Atascados de por vida
Nos echamos a la carretera en S?o Paulo, Los ?ngeles, Mosc¨² y Bogot¨¢, cuatro de las ciudades con m¨¢s trafico del mundo, seg¨²n el ¨²ltimo ¨ªndice de INRIX
La vida es lo que ocurre mientras esperamos en un atasco. La m¨¢xima se aplica sobre todo a las grandes urbes, seg¨²n la lista mundial de ciudades con m¨¢s tr¨¢fico que ha elaborado INRIX Global Traffic Scorecard, l¨ªder en su sector. Entre las 10 primeras con m¨¢s congesti¨®n en hora punta, cinco son estadounidenses, con Los ?ngeles como el lugar donde la gente pasa m¨¢s tiempo a vuelta de rueda. He ah¨ª el reino de la espera. En las 1.360 ciudades estudiadas, con el an¨¢lisis de 2.000 millones de datos relativos al tr¨¢fico, los conductores pasaron un 9% de su tiempo de trayecto viendo la matr¨ªcula del coche de delante. Por pa¨ªses, Tailandia registr¨® el mayor n¨²mero de horas anuales por conductor atrapados en el tr¨¢fico (56), seguida de Indonesia (51), Colombia (49), Venezuela (42) y Rusia (41). Esta es la cr¨®nica del calvario que sufren a diario los conductores de cuatro grandes urbes del mundo:
S?o Paulo: un estilo de vida
¡°A lo mejor hoy no est¨¢ tan mal¡ A lo mejor en dos horas estamos all¨ª¡±, observa, temeroso, Silviu, setenta y pico a?os, pelo blanco peinad¨ªsimo hacia atr¨¢s y ojos aguamarina escondidos entre arrugas y dos cejas hom¨¦ricas. Se santigua y mete la direcci¨®n en el navegador del Chevrolet Celta, el coche que le presta un taxista para que se saque unos reales ahora que est¨¢ jubilado. Sus c¨¢lculos son bastante generosos. Nos disponemos a recorrer solamente 32,2 kil¨®metros, pero son de los peores de S?o Paulo, la mayor urbe de Am¨¦rica y la cuarta gran ciudad con mayores atascos del mundo, seg¨²n el estudio de INRIX. Son los 32 kil¨®metros que separan nuestro punto de partida, Guarulhos, donde est¨¢ el ¨²nico aeropuerto internacional del coraz¨®n financiero de Brasil, y el centro de la ciudad. Son las ocho de la ma?ana de un lunes, el peor momento para emprender el trayecto. Silviu arranca. A los 15 minutos ya ha frenado entre cientos de veh¨ªculos inm¨®viles por la izquierda, por la derecha, y hasta donde alcanza la vista. ¡°Bueno, no est¨¢ tan mal¡¡±, repite.
S?o Paulo es una ciudad gigante en la que 12 millones de personas conviven con un transporte p¨²blico modesto y calzadas que no dan abasto para tanto coche. El ayuntamiento restringe el acceso al centro en horas punta (7 a 10 de la ma?ana y 5 a 8 de la tarde) a ciertos coches en funci¨®n del n¨²mero final de su matr¨ªcula y el d¨ªa que sea, en un sistema de rotaci¨®n que busca descongestionar las calles. Pero a¨²n as¨ª, INRIX calcula que cada conductor de S?o Paulo pas¨® 86 horas de 2017 en alguno de sus embotellamientos: tres d¨ªas y medio de sus vidas parados al volante mirando a otros peatones y oyendo las motos que adelantan entre los andenes sin soltar el claxon. No es raro ver un taxi con enchufe para cargar el m¨®vil, caramelos por si entra el hambre y una peque?a televisi¨®n para no perderse el f¨²tbol ni la telenovela. El atasco es un fen¨®meno en otros lados, aqu¨ª es un estilo de vida.
