Reed Hastings, el cerebro detr¨¢s de Netflix
El fundador de la plataforma de v¨ªdeo bajo demanda ha revolucionado el consumo de televisi¨®n
Reed Hastings es de los que reconoce sin titubeos a sus rivales con solo escuchar sus voces. Les respeta, aunque no les teme, y tampoco tiene por qu¨¦: Hastings es Netflix. Y pasar¨¢ a la historia de la industria del entretenimiento como la persona que revolucion¨®, hace ya dos d¨¦cadas, la manera en la que se consumen series y pel¨ªculas. El terremoto que provoc¨® acab¨® por forzar a los viejos titanes del negocio a unirse para sumar fuerzas.
Lo cierto es que para tener ¨¦xito en los negocios en EE UU es prerrequisito poseer una buena historia, y la de Hastings empez¨® con una frustraci¨®n. La leyenda cuenta que fund¨® el portal de Netflix en 1997 porque la cadena de videoclubes Blockbuster le cobr¨® 40 d¨®lares por perder un VHS de la pel¨ªcula Apollo 13. Le dio tal verg¨¹enza tener que pagar aquella infracci¨®n que no se lo cont¨® ni a su esposa.
Pero aquel bochorno le llev¨® a tratar de crear un modelo que permitiera alquilar pel¨ªculas sin salir de casa. Una tarifa fija permitir¨ªa acceder al servicio. Ayud¨® que en aquellos a?os empezaba a abandonarse el formato de las cintas de VHS y a imponerse los discos compactos de DVD. Hastings puso a prueba su idea enviando un CD por correo con un sello corriente. Le lleg¨® un d¨ªa despu¨¦s y ese fue su momento eureka. El modelo de negocio que cre¨® fue rompedor y no tard¨® en arramplar con Blockbuster. Pero su visi¨®n iba m¨¢s r¨¢pido que el correo postal.
Gracias a sus estudios en ciencias de computaci¨®n, entendi¨® que ese contenido podr¨ªa, alg¨²n d¨ªa no muy lejano, distribuirse a trav¨¦s de Internet. Solo hab¨ªa que comprimirlo para que los datos llegaran por la Red.
Los contenidos creados por la compa?¨ªa ya acumulan 430 nominaciones a premios de la industria
Al ver el ¨¦xito que empezaba a tener YouTube, ofreci¨® el contenido de su videoteca v¨ªa streaming en 2007. En solo tres a?os el volumen de usuarios abonados al nuevo servicio super¨® a los que recib¨ªan las pel¨ªculas en formato DVD por correo. Diez a?os despu¨¦s, la plataforma se acerca a los 120 millones de abonados en 190 pa¨ªses, seg¨²n los datos que public¨® en enero.
Hastings, de 57 a?os, naci¨® y creci¨® en Boston. El Bowdoin College lo acept¨® para estudiar matem¨¢ticas. Pero antes de matricularse, prolong¨® durante un a?o un trabajo de verano que ten¨ªa vendiendo aspiradoras a domicilio. Tras graduarse con honores en la primavera de 1983, emprendi¨® vuelo hacia Suazilandia, donde se dedic¨® a ense?ar matem¨¢ticas en un colegio durante dos a?os con los Peace Corps, agencia federal independiente de EE UU que env¨ªa voluntarios a 70 pa¨ªses del mundo y fue fundada por Kennedy.
La experiencia le enriqueci¨® enormemente. Pero la rutina era demasiado lenta para lo que estaba acostumbrado. Se sent¨ªa estancado. Desde ?frica envi¨® su solicitud de acceso a Stanford, la incubadora de genios que tienen la ambici¨®n de cambiar el mundo con su visi¨®n innovadora. All¨ª curs¨® un m¨¢ster en inform¨¢tica.
