George Weah, un presidente con pies de oro
El ¨²nico africano nombrado mejor futbolista del mundo arrasa en las elecciones de Liberia
Clara Town es un h¨²medo suburbio de la capital liberiana, Monrovia, que se levanta en desordenado perfil de chabolas en una franja pantanosa. Es en este humilde e insalubre paisaje, en la que se conoce como Comunidad del esfuerzo, que creci¨® un ni?o llamado George Weah. Sus padres viv¨ªan en una de las provincias m¨¢s subdesarrolladas del pa¨ªs, as¨ª que decidieron mandarle con su abuela a la capital, y el nieto creci¨®, junto a su destreza con el bal¨®n de f¨²tbol, a orillas de esta marisma de lodos y hogares de chapa.
Cuando Weah naci¨®, en plena ¨¦poca de lluvias de 1966, la ¨¦lite am¨¦rico-liberiana ¡ª?los Congos?¡ªa¨²n gobernaba la curiosa naci¨®n de Liberia, fundada con este nombre por los Estados Unidos, enviando a esclavos liberados para que tutelaran el pa¨ªs. Durante la infancia de Weah, ni ¨¦l ni el 95% del pa¨ªs ¡ªlos ¡°aut¨®ctonos¡± que representan la mayor¨ªa de la poblaci¨®n¡ª ten¨ªan acceso ni al poder ni a un atisbo de igualdad, pero Weah, capturado por su pasi¨®n por el f¨²tbol, se volc¨® de momento en el deporte. Nunca imagin¨® que su potencia y sus remates le llevar¨ªan un d¨ªa a gobernar el pa¨ªs.
Las calles y terrenos improvisados de Monrovia, la capital costera de calor pesado y playas ba?adas por un temido Atl¨¢ntico, fueron las primeras en sentir el talento natural del joven George, que empez¨® en los J¨®venes Supervivientes de Claratown?¡ªun equipo sin entrenador¡ª y pas¨® por varios clubes monrovianos mientras en Liberia cambiaba el curso de la historia. Weah ten¨ªa 14 a?os cuando un sargento llamado Samuel Doe, un aut¨®ctono, lider¨® la revuelta y golpe de Estado que acabar¨ªa de manera radial con siglo y medio de gobierno de la ¨¦lite americo-liberiana: el presidente William Tolbert fue asesinado y trece altos cargos de su gobierno, incluyendo ministros, fueron fusilados p¨²blicamente en una playa.
Mientras las fricciones sociales sacud¨ªan el pa¨ªs, un equipo camerun¨¦s, El trueno de Yaound¨¦, lo fich¨® a los 21 a?os. As¨ª empez¨® su espectacular ascenso profesional, dejando atr¨¢s un pa¨ªs del que nunca se desligar¨ªa pese a sus ¨¦xitos personales. Fue el entrenador Arsene Wenger, actual t¨¦cnico del Arsenal, el que se lo llev¨® despu¨¦s al M¨®naco.??
Ocurri¨® dos a?os antes que el se?or de la guerra Charles Taylor lanzara en Liberia su primera ofensiva. Estall¨® una feroz guerra civil que dur¨® 14 a?os (1898-2003), que dej¨® 250.000 muertos, 40.000 ni?os enrolados como soldado y que coincidi¨® con la carrera futbol¨ªstica en Europa de Geroge Weah. Su mito en la cumbre del f¨²tbol lo forj¨® con goles y dribles primero en el PSG y despu¨¦s con el Mil¨¢n como sustituto de otro gran delantero, Marco Van Basten.?
En 1995 fue galardonado con el Bal¨®n de Oro y todav¨ªa hoy sigue siendo el ¨²nico africano que lo ha ganado. El viaje de los riachuelos de lodo de Claratown a la cresta del deporte internacional y a la admiraci¨®n de millones de personas en todo el mundo hab¨ªa sido intenso, pero no hab¨ªa terminado.
Durante la guerra, la selecci¨®n nacional de Liberia, los Lone Stars, fueron una de las grandes v¨ªas de escape para los ciudadanos. Y si el equipo sobrevivi¨® al conflicto es porque George Weah se lo propuso. Jug¨® en la selecci¨®n, la entren¨®, la financi¨® y estuvo a punto de clasificarla para un Mundial. El pueblo nunca lo olvid¨®.
Siendo un h¨¦roe nacional y poco despu¨¦s de colgar las botas, George Weah se propuso un nuevo reto: ser presidente del pa¨ªs. Regres¨® a Liberia reci¨¦n terminada la guerra y en 2005, con las primeras elecciones de la postguerra, se enfrent¨® a Ellen Johnson Sirleaf, que se impuso a la popularidad del futbolista, percibido como inexperto, y se coron¨® la primera mujer en ser presidenta en ?frica. El segundo intento para el salto a la alta pol¨ªtica lleg¨® en 2011, se present¨® esta vez como vicepresidente, pero tampoco lo consigui¨®. En 2014, gan¨® como senador para su condado de Montserrado, en Monrovia. Pero ha quedado solo como un aperitivo al gran triunfo de esta Navidad, en la que aquel ni?o que corr¨ªa por Claratown se va instalar a solo media hora de la barriada pero en otra esfera: la Presidencia de Liberia.
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