Como tal, ha generado una industria sumergida de vendedores ambulantes que pasan el d¨ªa paseando entre los coches y ofreciendo boller¨ªa industrial, chicles, fruta o cargadores de m¨®viles. Algunos incluso aceptan tarjeta de cr¨¦dito. Eliseo, no. De 45 a?os, calvo, con un envidiable moreno en el cuerpo de metro setenta y una sonrisa a¨²n m¨¢s envidiable bajo el bigote, es un profesional de una esquina de Pinheiros, al este de la ciudad, que conecta dos avenidas. Vive de vender trapos de cocina aqu¨ª todo el d¨ªa. No necesita alejarse ni tampoco el lector de tarjetas. ¡°Aqu¨ª se juntan bastantes coches¡±, razona. Compra los trapos cerca del barrio de Br¨¢s, donde vive con su mujer y dos hijos, a un real cada uno. Luego los vende a 10 reales (2,6 euros) los cinco trapos, a partir de las diez de la ma?ana. ¡°Vendo 110 pa?os al d¨ªa si me quedo aqu¨ª siete horas¡±, calcula. Puede sacar hasta 5.000 reales al mes (1.240 euros), casi diez veces el salario m¨ªnimo. ¡°Antes era conductor pero mi mujer quer¨ªa ser ama de casa y si esto paga mejor, pues esto paga mejor¡±, r¨ªe.
¡°Antes era conductor pero mi mujer quer¨ªa ser ama de casa y si esto paga mejor, pues esto paga mejor"
El Chevrolet Celta se ha ido abriendo paso a ritmo de tortuga a lo largo de la autopista c¨®micamente llamada Ayrton Senna. Silviu primero rechaz¨® cocos de un vendedor y luego ha negociado unas maracuy¨¢s con otro. Lleva un buen rato callado. Sus c¨¢lculos iniciales han resultado optimistas: llevamos dos horas y media, y solo ahora comenzamos a acercarnos al destino. "Todo el mundo quiere llegar al mismo sitio a la vez", gru?e. Al aparcar, mira con agobio nuestra tarjeta de cr¨¦dito. "Ese bar de ah¨ª... ?tiene ba?o?", pregunta apurado. Al o¨ªr el s¨ª, sale todo lo disparado que puede un hombre de setenta y tantos a?os. Al fin y al cabo, ha pasado casi tres horas involuntariamente encerrado en un coche. Se le ve perceptiblemente aliviado al salir. "Ahora te cobro. Estos atascos... no son vida".
El tr¨¢fico une en Los ?ngeles
La ciudad de Los ?ngeles bosteza cuando le dicen que tiene el peor tr¨¢fico del mundo. Lleva seis a?os seguidos al frente de la clasificaci¨®n. El informe de INRIX apenas levanta cr¨ªticas en la capital del sur de California. El estudio del tr¨¢fico en Los ?ngeles es una disciplina cient¨ªfica local. Los horarios y las distancias se interiorizan como estad¨ªsticas de b¨¦isbol. En esta ciudad no se habla del tiempo. En vez de eso, se entra en una reuni¨®n diciendo por d¨®nde has llegado y se sale diciendo por d¨®nde vas a volver. El tr¨¢fico es lo que une.
Lo que llamamos Los ?ngeles es un condado formado por 88 municipios unidos en una gran conurbaci¨®n. Tiene 10.500 kil¨®metros cuadrados y 10 millones de habitantes. Es decir, la extensi¨®n de Asturias con la poblaci¨®n de Portugal. Es el condado m¨¢s poblado del pa¨ªs. En Los ?ngeles vive m¨¢s gente que en 40 de los Estados de la Uni¨®n. Sorprendentemente, funciona.
En INRIX, Los ?ngeles aparece como la que tiene peor tr¨¢fico si se mide por n¨²mero de horas que los conductores pasan atascados: 102 al a?o, una media de 3,5 al d¨ªa. No parece tanto comparado con otras ciudades del top 10 donde las distancias son mucho m¨¢s cortas y en las que adem¨¢s existe alternativa de transporte p¨²blico, como Nueva York, Mosc¨², San Francisco y Londres. Seg¨²n un estudio reciente, los conductores en Los ?ngeles pasan 53 minutos de media diarios en su camino al trabajo. El tr¨¢fico est¨¢ completamente ligado al trabajo, no a la configuraci¨®n de la ciudad. Por la noche, Los ?ngeles tiene mejor tr¨¢fico que otras 35 ciudades del estudio.
