Una ratonera para civiles en la zona kurda de Siria
Los bombardeos turcos en Afrin han provocado la muerte de al menos 68 civiles, casi un tercio de ellos ni?os, y el desplazamiento de 15.000 personas
Rania se debate entre el temor y la rabia. Miedo al rugido de los cazas sobre su cabeza, al bramar sordo de la artiller¨ªa. Enfado contra la comunidad internacional, en silencio, dice, ante el ataque que sufren ella y los suyos, los kurdos de Afrin, cant¨®n que es objetivo de una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Turqu¨ªa junto a combatientes del Ej¨¦rcito Libre Sirio (ELS) y facciones islamistas. Una operaci¨®n, asegura el Gobierno de Ankara, destinada a liberar Afrin de ¡°organizaciones terroristas¡± como las YPG, la milicia kurda que domina esta esquina noroccidental de Siria. Pero que golpea duramente a los civiles: del saldo de m¨¢s de 300 muertos que acumulan los primeros 18 d¨ªas de combates, uno de cada cuatro es un civil, seg¨²n el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. De ellos, 47 adultos y 21 menores de edad han perecido bajo el fuego de la aviaci¨®n y la artiller¨ªa turcas, que ha dejado heridas, en muchos casos de gravedad, a otras 185 personas. Tambi¨¦n cinco civiles han muerto y otros 73 han resultado heridos del lado turco de la frontera v¨ªctimas del m¨¢s de medio centenar de cohetes lanzados desde Afrin por las YPG.
Rania, oriunda de la localidad de Jindires (de 13.000 habitantes) habla desde una aldea en las monta?as, a la que ha escapado huyendo de los bombardeos turcos. ¡°Cuando comenz¨® la ofensiva turca, la gente estaba convencida de que no atacar¨ªan Jindires, porque ah¨ª, dentro de la ciudad, s¨®lo hay civiles. Turqu¨ªa ya hab¨ªa atacado Afrin antes, pero la mayor¨ªa de bombardeos hab¨ªan sido en la frontera y contra posiciones de las YPG. As¨ª que cuando comenzaron a bombardear en la ciudad, la gente entr¨® en p¨¢nico, se refugi¨® en los s¨®tanos. Nadie se atrevi¨® a salir en varios d¨ªas¡±, relata por tel¨¦fono a EL PA?S esta maestra kurda de 38 a?os. Pero los s¨®tanos tampoco eran seguros. Im¨¢genes que han trascendido de Jindires muestran varios edificios de viviendas completamente destruidos: ¡°Un ob¨²s alcanz¨® durante la noche la casa de mi familia y, por la ma?ana, cuando mi t¨ªo trataba de arreglarla, otro proyectil cay¨® cerca. As¨ª que decidimos escapar a casa de mi t¨ªa en las monta?as¡±.
Las fuerzas turcas y sus aliados han conquistado varias estrat¨¦gicas colinas de Afrin y una veintena de pueblos y aldeas, el m¨¢s importante de los cuales es Bulbul, de 1.700 habitantes. En total, cerca del 5% del territorio del cant¨®n, que tiene una extensi¨®n similar a la de la provincia de Bikzaia. De las localidades tomadas han llegado im¨¢genes nada halag¨¹e?as, por ejemplo de unos milicianos de aspecto salafista destruyendo una licorer¨ªa al tiempo que llaman ¡°cerdos¡± a los miembros de las YPG o de miembros del ELS posando con un cad¨¢ver mutilado de una combatiente kurda.
¡°No tenemos ning¨²n problema con los kurdos de Siria. La lucha de Turqu¨ªa no es contra los kurdos sino contra organizaciones terroristas armadas. Nuestra intenci¨®n no es quedarnos con ning¨²n territorio¡±, dijo recientemente el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en una entrevista con el diario italiano La Stampa en la que neg¨® las acusaciones de que su pa¨ªs tenga por objetivo los civiles. ¡°No hemos da?ado a ning¨²n civil¡±, sostuvo el ministro turco de Defensa, Nurettin Canikli, en una comparecencia.
