Tariq Ramadan, el intelectual del doble lenguaje
El pensador suizo, figura controvertida del islam, ha sido acusado de violaci¨®n
Tariq Ramadan, el intelectual suizo acusado en Francia de violar a dos mujeres y en prisi¨®n preventiva desde la semana pasada, se considera a s¨ª mismo el equivalente, "en el paisaje intelectual, de lo que un minarete es en la calle". Es decir, un objeto extra?o e inc¨®modo en Occidente. "Con frecuencia he recibido cr¨ªticas muy emotivas y he sido objeto de proyecciones que a veces me han divertido y a veces francamente me han inquietado", lamenta Ramadan (Ginebra, 1962) en su libro Mi visi¨®n del islam occidental. Por eso se compara con un minarete en tierra cristiana. "Presente, instalado en nosotros", resume, "y aparentemente tan distinto de nosotros".
El periplo p¨²blico de Ramadan ¡ªuna de las figuras m¨¢s controvertidas del islam contempor¨¢neo, admirado por unos como un puente necesario entre los musulmanes y la modernidad; vilipendiado por otros como un predicador que usa un doble lenguaje para transmitir un mensaje radical¡ª puede estar llegando a su fin. En libros, entrevistas y conferencias suele presentarse como v¨ªctima de todo tipo de campa?as y conspiraciones, aunque finalmente siempre haya salido m¨¢s o menos indemne y, mal que bien, haya mantenido su reputaci¨®n: acaba de publicar un libro de conversaciones con el respetado soci¨®logo Edgar Morin y sigue figurando como profesor en Oxford en la web de la universidad, aunque est¨¢ en excedencia. Tariq Ramadan, nieto de Hassan al-Banna, el fundador de los Hermanos Musulmanes, afronta hoy graves acusaciones, de una violencia perturbadora: la en¨¦sima campa?a de desprestigio alimentada por la islamofobia, seg¨²n su l¨ªnea de defensa, aunque la m¨¢s dura y quiz¨¢ la definitiva; o la prueba tambi¨¦n definitiva y flagrante de la perversidad moral y la diab¨®lica capacidad manipuladora que le achacan sus detractores.
Paul Berman, uno de los autores que ha diseccionado el pensamiento de Ramadan y su habilidad para seducir a los intelectuales progresistas, lo describi¨® en el ensayo La huida de los intelectuales como "un hombre representativo de nuestra ¨¦poca" a quien "el destino ha colocado en el lugar exacto donde convergen media docena de conflictos y controversias". Hasta ahora estas pol¨¦micas hab¨ªan sido de car¨¢cter religioso y pol¨ªtico. ?C¨®mo ser un buen musulm¨¢n en una democracia occidental? ?Es compatible la tradici¨®n integrista de su venerado abuelo con el pluralismo pol¨ªtico y religioso? ?Qu¨¦ papel deben tener los intelectuales musulmanes ante fen¨®menos como la discriminaci¨®n de la mujer? ?No son personalidades como Ramadan, que proclaman la no violencia y el respeto del estado de derecho, los mejores aliados de Gobiernos laicos a la hora de cohesionar las sociedades multiculturales y fomentar la integraci¨®n y la participaci¨®n de las minor¨ªas? Estos eran los "conflictos y controversias" que hasta hace unas semanas hac¨ªan de Ramadan una figura central en el debate sobre el islam occidental. El "destino" ¡ªo mejor dicho, la denuncia de varias mujeres, o los actos de Ramadan, si las denuncias se demuestran ciertas¡ª le coloca en el centro de otra controversia: la del fin del silencio y las denuncias sobre los acosos sexuales de hombres poderosos. "El hombre", dec¨ªa en 2010 Berman en alusi¨®n a Ramadan, "es un punto de colisi¨®n". Lo sigue siendo.
En los noventa empez¨® a extenderse su fama de reformista que explicar¨¢ que "el islam es una gran y noble religi¨®n"
"Soy suizo de nacionalidad, egipcio de memoria, musulm¨¢n de religi¨®n, europeo de cultura, universalista de principio, marroqu¨ª y mauriciano de adopci¨®n", se define Ramadan. Su padre, Said Ramadan, "fue el encargado hasta su muerte de difundir el islam de los Hermanos Musulmanes en Europa", escribe Caroline Fourest en Hermano Tariq. El doble discurso de Tariq Ramadan, otro ensayo muy cr¨ªtico, como el de Berman, con el intelectual musulm¨¢n. "Su madre, Wafa al-Banna, no es otra que la hija preferida del fundador de los Hermanos Musulmanes, Hassan al-Banna, el hombre a quien se refieren todos los islamistas, incluidos los m¨¢s extremistas".
