Un juez de Oreg¨®n confirma la multa a una pasteler¨ªa que rechaz¨® hacer una tarta nupcial a una pareja gay
Los due?os del comercio afrontan una penalizaci¨®n de 135.000 d¨®lares
Un juzgado de apelaciones de Oreg¨®n fall¨® este jueves en contra de los due?os de una pasteler¨ªa que en 2013 se neg¨® a elaborar una tarta nupcial para una pareja del mismo sexo y recibi¨® una multa de 135.000 d¨®lares por discriminaci¨®n. Melissa y Aaron Klein, propietarios de Sweet Cakes by Melissa, hab¨ªan recurrido la medida impuesta por la Comisi¨®n del Trabajo, alegando sus derechos de libertad religiosa y de expresi¨®n, pero la justicia del estado tambi¨¦n ve un caso de discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo.
Una mujer llamada Rachel Bowman-Cryer acudi¨® en enero de 2013 al establecimiento de los Klein para encargar un pastel para su boda con su prometida, Laurel, y estos le dijeron que eso violentaba sus creencias religiosas. La pareja present¨® una denuncia por discriminaci¨®n ante la Oficina de Comercio y Empleo del estado que impuso una multa a la compa?¨ªa en base a una ley estatal que protege al colectivo LGTB ante cualquier discriminaci¨®n en el trabajo, la vivienda y los espacios p¨²blicos.
La historia remite al famoso caso sobre el que va a decidir en 2018 el Tribunal Supremo estadounidense, que ser¨¢ parteaguas en la historia de los derechos civiles de los gays, lesbianas y transg¨¦nero. Se trata de la demanda del pastelero Jack Philips, de Colorado, que reivindica su derecho a no vender tartas nupciales a parejas del mismo sexo. Lo que resuelva el Alto Tribunal marcar¨¢ tambi¨¦n el futuro de apelaciones como las de los Klein, en Oreg¨®n.
Este tipo de pleitos brotaron a medida que los distintos estados fueron legalizando el matrimonio igualitario (el Supremo extendi¨® su legalidad a todo el pa¨ªs en 2015). Philips argumenta que ¨¦l es un artista y forzarle a elaborar un pastel para una pareja gay vulnera no solo su libertad religiosa, sino tambi¨¦n su libertad de expresi¨®n. Sin embargo, los abogados de la pareja afectada -Charlie Graig y David Mullins- advierten de que el pastel es el mismo lo consuma quien lo consuma, y que lo que rechaza el comerciante no es el producto, sino el cliente que lo quiere servir en su boda, lo que constituye una discriminaci¨®n por motivo de orientaci¨®n sexual.
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