¡°Siento que la Iglesia cat¨®lica chilena est¨¢ muy alejada de la gente¡±
A pocos d¨ªas de la llegada de Francisco a Chile, el influyente religioso analiza la crisis del catolicismo en su pa¨ªs
El 15 de enero llegar¨¢ a Chile el papa Francisco en una gira de tres d¨ªas. Es la segunda visita de un sumo pont¨ªfice al pa¨ªs sudamericano, despu¨¦s de la que realiz¨® Juan Pablo II en 1987, en los ¨²ltimos a?os de la dictadura de Pinochet. El jesuita Felipe Berr¨ªos (Santiago de Chile, 1956) es probablemente el sacerdote de mayor popularidad entre sus compatriotas. Aunque no es parte de las c¨²pulas religiosas ¡ªvive en la humilde poblaci¨®n de La Chimba de la ciudad norte?a de Antofagasta, cerca de un basural¡ª es un religioso influyente y sus opiniones a contracorriente casi siempre resultan inc¨®modas para la jerarqu¨ªa. Por juicios como el que realiz¨® hace algunos d¨ªas sobre la comunidad trans ¡ª"Yo siento que Dios los quiere tal como son"¡ª sus superiores lo han acusado alguna vez ante el Vaticano.
Pregunta. Cuando Juan Pablo II lleg¨® a Chile en 1987, la necesidad de la visita era pol¨ªtica. ?Cu¨¢l es ahora la necesidad de la visita de Francisco?
Respuesta. La de 1987 fue una visita pol¨ªtica, pero tambi¨¦n pastoral: apoyar a la Iglesia a la que ciertos sectores conservadores de la misma Iglesia ¡ªligados a la dictadura¡ª intentaban desacreditar. Acusaban de comunista y de dedicarse a la pol¨ªtica a una Iglesia que desempe?¨® un papel importante en los derechos humanos y la defensa de los perseguidos. En cuanto a la visita de Francisco, para m¨ª tiene muchas interrogantes¡
P. ?C¨®mo cu¨¢les?
R. Ha sido, a m¨ª entender, un poco cr¨ªptica en cuanto a su organizaci¨®n. Me habr¨ªa gustado que se hubiesen hecho preguntas a las comunidades de base. ?A qu¨¦ le gustar¨ªa usted que el Papa se refiriera? ?Qu¨¦ conflictos ve usted en la Iglesia chilena? ?Qu¨¦ preguntas habr¨ªa que hacerle a Francisco? Pero veo que el grupo que organiza es muy cerrado y que tiene al Papa demasiado protegido.
P. ?A qu¨¦ Chile llega?
R. A un Chile con un ambiente mucho m¨¢s democr¨¢tico, con la gente empoderada, con mayor capacidad de informaci¨®n y opini¨®n ¡ªgracias a la tecnolog¨ªa¡ª, con un esp¨ªritu libertario. Es una sociedad mucho m¨¢s cr¨ªtica que la que le toc¨® ver a Juan Pablo II y que in crescendo ha dado pasos firmes, sobre todo con las reformas de la presidenta Michelle Bachelet que, por ejemplo, por primera vez consideraron la educaci¨®n como un derecho.
P. Un sacerdote ligado a los sectores conservadores y a la dictadura (Ra¨²l Hasb¨²n) se?al¨® que "un Estado tirano" ser¨¢ el que reciba al Papa, ya que "ha traicionado la democracia en sus mismas bases" al aprobar la despenalizaci¨®n del aborto en tres circunstancias¡
R. Hasb¨²n est¨¢ corrido en el tiempo: eso lo deber¨ªa haber dicho en dictadura.
P. ?En qu¨¦ situaci¨®n encuentra Francisco a la Iglesia cat¨®lica chilena?
R. Siento que la Iglesia cat¨®lica chilena est¨¢ muy alejada de la gente, tremendamente cuestionada y con una jerarqu¨ªa que no llega a los fieles. Se han acabado las comunidades de base y la pastoral se organiz¨® en torno a grupos religiosos conservadores. Cuando era estudiante de teolog¨ªa en la Compa?¨ªa de Jes¨²s y luego como obispo y arzobispo de Buenos Aires, le toc¨® conocer a una Iglesia chilena muy respetada en Latinoam¨¦rica, con obispos de peso, que ten¨ªan opiniones que repercut¨ªan en sus di¨®cesis y eran escuchadas hasta en Europa. Era una Iglesia cat¨®lica que se la jug¨® con la reforma agraria y educacional ¡ªen los a?os sesenta¡ª, por lo que ahora le debe sorprender una Iglesia callada, metida para adentro y que no va a la vanguardia de los cambios de la sociedad chilena. Y ¨¦l, encima, dici¨¦ndole a la Iglesia que salga a la calle, que se meta en l¨ªos¡
P. ?C¨®mo piensa que ser¨¢ el encuentro?
R. Ser¨¢ interesante este encuentro. El Papa va a encontrarse con una Iglesia ensimismada y atrincherada en una doctrina que la gente no entiende.
P. En el pa¨ªs se debate sobre el matrimonio igualitario y la adopci¨®n homoparental. ?Chile deber¨ªa avanzar en ese camino?
