El ¡®caso Lula da Silva¡¯: ?con qu¨¦ pruebas ha sido condenado?

Los estadounidenses popularizaron el t¨¦rmino?smoking gun, pistola humeante, para referirse a aquella prueba concluyente capaz de resolver m¨¢s all¨¢ de toda duda una investigaci¨®n penal. En Brasil, como en EE UU, abundan las armas, pero la idiosincrasia del pa¨ªs es muy diferente y aqu¨ª han acu?ado otra expresi¨®n para referirse a lo mismo: batom na cueca, literalmente, pintalabios en el calzoncillo. La frase se escucha a menudo cuando se trata de casos de la Operaci¨®n Lava Jato, la gran investigaci¨®n contra la corrupci¨®n, porque muchas veces se trata de asuntos enmara?ados, en los que se acumulan las sospechas, pero en los que resulta muy dif¨ªcil encontrar un batom y una cueca.

El caso que ha provocado la condena del expresidente de Brasil Luiz In¨¢cio Lula da Silva a 12 a?os de c¨¢rcel no es una excepci¨®n. Buena parte del material probatorio contra? ¨¦l proviene de la confesi¨®n del expresidente de una constructora que pact¨® beneficios penitenciarios. El empresario, L¨¦o Pinheiro, logr¨® rebajar su condena de ocho a cinco a?os de prisi¨®n . Su testimonio se produjo tras ser encarcelado por su implicaci¨®n en la trama corrupta creada a trav¨¦s de los contratos de la petrolera p¨²blica Petrobras. La investigaci¨®n sobre el apartamento atribuido a Lula se hab¨ªa abierto meses antes, a ra¨ªz de informaciones de prensa, y el juez estrella de la Lava Jato, S¨¦rgio Moro, ya hab¨ªa mandado por sorpresa a la polic¨ªa a casa del expresidente de Brasil para llevarle a declarar.

Tanto Moro, que conden¨® a Lula en primera instancia, como los tres jueces del tribunal de apelaci¨®n que confirmaron la sentencia y elevaron la pena de 9 a 12 a?os de c¨¢rcel consideran probado que Lula recibi¨® como soborno de la constructora OAS un apartamento en la playa. Las sentencias admiten que la contrapartida no est¨¢ clara, pero insisten en que la OAS era una de las empresas que participaban del gran fest¨ªn corrupto de la Petrobras y pagaban comisiones ilegales a pol¨ªticos de diversos partidos.Lula se defiende alegando que ning¨²n documento prueba que ¨¦l sea due?o de ese apartamento, que nunca vivi¨® en ¨¦l y que ni siquiera tuvo las llaves. Su familia lo visit¨® dos veces, una de ellas con la presencia del propio expresidente. Lula explica que fue porque su fallecida esposa, Marisa Let¨ªcia, estaba empe?ada en comprarlo, pero que ¨¦l la disuadi¨® tras encontrarle ¡°500 defectos¡±.

El inmueble est¨¢ situado en Guaruj¨¢, la playa m¨¢s popular para los habitantes del ¨¢rea metropolitana de S?o Paulo, como parte de un conjunto residencial construido por una cooperativa de personas vinculadas al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula. Entre ellas, la familia del expresidente, que pag¨® una entrada para hacerse con un apartamento de 80 metros cuadrados. La cooperativa quebr¨® y sus promotores lograron que la OAS se hiciese cargo de ella. La constructora dio opci¨®n a recuperar el dinero invertido o a pagar el resto para quedarse con la propiedad.

La familia de Lula fue la ¨²nica que no hizo ni una cosa ni la otra. Al tiempo, la OAS puso a la venta todos los dem¨¢s apartamentos excepto un triplex de 240 metros cuadrados en la ¨²ltima planta. Seg¨²n el expresidente de la constructora Leo Pinheiro,? estaba reservado para regal¨¢rselo a Lula. El empresario aport¨® como pruebas diversos mensajes intercambiados con otros cargos de la constructora y con colaboradores de Lula que dan a entender alguna clase de acuerdo sobre el inmueble. El juez tambi¨¦n valor¨® como prueba un borrador de contrato sobre el apartamento encontrado durante un registro en casa de Lula. El documento no ten¨ªa ninguna firma. En su af¨¢n de reunir elementos incriminatorios, Moro incluso valora como un indicio de culpabilidad las declaraciones de otros vecinos de la finca, que aseguraron que todo el mundo comentaba all¨ª que la vivienda era de Lula.

El apartamento fue reformado tras una de las visitas de la familia del l¨ªder del PT con el fin, seg¨²n Pinheiro, de satisfacer sus peticiones. Lo cierto es que ni Lula ni ninguno de sus parientes lleg¨® a entrar nunca, aunque los jueces lo atribuyen a que Pinheiro fue detenido antes en una de las redadas anticorrupci¨®n. La fallecida esposa de Lula solo reclam¨® la devoluci¨®n de la cantidad entregada para el apartamento original (209.000 reales, unos 53.000 euros al cambio actual) despu¨¦s del arresto del constructor, otro de los hechos que los jueces han considerado como claramente incriminatorios.