Los polic¨ªas de Chihuahua: entre las carencias y el acoso del crimen
En nueve municipios del Estado las corporaciones locales han sido rebasadas por los delincuentes o han tenido nexos con el crimen
Jorge vive en un improvisado campamento en Pr¨¢xedis, un pueblo silencioso del norte de M¨¦xico con pocos autos y gente en las calles. El polic¨ªa estatal es parte del grupo de agentes enviados por el Gobierno del Estado a esa conflictiva zona para hacerle frente al crimen. El Valle de Ju¨¢rez, una regi¨®n de Chihuahua que es frontera con Estados Unidos, durante la ¨²ltima d¨¦cada ha sido territorio de disputa entre las organizaciones criminales por su estrat¨¦gica ubicaci¨®n para el cruce de droga. ¡°Nos mandaron para ac¨¢ desde 2015, que se quedaron sin polic¨ªas municipales porque los mataban o los desaparec¨ªan¡±, dice el uniformado en el patio del cuartel, que parece una escuela p¨²blica de paredes desgastadas. El agente cuenta que cuando llegaron a patrullar las comunidades parec¨ªan pueblos fantasma: ¡°La gente no sal¨ªa a la calle, pero poco a poco se ha ido retomando la normalidad¡±.
Pr¨¢xedis y Guadalupe son parte del llamado Valle de Ju¨¢rez, una regi¨®n enclavada en el desierto que tambi¨¦n alberga otras peque?as comunidades y que antes fue una pr¨®spera regi¨®n algodonera. Desde que inici¨® la guerra contra el narcotr¨¢fico, hace m¨¢s de diez a?os, el territorio ha sido disputado por el c¨¢rtel de Sinaloa y La L¨ªnea, el brazo aromado del c¨¢rtel de Ju¨¢rez, que buscan cruzar droga o indocumentados por las brechas inh¨®spitas que llevan a Estados Unidos. Esta regi¨®n, de la cual tambi¨¦n forma parte Ciudad Ju¨¢rez, fue la que m¨¢s aport¨® a los hist¨®ricos niveles de homicidios en 2010 (3.903 asesinatos violentos en todo el Estado). Aunque la cantidad de homicidios disminuy¨® considerablemente a partir de 2013, el a?o pasado hubo un repunte al cerrar con 1.566 asesinatos, mientras que en 2016 la cifra fue de 1.232 en todo Chihuahua.
En estas localidades no hay polic¨ªas municipales porque entre 2007 y 2015 casi todos fueron asesinados o secuestrados. Los que pudieron salvarse fue porque renunciaron y huyeron en busca de refugio. Lourdes L¨®pez cuenta que su hijo fue ¡°levantado¡± junto a otros cuatro polic¨ªas de Pr¨¢xedis en 2009. ¡°Ya se cumplieron nueve a?os y jam¨¢s se nos hizo justicia¡±, afirma. Su hijo nunca hab¨ªa utilizado un arma y jam¨¢s los capacitaron para hacerlo. ¡°Desde chiquito quer¨ªa ser polic¨ªa y era un joven honrado, que no merec¨ªa lo que le hicieron¡±, dice la se?ora, de 62 a?os, que se fue de su pueblo unos d¨ªas despu¨¦s del rapto de su hijo.
Mart¨ªn Hueramo fue regidor en Guadalupe y asegura que los polic¨ªas no estaban preparados para hacerle frente al crimen. ¡°Los municipios enfrentamos el crimen organizado desarmados y los polic¨ªas solo ten¨ªan experiencia en prevenir delitos menores. En Guadalupe nos mataron a nueve polic¨ªas en varias emboscadas, la comandancia fue balaceada y nos dejaron tres cabezas humanas en una hielera, fue una ¨¦poca terrible, de mucho miedo¡±, cuenta el hombre que consigui¨® asilo pol¨ªtico en Texas. La poblaci¨®n de Guadalupe pas¨® de tener 13.000 habitantes a 2.000, dice Hueramo. Seg¨²n el Ayuntamiento, ahora el censo es de 5.000.
El ¨²ltimo polic¨ªa que tuvo Guadalupe, Joaqu¨ªn Hern¨¢ndez, fue ejecutado en julio de 2015, cuando fue a atender un falso reporte. El departamento de seguridad local de este municipio es uno de los que m¨¢s ataques ha tenido. Entre 2007 y 2010 hubo periodos en que la corporaci¨®n estuvo cerrada y otros donde se retomaban actividades. En diciembre de 2010 la Direcci¨®n de Seguridad P¨²blica finalmente fue cerrada cuando su titular, Erika G¨¢ndara, fue ¡°levantada¡± por un grupo criminal que fue por ella hasta su casa. Ella era la ¨²ltima polic¨ªa que quedaba despu¨¦s de que sus compa?eros renunciaron, fueron asesinados o desaparecidos. En 2014 se reinstal¨® la comandancia policial y qued¨® al frente M¨¢ximo Carrillo, pero en junio de 2015 fue asesinado. En su lugar qued¨® Joaqu¨ªn Hern¨¢ndez que tres semanas despu¨¦s tambi¨¦n fue ejecutado.