¡°Si tengo una cita, planeo todo el d¨ªa alrededor de ella¡±
Como comprueban desesperados los turistas antes de salir corriendo, no existe una red de transporte p¨²blico digna de tal nombre. La ciudad no tuvo una l¨ªnea de metro hasta 1993. No existe una alternativa real de transporte p¨²blico. No hay forma de exagerar este punto. En una ciudad tan extensa, el metro solo es ¨²til si el origen y el destino est¨¢n muy cerca de una parada. Caminar unas cuantas manzanas para llegar a ¨¦l hace que ya no merezca la pena en tiempo.
Annamaria Ferruggia, de 41 a?os, contesta al tel¨¦fono desde el coche al comenzar su jornada. Est¨¢ aparcada mientras busca en la aplicaci¨®n Waze la mejor manera de llegar desde su barrio en el este de Hollywood hasta Santa Ana (60 kil¨®metros) antes de las 11.30. ¡°Si tengo una cita, planeo todo el d¨ªa alrededor de ella¡±. Es un trayecto normal, sobre todo en sentido contrario. Pero es dif¨ªcil hacerlo en menos de hora y media, lo que condiciona todo el d¨ªa. Alrededor de una vez cada tres meses, calcula, un imprevisto hace que no llegue a tiempo a alg¨²n sitio.
Ferruggia trabaja como comercial y pasa el d¨ªa entero en el coche para acudir a citas a decenas de kil¨®metros una de otra. Hace entre 1.000 y 1.500 millas al mes. Llena el dep¨®sito unas cinco veces al mes, que cuesta entre 50 y 60 d¨®lares cada vez a una media de 0,95 d¨®lares el litro de gasolina, una de las m¨¢s caras del pa¨ªs. El estudio estima que los angelinos pierden 2.828 d¨®lares de media al a?o en gasto innecesario de combustible y el coste de los retrasos. El coste para la ciudad es de 19.200 millones al a?o.
De todas las rutas, Ferruggia tiene claro cu¨¢l es la peor. La autopista 10 hacia el oeste por la ma?ana y hacia el este por la tarde. ¡°Es impredecible y est¨¢ atascada a cualquier hora¡±. Se trata de la ¨²nica arteria que conecta el centro con la costa. El estudio de INRIX est¨¢ de acuerdo: afirma que el trayecto por la 10 en direcci¨®n este por la tarde es el cuarto peor tramo de Estados Unidos. Aunque la tentaci¨®n de salirse de la autopista es grande: ¡°Est¨¢s m¨¢s a gusto parado en el tr¨¢fico que callejeando¡±, reconoce Ferruggia.
Unos d¨ªas despu¨¦s de los premios Oscar del a?o pasado, esos en los que se equivocaron en el ¨²ltimo premio, el productor Judd Apatow estaba invitado al programa de entrevistas de Stephen Colbert. Le preguntaron c¨®mo se vio el hist¨®rico error desde el patio de butacas. Apatow tuvo que reconocer que se lo hab¨ªa perdido porque se hab¨ªa ido pronto de la ceremonia. ¡°Yo hago lo que sea por saltarme el tr¨¢fico en cualquier situaci¨®n¡±. Nadie le juzgar¨ªa en esta ciudad. Un a?o m¨¢s, y parece que por bastante tiempo, Los ?ngeles seguir¨¢ en su sitio para decirle al resto del mundo: no, tu tr¨¢fico no es el peor.