Sin embargo, Haydar, un empleado m¨¦dico de Afrin ha compartido con este periodista im¨¢genes de ni?os heridos por metralla, ancianas con las extremidades arrancadas por explosiones, hombres y mujeres con manos y pies ensangrentados. ¡°Es el resultado de la aviaci¨®n turca¡±, asegura. Son casos recibidos a diario por los hospitales de Afrin que coinciden con las descripciones hechas por el corresponsal de la agencia AFP, uno de los pocos medios independientes con presencia en el cant¨®n. La situaci¨®n en los centros sanitarios es dram¨¢tica. ¡°Hay heridas terribles; algunos han perdido su pie o su mano. Los aviones del ocupante turco est¨¢n bombardeando directamente sobre los civiles¡±, denunci¨® el doctor Jwan Mohammed, del hospital Avrin, en una rueda de prensa la semana pasada: ¡°A los heridos leves les damos el alta inmediatamente para hacer espacio. Tenemos a 76 civiles en cuidados intensivos, 17 de ellos ni?os¡±.
Seg¨²n la Agencia de la ONU para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (UNOCHA), ¡°se ha cortado la distribuci¨®n de agua corriente, y los civiles en la ciudad de Afrin dependen de camiones cisterna¡±. Por ello y por la escasez de combustible para el transporte, el precio del agua se ha duplicado. ¡°Nos enfrentamos a una crisis humanitaria. Estamos gravemente preocupados por los civiles en zonas m¨¢s remotas, en las que falla el acceso sanitario, a alimentos, agua y electricidad¡±, afirma en un comunicado la Media Luna Roja Kurda, organizaci¨®n no miembro del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja pero que coordina los trabajos de rescate, por ejemplo, de aquellos atrapados entre los escombros de edificios bombardeados.
Rania y los suyos escaparon a una aldea de monta?a. ¡°Yo soy una de las afortunadas. Aunque en casa de mi t¨ªa estamos viviendo 38 personas, al menos tenemos un techo. Hay cientos de personas refugiados en tiendas y cuevas pese al fr¨ªo [el mercurio baja de los cinco grados por las noches]¡±, explica. En ocasiones, cuando las bombas caen cerca, a ellos tambi¨¦n les toca buscar el abrigo de las cuevas: ¡°La noche del 30 de enero, los cazas rug¨ªan en el cielo y tuvimos que irnos. Mi madre tiene m¨¢s de 60 a?os, yo la tomaba del brazo y le hac¨ªa caminar r¨¢pido, pero a ella le costaba respirar, estaba muerta de miedo¡±, cuenta la maestra: ¡°Los bombardeos ocurren generalmente por la noche. Imagina el p¨¢nico. No hay electricidad, no se ve nada y no sabes qu¨¦ est¨¢ ocurriendo exactamente. Te preguntas si habr¨¢n golpeado la casa de un familiar o un amigo, o la tuya propia¡±.
La familia de Rania es uno de los rostros de los desplazados por la ofensiva turca, que la UNOCHA cifra en 15.000. La mayor¨ªa se ha quedado dentro del cant¨®n, bien por su propia voluntad bien porque ¡°las autoridades locales de Afrin contin¨²an impidiendo las salidas¡±, asegura UNOCHA. Tan s¨®lo 380 familias han logrado escapar hasta Alepo, pero para ello han tenido que ¡°pagar mucho dinero¡± en sobornos, asegura una fuente local.
¡°Lo que m¨¢s duele es que Turqu¨ªa y sus b¨¢rbaros aliados islamistas intenten convencer al mundo de que nos quieren liberar a nosotros, los kurdos, de las YPG¡±, critica Rania, a la que le molesta especialmente el lema con el que Ankara ha bautizado su operaci¨®n militar, Rama de Olivo: ¡°La econom¨ªa de Afrin depende de nuestros olivares. Los olivos aqu¨ª son queridos m¨¢s all¨¢ de lo que uno pueda imaginar, as¨ª que, con ese nombre, Turqu¨ªa nos quiere escupir de todas las formas habidas y por haber¡±.
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