En Pr¨¢xedis la situaci¨®n fue similar. La ¨²ltima polic¨ªa que tuvo el pueblo fue Marisol, una joven de 20 a?os estudiante de criminolog¨ªa que acapar¨® los titulares de los diarios del mundo como ¡°la mujer m¨¢s valiente de M¨¦xico¡± al hacerse cargo de la direcci¨®n de seguridad p¨²blica local en su municipio. No era para menos: en esos a?os la localidad era una de las zonas m¨¢s peligrosas del pa¨ªs y los anteriores directores de Polic¨ªa hab¨ªan sido asesinados. La joven dur¨® apenas cuatro meses en el cargo y despu¨¦s se refugi¨® en EE UU tras recibir amenazas. A partir de su renuncia nadie m¨¢s en el pueblo quiso asumir el cargo y los polic¨ªas estatales emprendieron rondines de vigilancia.
La actual administraci¨®n de Guadalupe no tiene planes de abrir la direcci¨®n de Seguridad municipal, dice el secretario del ayuntamiento, Fausto Gonz¨¢lez P¨¦rez. ¡°Para nosotros es exponer gente, si lanzamos una convocatoria tal vez pudiera surgir alg¨²n valiente, pero es una cuesti¨®n muy delicada¡±, dice el funcionario. Las celdas de la comandancia actualmente son utilizadas como bodegas. La inversi¨®n en seguridad se canaliza a acciones deportivas y culturales. ¡°Vivimos tiempos muy dif¨ªciles, ahorita es una situaci¨®n de soledad, pero nosotros estamos en la reconstrucci¨®n del municipio¡±, expone.
Acosados por el crimen
La situaci¨®n de los polic¨ªas en Chihuahua es muy complicada por el continuo acoso del crimen organizado y la carencia en los insumos para enfrentarlos. Un reportaje del diario de Ju¨¢rez revel¨® que hay municipios como Guachochi, ubicado en la zona serrana --donde predominan los sembrad¨ªos de amapola- que cuenta con 53 agentes, pero solo quince de ellos tienen chalecos antibalas. En Ignacio Zaragoza los siete polic¨ªas tampoco tienen chalecos. En Rosales hay 42 agentes con un sueldo promedio de 3.000 a 4.000 pesos (entre 166 y 222 d¨®lares) y sin chalecos. En Ahumada los uniformados no tienen compensaci¨®n ni seguro de vida.
El Gobierno del Estado ha tenido que ¡°intervenir¡± nueve municipios porque las polic¨ªas no tienen capacidad para combatir el crimen o porque en algunos casos los grupos delincuenciales infiltraron las corporaciones. En Guadalupe, Pr¨¢xedis, Cuauht¨¦moc, Madera, Nuevo Casas Grandes, Casas Grandes, G¨®mez Far¨ªas, Ignacio Zaragoza y Tem¨®sachic, actualmente la seguridad est¨¢ a cargo de polic¨ªas estatales o ministeriales.
En Ahumada el a?o pasado el director de Seguridad P¨²blica, Carlos Alberto Duarte y seis agentes m¨¢s fueron detenidos tras ser acusados de estar coludidos con el crimen organizado. El 25 de mayo la comandancia de la Fiscal¨ªa estatal fue atacada por un grupo de hombres armados. Muri¨® un polic¨ªa ministerial y tres quedaron heridos. En la audiencia ante el juez, uno de los polic¨ªas municipales declar¨® que el d¨ªa del ataque llamaron al Ayuntamiento para pedir un coche prestado porque las tres patrullas estaban descompuestas. Tambi¨¦n se evidenci¨® con las declaraciones de otros agentes que la mayor¨ªa no contaba con permiso para portar armas.
Ahumada es el municipio m¨¢s extenso del pa¨ªs (el equivalente a dos veces la comunidad de Madrid), pero solo?tiene 30 agentes municipales. Cuando ocurri¨® el ataque a los ministeriales, la seguridad qued¨® a cargo de los agentes estatales y se anunci¨® que se someter¨ªa a los municipales a ex¨¢menes de control y confianza. Sin embargo, meses despu¨¦s Duarte fue restituido en su puesto. Los cargos en su contra no terminaron en ninguna condena y regres¨® a dirigir la Direcci¨®n de Seguridad P¨²blica. Aunque se busc¨® al alcalde de Ahumada y al director policial Duarte ninguno quiso dar entrevista.
En la polic¨ªa estatal la situaci¨®n laboral tampoco es muy buena. Jorge, el polic¨ªa que patrulla el Valle de Ju¨¢rez, cuenta que apenas el a?o pasado les cambiaron los uniformes. ¡°Ten¨ªamos tres a?os que no nos daban uniforme y lo ten¨ªamos que comprar nosotros¡±. Hasta hace poco les aumentaron el sueldo. Durante la administraci¨®n del exgobernador C¨¦sar Duarte, menciona, muchas de las patrullas estaban descompuestas y no se compraron nuevas unidades. Tambi¨¦n les retrasaban el pago de los apoyos de compensaci¨®n. ¡°Si nos mandaban a alg¨²n destacamento nos daban 300 pesos (unos 16 d¨®lares) de vi¨¢ticos para todo el mes¡±, recuerda.
La presencia de los polic¨ªas estatales en el Valle de Ju¨¢rez no es del todo aceptada en la comunidad. Las personas, dice un oficial, tienen costumbres de pueblo como beber alcohol en la v¨ªa p¨²blica. "Y eso es una falta administrativa", agrega. El secretario del ayuntamiento de Guadalupe, dice que tratan de integrar a los polic¨ªas en actividades de la comunidad para que la gente no les tenga miedo. Los funcionarios locales y los polic¨ªas estatales coinciden en que la violencia s¨ª ha disminuido y que solo queda la "mala fama" de la zona.
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