R. Yo soy un sacerdote cat¨®lico, pero la Iglesia en Chile est¨¢ separada del Estado desde 1925, gracias a Dios. En ese sentido, no veo que haya dificultad en que se legisle a favor del matrimonio igualitario. En cuanto a la adopci¨®n, los menores pueden tener bienestar con una pareja de padres heterosexual, una madre soltera, un viudo o una pareja homosexual.
P. A diferencia de otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, la Iglesia chilena desempe?¨® un papel importante en la dictadura a favor de las v¨ªctimas y era valorada transversalmente. ?C¨®mo fue posible que haya perdido respaldo luego de 30 a?os?
R. En ese fen¨®meno desempe?¨® un papel importante el nuncio que tuvimos en Chile, Angelo Sodano, que luego fue secretario de Estado de Juan Pablo II. No solo en Chile, sino en Latinoam¨¦rica, Sodano fue eligiendo obispos que, m¨¢s que jefes de las iglesias locales, fueran portavoces de lo que dijera la l¨ªnea oficial de Roma. En Chile quedamos con un obispado con poca densidad: buenas personas, pero con poca visi¨®n de los cambios que vive la sociedad chilena, que utiliza un lenguaje que llega poco a la ciudadan¨ªa y que mira con sospecha todo lo nuevo. Sodano form¨® una Iglesia basada en el miedo.
P.?En Chile ha disminuido considerablemente la cantidad de personas que se declaran cat¨®licas, que ha bajado a menos de un 60%.
R. Porque, adicionalmente, se produjo la explosi¨®n de los casos de abuso sexual. Una Iglesia que se bas¨® toda su doctrina en la moral sexual ¡ªse?alando a los divorciados, etc¨¦tera¡ª, de pronto aparece como la que debiera pedir perd¨®n. Fue un golpe fuerte y, aunque el esp¨ªritu religioso sigue vivo, la gente no ve que sea la Iglesia la que ayude a encontrarse con Jesucristo. M¨¢s bien la Iglesia se presenta como un estorbo, sobre todo para los j¨®venes.
P. ?Qu¨¦ cambios deber¨ªa promover el Papa en esta visita?
R. En sus escritos deja planteadas muchas cosas interesantes, a las que los obispos chilenos no han hecho mucho eco, como que no existe "la" familia, sino que un mosaico de familias. Yo no s¨¦ qu¨¦ tanto el Papa est¨¢ informado de c¨®mo ha cambiado la Iglesia chilena, porque se va a encontrar con un p¨²blico que le tiene cari?o ¡ªporque es Papa¡ª, pero que es distinto del de Juan Pablo II en 1987.
P. ?Qu¨¦ le contar¨ªa usted a Francisco?
R. Le dir¨ªa que Chile es un pueblo creyente, que tiene inquietud espiritual y est¨¢ marcado a sangre y fuego por la manera en que vivi¨® el sacerdocio San Alberto Hurtado, con un fuerte compromiso con los pobres y la justicia social. Pero que ese pueblo se siente abandonado por sus pastores y desilusionado con los casos de abusos sexuales. Pienso que el asunto del obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros, va a ser central¡
P.?"Osorno sufre por tonta", dijo el Papa en referencia a las protestas de los feligreses por la cercan¨ªa de su obispo, Juan Barros, con el sacerdote abusador Fernando Karadima¡
R. El Papa tiene raz¨®n en que a Barros nunca se le ha hecho ninguna acusaci¨®n sobre abuso sexual. Pero Barros por muchos a?os fue secretario cercano de Karadima, que no solo era un abusador, sino que estaba ligado a la dictadura, al poder dentro de la Iglesia, al clasismo. Por lo tanto, Barros no puede decir que nunca supo nada de lo que pasaba, no es cre¨ªble. Y si fuera verdad que nunca supo nada durante todos los a?os en que fue brazo derecho de Karadima, significa que no tiene la capacidad b¨¢sica de ser obispo: alguien que no se da cuenta de nada. No s¨¦ si el Papa logra comprender bien este asunto: no es un asunto de contumacia de la ciudad de Osorno. La gente no es tonta ni est¨¢ enga?ada.
P. ?El Papa deber¨ªa hacer un gesto luego de haber insultado no solo a las v¨ªctimas, sino a los feligreses y a toda la ciudad?
R. Espero por cari?o a la Iglesia y al Papa que quienes est¨¢n organizando la visita le hayan dicho que la figura de Barros qued¨® como un s¨ªmbolo en Chile de la impunidad y de la Iglesia prepotente, elitista y abusadora. Yo creo que Francisco deber¨ªa hacer un gesto, porque es un asunto que ha dividido y golpeado a la sociedad chilena. O no hacerlo, porque ser¨ªa hiriente verlo, por ejemplo, abrazado a Barros.
P. ?C¨®mo esperan?los chilenos al Papa? Ha habido pol¨¦micas respecto de los gastos de su visita.
R. No han sido muy h¨¢biles los organizadores, que no han sociabilizado m¨¢s la visita. Se ha explicado poco. Pero esta molestia ciudadana se entiende por el cabreamiento hacia la jerarqu¨ªa. No creo que sea contra el Papa, que puede traer un aire de esperanza para muchos.
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