"No soy miembro de los Hermanos Musulmanes y no soy islamista", le dice Ramadan a Morin en La urgencia y lo esencial, el libro firmado por ambos y publicado en octubre de 2017. Profesor de instituto primero, comprometido con causas llamadas altermundialistas, autor de una tesis de filosof¨ªa titulada Nietzsche, historiador de la filosof¨ªa, decidi¨® retomar los estudios sobre el islam y trasladarse a vivir con su mujer e hijos al pa¨ªs de sus padres, Egipto. "Se trataba", explic¨® en Mi visi¨®n del islam occidental, "de asumir mi religi¨®n, de explicarla y, sobre todo, de mostrar todo lo que tenemos en com¨²n con el juda¨ªsmo, el cristianismo, pero igualmente con los valores promovidos por tantos humanistas, agn¨®sticos y ateos".
Tras la etapa egipcia, a principios de los noventa regresa a Europa y empieza a extenderse su fama como el reformista que explicar¨¢ a los musulmanes europeos que "el islam es una gran y noble religi¨®n, pero que todos los musulmanes, o las sociedades mayoritariamente musulmanas, no estuvieron ni est¨¢n ¡ªni de lejos¡ªa la altura de esta nobleza, tanto en la historia como en la ¨¦poca contempor¨¢nea". "Se impone una reflexi¨®n cr¨ªtica sobre nuestros principios, nuestra mirada sobre el otro, las culturas, las libertades y la situaci¨®n de las mujeres", a?ade en el libro citado.
Para muchos, Ramadan, que habla en tono sosegado y razona con las referencias y los argumentos de un intelectual franc¨¦s, ser¨¢ el ant¨ªdoto del islam radical en las banlieues francesas y europeas, el predicador que convencer¨¢ a los j¨®venes musulmanes de Europa de que abracen la democracia y se alejen del islamismo y de la violencia. "El h¨¦roe isl¨¢mico tan esperado", escribe Berman, "el pensador religioso que finalmente adaptar¨ªa el islam al mundo moderno". Para otros ¡ªel propio Berman y Fourest, entre una larga lista de cr¨ªticos¡ª basta rascar un poco para descubrir que es s¨®lo una fachada y que, como escribe Fourest desde una ¨®ptica laicista, "sus partidarios saben de manera pertinente que Ramadan es un predicador fundamentalista que les solicita que usen el concepto de ciudadan¨ªa para hacer avanzar las ideas de la Rep¨²blica hacia m¨¢s islam". La filiaci¨®n con Al-Banna y el islamismo de los Hermanos Musulmanes, seg¨²n esta visi¨®n, no s¨®lo ser¨ªa familiar sino intelectual. Ya en 1995, el Ministerio del Interior franc¨¦s le proh¨ªbe temporalmente entrar en el pa¨ªs. Lo mismo le ocurrir¨¢ en 2004, cuando deba anular su estancia prevista como docente en la Universidad jesuita de Notre-Dame (Indiana) al denegarle las autoridades estadounidenses el visado.
Ahora dos mujeres musulmanas le acusan de agresiones sexuales y est¨¢ en prisi¨®n por ello
Un momento clave en la proyecci¨®n p¨²blica de Ramadan es el debate que mantiene ante millones de espectadores en 2003 con el entonces ministro del Interior franc¨¦s ¡ªy m¨¢s tarde presidente¡ª Nicolas Sarkozy, en el programa de la televisi¨®n francesa?Cien minutos para convencer. Sarkozy le echa en cara un art¨ªculo en el que atribuye a varios intelectuales franceses que defendieron posiciones proisrael¨ªes o apoyaron la invasi¨®n de Irak una posici¨®n que llama ¡°comunitarista¡±, al mantener, supuestamente, estos puntos de vista por ser jud¨ªos. Despu¨¦s Sarkozy le pide su opini¨®n sobre la justificaci¨®n que Hasni Ramadan, hermano de Tariq, hab¨ªa formulado de la lapidaci¨®n de las mujeres. "Lapidar a una mujer, ?es monstruoso o no?", le pregunta. La respuesta de Tariq Ramadan sorprende: "Yo no soy mi hermano, ¨¦l tiene sus posiciones. Sobre la lapidaci¨®n, pido una moratoria para que haya un debate entre los musulmanes". Ramadan consideraba que la moratoria en estas pr¨¢cticas que ¨¦l rechazaba era la mejor manera de hacer evolucionar las mentalidades hasta poder prohibirlas definitivamente.
En unos minutos Ramadan tuvo que defenderse, ante un temible adversario dial¨¦ctico como era Sarkozy, de dos cuestiones en las que se le ha acusado de doble lenguaje: el antisemitismo (¨¦l se declara adversario frontal del antisemitismo) y el trato a las mujeres (¨¦l se declara feminista). En?Mi visi¨®n del islam occidental defiende que las mujeres "pueden liberarse en y por el islam" y subraya que golpear a las mujeres "es contrario a las ense?anzas isl¨¢micas". Ahora dos mujeres musulmanas le acusan de agresiones sexuales y est¨¢ en prisi¨®n por ello. El sistema-Ramad¨¢n parece tocado. "El islam", escrib¨ªa en el mismo libro, "no tiene un problema con las mujeres, pero parece claro que efectivamente los musulmanes tiene problemas con ellas, y hay que buscar, desde el interior, las razones y a veces las (discutibles) justificaciones".
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