Mosc¨² no quiere el transporte p¨²blico
La capital de Rusia est¨¢ en el segundo lugar, detr¨¢s de Los ?ngeles, por el tiempo que los automovilistas pierden en los atascos: 91 horas en 2017, seg¨²n el informe de INRIX. Esto no tiene nada de extra?o si se toma en consideraci¨®n que en Mosc¨² hay registrados m¨¢s de cuatro millones de veh¨ªculos y, contando los alrededores de la ciudad, esta cifra aumenta a m¨¢s de siete. Las perspectivas no son alentadoras, ya que el n¨²mero de turismos, seg¨²n los pron¨®sticos, no se estabilizar¨¢ sino que seguir¨¢ aumentando en los pr¨®ximos a?os.
Los moscovitas pierden el 26% del tiempo que ocupan en el auto en atascos como promedio; en las horas punta, este ¨ªndice sube al 34%. "Un verdadero infierno", resume esta situaci¨®n Viacheslav, un hombre en sus cuarenta que sufre en su todoterreno detenido a las 17.15 en la calle Boslhaya Fili¨®vskaya, a la que he bajado al ver que el atasco en el ¨²ltimo d¨ªa de la semana laboral hab¨ªa ya comenzado. "A este paso, me queda todav¨ªa cerca de una hora de camino", calcula con resignaci¨®n, en direcci¨®n a la carretera de Rubliov, donde vive gente de altos ingresos. El tr¨¢fico volver¨¢ a ser m¨¢s o menos fluido en Mosc¨² pasadas las ocho de la tarde.
Por cada mil habitantes, en Mosc¨² hay 340 coches
Un mirada a los otros coches da una idea de c¨®mo algunos moscovitas tratan de aprovechar el tiempo en los atascos: escuchan audiolibros o m¨²sica (las mujeres, seg¨²n las encuestas, prefieren los libros de ficci¨®n; los hombres, de econom¨ªa o pol¨ªtica y policiacas); pero la mayor¨ªa habla por tel¨¦fono.
Ante la gran congesti¨®n que amenazaba con hacer colapsar las v¨ªas de la ciudad, las autoridades han tomado una serie de medidas, entre ellas, publicitar el uso del transporte p¨²blico para ir al centro. Algunos lo han hecho, otros han seguido parcialmente este consejo (usan el coche solo despu¨¦s de las 8.20 y hasta las tres o cuatro de la tarde; o, sobre todo los j¨®venes, solo en la noche, cuando se juntan con los amigos), pero la mayor¨ªa lo han ignorado.
Las principales medidas han ido dirigidas a mejorar el transporte p¨²blico: pusieron trenes que unen el centro con los aeropuertos; restauraron el anillo ferroviario de Mosc¨² y lo unieron al metro, agilizando la conexi¨®n entre diferentes barrios; crearon carriles exclusivos para autobuses y trolebuses. Tambi¨¦n han ordenado el tr¨¢fico, elevando las multas por infracciones (lo que reduce el n¨²mero de choques y, por lo tanto, de atascos); introduciendo aparcamientos de pago, construyendo v¨ªas elevadas y enlaces en las grandes arterias y carreteras.
Sin embargo, aunque la situaci¨®n ha mejorado algo, no habr¨¢ un alivio importante en el futuro pr¨®ximo. La causa reside, seg¨²n los especialistas, tanto en el sistema radial de la ciudad, que determina que casi no existan v¨ªas alternativas de acceso a los barrios, como en el constante aumento del parque automovil¨ªstico.
Para que el tr¨¢fico sea fluido y confortable, habr¨ªa que reducir el n¨²mero de autom¨®viles que sale diariamente a las calles moscovitas en 500.000 unidades, de 3,6 a 3,1 millones, seg¨²n Maxin Loskutov, jefe del departamento de Transporte. Por cada mil habitantes, en Mosc¨² hay 340 coches, cifra mucho mayor que Nueva York (205), Los ?ngeles (155), Londres (95), Singapur (75) agrega el funcionario para indicar que si no fuera por las medidas tomadas la situaci¨®n ser¨ªa bastante m¨¢s problem¨¢tica. Las cifras dadas por Loskutov muestran que si bien se ha logrado evitar el colapso de las arterias capitalinas, tener un tr¨¢fico fluido es de momento un sue?o irrealizable, al menos hasta que la mayor¨ªa de la gente decida que es preferible usar el transporte p¨²blico.
