L¨®pez Obrador, en 2018: mucho pragmatismo y poca ideolog¨ªa

Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador navega con viento a favor en las aguas turbulentas de la carrera presidencial mexicana. Puntero en todas las encuestas desde hace meses, el candidato de Morena trata de transmitir una imagen de l¨ªder pragm¨¢tico y conciliador, diferenciada de la de sus dos anteriores intentos, en 2006 y 2012. Un viraje que le ha llevado a incluir en su equipo y entre sus seguidores a muchos que anta?o eran rivales. Un movimiento que no pocos consideran oportunista.

L¨®pez Obrador, de 64 a?os, ha asegurado que esta ser¨¢ la ¨²ltima vez que luche por la presidencia. De no terminar en Los Pinos, se ir¨¢ a La Chingada, el nombre de su finca, y una expresi¨®n que, en M¨¦xico, tambi¨¦n significa irse a la mierda. En esta ocasi¨®n, el l¨ªder de Morena, la formaci¨®n progresista que fund¨® a su imagen y semejanza despu¨¦s abandonar el Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD) tras las ¨²ltimas elecciones, se erige como un pol¨ªtico capaz de acoger a todo aquel que quiera un cambio para M¨¦xico, independientemente de su pasado y filiaci¨®n ideol¨®gica.

¡°Queremos unir a todos los M¨¦xicos¡±, suele repetir Alfonso Romo, el empresario regiomontano encargado de desarrollar el plan de gobierno de L¨®pez Obrador, una de las personas con m¨¢s influencia sobre el candidato. A partir de esa m¨¢xima, ha ido sumando adeptos y consolid¨¢ndose en los sondeos. Un promedio analizado por este diario a partir de 12 encuestas le da una ventaja de casi 10 puntos sobre Ricardo Anaya, aspirante de Por M¨¦xico al Frente y de 12 sobre el candidato del PRI, Jos¨¦ Antonio Meade.

Una de las principales muestras de que a L¨®pez Obrador le importa m¨¢s lograr la victoria ¨Cpara impulsar que el cambio que promete- sin hacer caso a las credenciales o las contradicciones fue la alianza que suscribi¨® con el Partido Encuentro Social en diciembre, y que junto al PT y Morena forma la coalici¨®n Juntos Haremos Historia. Conservador, af¨ªn a los evang¨¦licos y firme defensor de la familia como el pilar de la sociedad, Encuentro Social es un partido que en su d¨ªa estuvo aliado con el PRI y el PAN y siempre se ha considerado que fue impulsado por el exsecretario de Gobernaci¨®n del PRI Miguel ?ngel Osorio Chong para acercar el voto evang¨¦lico al partido gobernante. Osorio Chong era el candidato que mejor luc¨ªa en las encuestas para aspirar a suceder a Pe?a Nieto hasta que el presidente se decant¨® por Jos¨¦ Antonio Meade. La alianza contra natura con un partido reaccionario se produjo solo seis meses despu¨¦s de que, en un acto, L¨®pez Obrador citara a Encuentro Social como una de las formaciones con las que ¡°para ser claros y precisos¡± no pod¨ªan juntarse.

La siguiente incorporaci¨®n llamativa fue la de Gaby Cuevas, una senadora del PAN que afianz¨® su carrera en el partido conservador haciendo oposici¨®n al Gobierno de L¨®pez Obrador en la Ciudad de M¨¦xico, que gobern¨® entre 2000 y 2005. En esa misma l¨ªnea, la pasada semana, el l¨ªder de Morena recibi¨® el apoyo de Germ¨¢n Mart¨ªnez, expresidente del PAN. En un art¨ªculo en el diario Reforma titulado AMLO, ?peligro para M¨¦xico?, Mart¨ªnez celebraba la moderaci¨®n del discurso de L¨®pez Obrador, quien, seg¨²n confes¨®, le hab¨ªa ofrecido ser candidato a fiscal general.

En Morena defienden todos estos movimientos al considerar que tanto Encuentro Social como los pol¨ªticos que se adhieren a la coalici¨®n asumen las l¨ªneas maestras de Morena y que estas, insisten tanto en p¨²blico y en privado, no van a cambiar pese a la amalgama que est¨¢n formando. Adem¨¢s, con la incorporaci¨®n de los que anta?o fueron rivales tratan de extirpar la idea de que L¨®pez Obrador sigue siendo un peligro para M¨¦xico, una tesis sobre la que se basaron los cr¨ªticos en las dos anteriores campa?as y que sigue permeando en buena parte de la sociedad mexicana. En el caso del PRI, sus dirigentes siguen tratando de hacer calar la idea de que una llegada de L¨®pez Obrador al poder llevar¨ªa a M¨¦xico a una situaci¨®n como la que atraviesa Venezuela, al considerar que el l¨ªder de Morena no ha sido no solo lo suficientemente cr¨ªtico con Hugo Ch¨¢vez, en su d¨ªa y ahora con Nicol¨¢s Maduro, sino que los apoya.

Las ¨²ltimas incorporaciones de peso han sido la de su sucesor al frente de la capital mexicana, el popular Marcelo Ebrard, que regresa a M¨¦xico tras los cuestionamientos a su gesti¨®n y la de Ricardo Monreal, delegado [alcalde] del centro de la capital mexicana. Despu¨¦s de fulminarlo de la carrera por gobernar la Ciudad de M¨¦xico ha terminado por lograr su apoyo.

Si bien L¨®pez Obrador ha conseguido despojarse de buena parte de la carga cr¨ªtica que pesaba sobre ¨¦l, a¨²n sigue habiendo dudas sobre si la imagen de cambio que transmite es fidedigna. Sus ataques esta semana contra el analista Jes¨²s Silva-Herzog M¨¢rquez y el historiador Enrique Krauze, a ra¨ªz de un art¨ªculo del primero, han vuelto a evidenciar la poca autocr¨ªtica que siempre se le ha achacado al l¨ªder de Morena.

Una de las grandes diferencia con los dos intentos previos a la presidencia es que L¨®pez Obrador ha recurrido al humor en diversas ocasiones, como le han recomendado muchos de sus colaboradores, sabedores de que su peor defecto pol¨ªtico es su car¨¢cter. En sus intervenciones, no obstante, sigue perseverando la idea de que solo con su llegada al poder se solucionar¨¢n los problemas de M¨¦xico. A la espera de poder ofrecer un programa concreto, en los ¨²ltimos meses ha tomado la iniciativa a la hora de poner sobre la mesa electoral la inseguridad, con sugerencias tan arriesgadas y criticadas como otorgar amnist¨ªa a implicados en delitos de narcotr¨¢fico. M¨¢s all¨¢, tendr¨¢ que demostrar a¨²n cu¨¢l es realmente su plan para solucionar los males de M¨¦xico.