta Warum? (¡°?Por qu¨¦?¡±) escrita sobre un trozo de madera. Es el lugar donde el tunecino Anis Amri sembr¨® el p¨¢nico irrumpiendo con un cami¨®n en medio de la multitud.
El brutal atentado en Berl¨ªn caus¨® el pasado mes de diciembre la muerte a 12 personas
El mercadillo se abri¨® este lunes con un servicio religioso para recordar a las v¨ªctimas del atentado. El altar estaba adornado con 12 velas blancas, una por cada fallecido. ¡°Lo que pas¨® hace un a?o todav¨ªa est¨¢ presente en nuestras mentes¡±, dijo el pastor Martin Gerner, durante una breve homil¨ªa.
Todo recuerda la tragedia un a?o despu¨¦s. El mercadillo est¨¢ rodeado de bloques de hormig¨®n para impedir que un nuevo cami¨®n conducido por un terrorista irrumpa en la plaza. Tambi¨¦n se ha preparado un importante despliegue policial, aunque pasar¨¢ inadvertido. Hay escasa presencia de polic¨ªas uniformados, pero porque la estrategia esta vez es diferente. ¡°Habr¨¢ muchos polic¨ªas de civil¡±, explica Martin Blume, un comerciante de 54 a?os que controla varios puestos y que fue testigo de la matanza. Blume estuvo a punto de morir el 19 de diciembre y logr¨® salvar la vida gracias al sistema de frenos autom¨¢ticos del cami¨®n, que logr¨® detener el veh¨ªculo a escasos metros de su local. ¡°La vida debe continuar¡±, dice Blume.
"El ambiente est¨¢ enrarecido pero no se percibe el temor entre los colegas", afirma un vendedor
Los comerciantes aseguran que no tienen miedo a un nuevo atentado. Dimitri, un griego de 52 a?os que vende adornos navide?os en un peque?o local, est¨¢ convencido de que nada ni nadie puede impedir una nueva tragedia. ¡°Si pasa algo no hay forma de evitarlo. Uno tambi¨¦n puede morir si viaja en un avi¨®n¡±, dice resignado. Jorge C., un peruano que regenta desde hace diez a?os un local donde vende joyas importadas de India y de Tailandia, tampoco parece estar preocupado y solo tiene una idea fija: el alquiler de su puesto le cuesta 10.700 euros y solo espera poder cubrir los gastos. ¡°El ambiente est¨¢ enrarecido por lo que pas¨® el a?o pasado, pero no se percibe el temor entre los colegas¡±, admite. ¡°Lo que importa ahora son las ventas¡±.
El mercadillo fue inaugurado oficialmente por la noche por el jefe del Gobierno regional de Berl¨ªn, Michael M¨¹ller. A causa de la lluvia y el fr¨ªo, el pol¨ªtico socialdem¨®crata estuvo poco acompa?ado. El p¨²blico prefiri¨® seguir bebiendo Gl¨¹hwein (vino caliente) a escuchar las palabras de la primera autoridad de la ciudad. En el curso del d¨ªa, el pol¨ªtico hab¨ªa hecho un llamamiento a la poblaci¨®n para que no se dejara intimidar por la amenaza terrorista. ¡°Tenemos que impedir que nos arruinen la vida¡±, dijo, y a?adi¨® una frase que est¨¢ incrustada en la mente de cada alem¨¢n: ¡°Todos lo sabemos: no existe la seguridad total¡±.
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