Bogot¨¢: trancones para todos
Cuando alguien le pregunta a un reci¨¦n llegado qu¨¦ le parece Bogot¨¢, la respuesta suele ser parecida. La sensaci¨®n que a los pocos d¨ªas queda grabada en el visitante es la de una ciudad activa, en continuo movimiento, hospitalaria, con barrios desiguales, zonas comparables con las grandes capitales europeas y amplios sectores de aluvi¨®n. No obstante, en la lista casi siempre hay dos inconvenientes que sufren todos los bogotanos: el clima propio de un lugar que se encuentra a m¨¢s de 2.600 metros de altitud, con lluvias frecuentes y cambios repentinos de temperatura, los trancones.
As¨ª se llaman los atascos, el obst¨¢culo que afrontan a diario todos sus habitantes, con la excepci¨®n de los fines de semana. Seg¨²n el informe de INRIX, Bogot¨¢ es la sexta ciudad m¨¢s congestionada del mundo y Colombia, el tercer pa¨ªs despu¨¦s de Tailandia e Indonesia. Los ocho millones de vecinos de Bogot¨¢ ¨Ccasi diez en el ¨¢rea metropolitana- pasan de media 75 horas al a?o varados en alguna v¨ªa de la ciudad, que tiene una estructura de cuadr¨ªcula en la que se cruzan calles y carreras. No obstante, la percepci¨®n de p¨¦rdida de tiempo puede ser incluso mayor. Tampoco existe una hora valle. Los ciudadanos se levantan muy pronto, incluso de madrugada, y sus ritmos laborales dependen en buena medida de las horas de sol, entre las seis de la ma?ana y las seis de la tarde, que apenas var¨ªan a lo largo del a?o. Antes y despu¨¦s de esos dos picos, la circulaci¨®n es muy intensa, aunque en realidad es posible toparse con un tranc¨®n a cualquier hora, llegando a tardar casi una hora para recorrer pocos kil¨®metros.
Los factores que determinan los atascos son m¨²ltiples. En la ciudad se mueven m¨¢s de los cerca de 1,5 millones de veh¨ªculos matriculados, entre autom¨®viles y motos. Los accidentes, las obras y la oferta del transporte p¨²blico son algunas de las causas. Las autoridades introdujeron medidas como los ¡°d¨ªas sin carro¡± y una restricci¨®n conocida como ¡°pico y placa¡±, que regula la circulaci¨®n en las horas punta en funci¨®n del ¨²ltimo n¨²mero de la matr¨ªcula del veh¨ªculo. En Bogot¨¢ hay un sistema de autobuses de transporte masivo que funciona desde el a?o 2000 llamado Transmilenio. Cuenta con una flota de 2.292 unidades que circulan por carriles exclusivos en las que se desplazan un promedio de 1,3 millones de pasajeros, lo que no ha resultado suficiente para evitar los embotellamientos. Tiene una estructura que busca reproducir la de un metro, que es la ya eterna asignatura pendiente de la ciudad.
En la capital se empez¨® a hablar del metro hace m¨¢s de 70 a?os, pero sus habitantes tendr¨¢n que esperar al menos hasta 2019 para ver el comienzo de las obras de la primera l¨ªnea si no se registran nuevos obst¨¢culos y se resuelven todas las trabas administrativas y financieras. El Gobierno respaldar¨¢ la construcci¨®n del primer tramo, casi 24 kil¨®metros de ra¨ªles elevados que deber¨ªan conectar el suroeste y el noreste de la ciudad.
Tom C. Avenda?o (S?o Paulo), Rodrigo Fern¨¢ndez (Mosc¨²), Pablo Xim¨¦nez de Sandoval (Los ?ngeles) y Francesco Manetto (Bogot¨¢)
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