Una vez terminados sus estudios fund¨® en 1991 su primera compa?¨ªa, Pure Software. La vendi¨® y con ese dinero financi¨® su siguiente proyecto, Netflix, con su compa?ero de batallas en esta aventura, Marc Randolph.
La leyenda dice que cre¨® la compa?¨ªa porque un videoclub le mult¨® por perder una cinta de VHS
Hastings se presenta en p¨²blico apasionado y confiado, pero sin ser arrogante. Dice que es el primer sorprendido por el ¨¦xito de su negocio. Pero esa modestia no es incompatible con el objetivo de aprovechar el poder de Internet mejor y m¨¢s r¨¢pido que el resto. Netflix representa el 40% del tr¨¢fico de datos que se mueve en la franja horaria de m¨¢xima audiencia en EE UU.
El proceso que llev¨® a la creaci¨®n de Netflix es mucho m¨¢s complejo de lo que podr¨ªa parecer. El nombre original de la compa?¨ªa era Kibble. Hastings actu¨® al principio de inversor m¨¢s que de gestor, porque estaba dedicado a su otra pasi¨®n, la educaci¨®n. Eso fue hasta que Netflix comenz¨® a tener ¨¦xito y capt¨® su inter¨¦s como empresario. Se fue implicando m¨¢s y m¨¢s en el d¨ªa a d¨ªa del negocio y acab¨® sustituyendo como consejero delegado a Randolph, que abandon¨® la compa?¨ªa en 2002.
Hastings, gracias a su capacidad de an¨¢lisis, es muy bueno identificando problemas en una fase temprana, y es muy r¨¢pido encontrando soluciones. Y eso lo combina con una habilidad para gestionar una estructura de gran escala. Pocos ejecutivos tienen, adem¨¢s, el est¨®mago para ejecutar una estrategia dise?ada para canibalizar su propio negocio, como ¨¦l hizo al llevar Netflix del DVD al streaming.
El gran reto es producir el contenido que buscan sus usuarios y ayudarlos a encontrarlo. Ya no son los conglomerados los que deciden lo que se consume. Netflix, es tambi¨¦n la compa?¨ªa que produce House of Cards, Orange Is the New Black, Narcos, Glow, Stranger Things o The Crown y acumula m¨¢s de 430 candidaturas a premios y galardones, desde que lanz¨® su primera serie original en 2013.
Actualmente Netflix no tiene nada que ver con la empresa que naci¨® en el verano de 1997. Su facturaci¨®n alcanz¨® el a?o pasado 11.690 millones de d¨®lares, con un beneficio de 560 millones. Los discos compactos siguen generando ingresos por valor de 450 millones, gracias a los 3,3 millones de abonados.
La compa?¨ªa tiene un valor en Bolsa que iguala al de Goldman Sachs y duplica el de Telef¨®nica. La fortuna personal de Reed Hastings ronda los 3.100 millones, seg¨²n la clasificaci¨®n de la revista Forbes. Pero no es tanto dinero si se compara con el patrimonio de otros magnates del universo tecnol¨®gico como Jeff Bezos (Amazon) o Bill Gates (Microsoft). De hecho, ocupa el puesto 390? en la lista de ricos en EE UU.
Recientemente el empresario anunci¨® la creaci¨®n de un fondo de 100 millones de d¨®lares que aspira a cambiar la manera en la que los ni?os aprenden, ofreciendo un mayor acceso a una educaci¨®n de calidad. El objetivo es crear escuelas concertadas en las que la tecnolog¨ªa est¨¦ plenamente integrada en las aulas.
Hastings tiene una regla que se impone a s¨ª mismo: alejarse del trabajo al menos seis semanas al a?o. Sin embargo, no tiene un pasatiempo destacable para ocupar ese tipo libre. S¨ª se declara amante de los animales y su casa en Santa Cruz est¨¢ repleta de criaturas, incluidas dos peque?as cabras de Nigeria. Y, por cierto, dice que ve Netflix cuando tiene tiempo.
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