No es f¨¢cil una discusi¨®n racional sobre Jerusal¨¦n
La ciudad es la cuna del monote¨ªsmo y s¨ªmbolo de tres grandes religiones
Jerusal¨¦n no es una ciudad normal. Es la cuna del monote¨ªsmo y la ciudad santa de tres grandes religiones. Frente al polite¨ªsmo relativista de la Antig¨¹edad, el monote¨ªsmo puede tender hacia el totalitarismo teol¨®gico: mi Dios es el ?nico Dios, y por lo tanto el tuyo no es Dios. No es f¨¢cil una discusi¨®n racional sobre estas cuestiones, ni tampoco sobre la ciudad que constituye su epicentro.
¡°Si te olvido, oh Jerusal¨¦n¡¡±, como comienza un hermoso texto del Libro de los Salmos. Los sionistas, fundadores de un movimiento pol¨ªtico moderno en el siglo XIX, no sent¨ªan un especial entusiasmo por las tradiciones religiosas jud¨ªas, pero no dudaron en elegirla para dar el nombre de Sion a su proyecto. Los musulmanes situaron en la mezquita de Al Aqsa la ascensi¨®n de Mahoma al cielo, y sus dirigentes pol¨ªticos han sido los primeros en reaccionar ante la decisi¨®n del presidente Trump de reconocerla como la capital de Israel y llevar all¨ª la embajada estadounidense. Y no es casualidad que la Santa Sede lo haya hecho tambi¨¦n enseguida, con una intervenci¨®n del propio papa Francisco sobre el tema.
No, no es f¨¢cil una discusi¨®n racional sobre Jerusal¨¦n, porque muchos fieles de estas tres religiones no la miran con los ojos del cuerpo, sino con los del alma. Para ellos es un s¨ªmbolo, y tocar ese s¨ªmbolo significa tocar muchas m¨¢s cosas de las que pueden reconducirse a una mera discusi¨®n pol¨ªtica.
El papel de los pol¨ªticos y de los diplom¨¢ticos es manejar estas situaciones complejas y buscar puntos de entendimiento. En el caso de Oriente Medio, los escasos logros obtenidos en esa tarea en los ¨²ltimos setenta a?os ¡ªuno de los cuales fue la Conferencia de Paz de Madrid, por cierto¡ª demuestran su especial dificultad. Oriente Medio ha sufrido ya demasiadas veces las consecuencias de decisiones unilaterales. Las guerras lanzadas por unos y por otros, las d¨¦cadas de ocupaci¨®n israel¨ª, el recurso al terrorismo. Si la historia ha demostrado algo, es que esas decisiones generan a¨²n m¨¢s tensi¨®n, m¨¢s venganzas, m¨¢s ciclos de violencia. En Oriente Medio ninguna de las partes tiene la capacidad de derrotar totalmente a la otra. Est¨¢n obligadas a vivir juntas, no pueden lograr ¡ªcomo muchos desear¨ªan, tanto entre los israel¨ªes como entre los ¨¢rabes¡ª que la otra parte desaparezca, que de repente se esfume. Por eso, la ¨²nica v¨ªa posible es el di¨¢logo, las negociaciones, el cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, tal como recogen estos d¨ªas los comunicados de muchos gobiernos, empezando por el espa?ol.
Tratar de imponer soluciones unilaterales nunca es una buena idea. Porque el autor del Libro de los Salmos en realidad no ten¨ªa ning¨²n motivo para preocuparse: nadie, nunca, en ning¨²n lugar, va a olvidarse de Jerusal¨¦n.
Rafael Dezcallar es diplom¨¢tico espa?ol. Estuvo destinado en Israel de 1989 a 1992 y es autor de Entre el desierto y el mar (Destino, 2013).
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