El nacionalismo corso arrasa en las urnas y reclamar¨¢ un estatuto de autonom¨ªa a Par¨ªs
El t¨¢ndem formado por Simeoni y Talamoni asumir¨¢ mayores responsabilidades a partir de ahora
Reforzados por las urnas y al frente de una nueva superregi¨®n, los nacionalistas corsos afrontan ahora un desaf¨ªo improbable: convencer al poderoso Estado central franc¨¦s, siempre celoso de sus prerrogativas y tradicionalmente al¨¦rgico a la descentralizaci¨®n, para que acepte para C¨®rcega un estatuto de autonom¨ªa comparable al de las comunidades aut¨®nomas espa?olas.
La lista nacionalista P¨¨ a Corsica, formada por autonomistas e independentistas, confirm¨® en la segunda vuelta de las elecciones regionales, celebrada este domingo, su amplia victoria en la primera vuelta de la semana anterior. El ¨²nico borr¨®n para este ¨¦xito rotundo para el nacionalismo, que se consolida como la corriente hegem¨®nica en la isla mediterr¨¢nea, es la alt¨ªsima abstenci¨®n, signo de la amplia indiferencia que suscitaban los comicios.
Los nacionalistas obtuvieron un 56,5% de votos ¡ª20 puntos m¨¢s de lo que obtuvieron en 2015 y casi 40 puntos m¨¢s que la segunda lista m¨¢s votada, la de la derecha regionalista¡ª y 41 de los 63 esca?os de la nueva asamblea. M¨¢s del 47% de votantes se abstuvieron.
El t¨¢ndem formado por el abogado autonomista Gilles Simeoni, ya presidente del Ejecutivo corso desde 2015, y el independentista Jean-Guy Talamoni, desde la misma fecha presidente de la Asamblea de C¨®rcega, asumir¨¢ mayores responsabilidades a partir de ahora. El 1 de enero entra en vigor la nueva entidad regional, una ¡°colectividad ¨²nica¡± producto de la fusi¨®n de tres entidades previas: los dos departamentos que configuraban C¨®rcega, y la colectividad o regi¨®n en s¨ª. C¨®rcega, con 320.000 habitantes, es una de las regiones con mayor tasa de pobreza y violencia de la Francia metropolitana.
Al reto de gestionar administrativamente la nueva entidad regional, se une para los gobernantes nacionalistas la negociaci¨®n del estatuto de autonom¨ªa, punto central del programa de gobierno de Simeoni, socio mayor de la coalici¨®n, y de Talamoni, socio menor. El plan prev¨¦ un plazo de tres a?os para llegar a un estatuto de autonom¨ªa ¡ªlas pr¨®ximas elecciones est¨¢n previstas en 2020¡ª y un total de diez para aplicarla.
El programa excluye la opci¨®n independentista, que hoy tiene un apoyo minoritario en C¨®rcega. A la pregunta, durante una entrevista en octubre en su despacho en Ajaccio, capital de C¨®rcega, sobre si su modelo de autonom¨ªa era el de la Catalu?a auton¨®mica, Simeoni respondi¨®: ¡°Ser¨ªa completamente satisfactorio para nosotros¡±.
Entre otras reivindicaciones de los nacionalistas corsos, figura el reconocimiento de la cooficialidad de la lengua, la adopci¨®n de un estatuto de residentes que obligue a vivir en la isla para adquirir propiedades, y el acercamiento o liberaci¨®n de los presos condenados por terrorismo. Ninguna de estas reclamaciones ha encontrado eco ni en los presidentes franceses anteriores ni en Emmanuel Macron, en el cargo desde mayo.
El resultado electoral en C¨®rcega confirma la excepcionalidad de la isla, la ¨²nica regi¨®n de Francia gobernada por nacionalistas e incluso por un partido secesionista. El moderado Simeoni asegura que no es el momento de acelerar las reivindicaciones, y expresa su voluntad de gobernar para todos los corsos, nacionalistas y no nacionalistas. El propio Talamoni, l¨ªder del independentismo y conectado con el movimiento independentista catal¨¢n, admite que el momento de la independencia no ha llegado y suscribe el programa autonomista para la pr¨®xima d¨¦cada.
La voluntad de trabajar dentro del sistema, sin buscar la ruptura, puede ser una de las claves del ¨¦xito nacionalista en las urnas. Otra clave es el fin de la v¨ªa clandestina, el abandono de las armas hace tres a?os por el Frente de Liberaci¨®n Nacional Corso (FLNC), que puso fin a cuatro d¨¦cadas de violencia y terrorismo.
El hartazgo con el statu quo se traduce en C¨®rcega en el rechazo a los partidos tradicionales. Los grandes perdedores de estas ¨²ltimas elecciones son el Frente Nacional y la izquierda, que agrupa a comunistas e insumisos afines a Jean-Luc M¨¦lenchon. Como se?ala el periodista corso Antoine Albertini en Le Monde, los nacionalistas pueden acabar sin oposici¨®n. Este, y el espectro de una deriva independentista que los vencedores niegan, son, seg¨²n los debilitados partidos no nacionalistas, los peligros de la nueva legislatura.
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