La CSU elige a un ¡®duro¡¯ en pol¨ªtica migratoria para gobernar Baviera
El relevo de Seehofer pacifica un partido clave para la formaci¨®n de un Gobierno en Berl¨ªn
Un nuevo movimiento tect¨®nico en la pol¨ªtica alemana ha despejado uno de los numerosos obst¨¢culos que rodean a las dif¨ªciles negociaciones para formar un Gobierno en Berl¨ªn. La Uni¨®n Social Cristiana (CSU), el aliado b¨¢varo del bloque conservador de la canciller, Angela Merkel (CDU), ha zanjado su lucha de poder intestina con el relevo del primer ministro de Baviera, Horst Seehofer. La salida de Seehofer, que dejar¨¢ su cargo en M¨²nich despu¨¦s de diez a?os, pero seguir¨¢ como presidente de la CSU, pacifica en principio un partido clave para la formaci¨®n de un Gobierno en Berl¨ªn.
El elegido para regir a partir del a?o pr¨®ximo el destino del pujante Estado del sur de Alemania es su rival, Markus S?der, un pol¨ªtico conocido por su l¨ªnea dura en pol¨ªtica migratoria. ¡°Voy a dejar mi puesto en el primer trimestre de 2018¡±, ha dicho el lunes Seehofer?en conferencia de prensa.
La lucha de poder en el seno de la CSU deja a partir de ahora de ser un elemento desestabilizador m¨¢s en la crisis pol¨ªtica que atraviesa Alemania. Pero la consagraci¨®n de la escalada de S?der en el partido corre tambi¨¦n el riesgo de enturbiar a¨²n m¨¢s las incipientes conversaciones con los socialdem¨®cratas (SPD) para lograr poner en pie un Ejecutivo, ya que ampl¨ªa la distancia ideol¨®gica entre los partidos llamados a entenderse.
Hace ya m¨¢s de dos meses, el partido de Merkel logr¨® en las elecciones un cuarto mandato sin obtener sin embargo la mayor¨ªa suficiente para formar Gobierno. Despu¨¦s de un intento fallido para pactar un tripartito con liberales y Verdes, Merkel trata ahora de seducir a unos socialdem¨®cratas desencantados y en horas bajas. Y ah¨ª es donde la CSU, y sobre todo S?der, actual ministro regional de Finanzas b¨¢varo, se convierte en un actor a tener en cuenta. Seehofer es y en principio seguir¨¢ siendo, sin embargo, el encargado de negociar en Berl¨ªn la formaci¨®n de Gobierno.
La todopoderosa CSU perdi¨® en las pasadas elecciones el monopolio del conservadurismo en Baviera y es previsible que el nombramiento de S?der trate de reconquistar a su p¨²blico m¨¢s conservador y sobre todo m¨¢s cr¨ªtico con la pol¨ªtica de puertas abiertas para los refugiados que mantuvo Merkel durante 2015. El resultado electoral menguante de la CSU ¡ªobtuvo el 38,8% de los votos en septiembre frente al 47,7% de 2013¡ª fue una consecuencia directa del empuje de la extrema derecha (Alternativa por Alemania, AfD) y su ret¨®rica anti inmigraci¨®n. AfD obtuvo en Baviera, donde hasta ahora la CSU era el partido-rey indiscutible, un 12,4% de los votos.
Con esos resultados, el ruido de sables en M¨²nich ha ido creciendo en intensidad en los ¨²ltimos meses y la salida de Seehofer se convirti¨® en cuesti¨®n de tiempo. A sus 50 a?os, S?der se considera un patriota, que desprecia la multiculturalidad y que prefiere la asimilaci¨®n a la integraci¨®n. Est¨¢ por ver hasta qu¨¦ punto el nuevo primer ministro b¨¢varo tiene capacidad para imponer un viraje incompatible con las posiciones socialdem¨®cratas en materia de seguridad e inmigraci¨®n.
A ra¨ªz de la llegada de m¨¢s de un mill¨®n y medio de refugiados en los ¨²ltimos dos a?os, la CSU de Seehofer ha defendido que se fije un cupo m¨¢ximo de demandantes de asilo anuales. Merkel, que inicialmente se neg¨® a poner l¨ªmites a un derecho recogido en las convenciones de Ginebra, acab¨® aceptando un objetivo pol¨ªtico m¨¢ximo de 200.000 refugiados anuales. El lunes, la prensa alemana publicaba que, en lo que va de a?o, Berl¨ªn ha procesado m¨¢s solicitudes de asilo (357.625) que todo el resto de la UE junto (199.405). La inmigraci¨®n fue precisamente uno de los temas que hicieron descarrilar las conversaciones a tres bandas entre conservadores, liberales y Verdes.
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