Por qu¨¦ el centro no va ganando en Colombia (de momento)
Estas son probablemente las elecciones m¨¢s ideol¨®gicamente competitivas en la historia del pa¨ªs
Colombia vive hoy en una aparente contradicci¨®n demosc¨®pica. Seg¨²n todos los datos disponibles, el centro es el espacio ideol¨®gico preferido por los colombianos: entre un 40% y un 45% se declaran centristas seg¨²n varias fuentes (como la Encuesta de Cultura Pol¨ªtica del DANE, o el AmericasBarometer). A pesar de ello, son las candidaturas m¨¢s extremas ideol¨®gicamente las que puntean en intenci¨®n de voto. Mientras, Fajardo pierde su ventaja inicial, Humberto de la Calle se hunde, y Vargas Lleras se estanca. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando con el centro en Colombia? ?Y qu¨¦ explica esta contradicci¨®n?
Hist¨®ricamente, ser de centro ha significado dos cosas bien distintas. Casi opuestas, y a pesar de ello ¨ªntimamente relacionadas. Por un lado est¨¢ lo que podr¨ªamos llamar ¡®centro cl¨¢sico¡¯, que se basa en una defensa del statu quo a partir del pactismo que domin¨® la pol¨ªtica colombiana desde el Frente Nacional. Este viejo centro se enfrenta desde hace a?os al nuevo centro, heredero de la Ola Verde, y de tantas otras propuestas que precedieron a la candidatura presidencial de Antanas Mockus en 2010. Se trata de un centro radical que naci¨® para mejorar la democracia sin cuestionar el mercado, basado en un mensaje regeneracionista que se complementa con propuestas de igualdad de oportunidades sin salirse de una defensa cerrada de los derechos de propiedad, del liberalismo tanto econ¨®mico como social. En otras palabras: mientras el centro cl¨¢sico defiende las instituciones, este nuevo centro apostar¨ªa por el reformismo como ¨²nica v¨ªa para conservar dichas instituciones.
Si atendemos a los datos de la ¨²ltima d¨¦cada, el centro regeneracionista mantiene su colch¨®n electoral en el entorno del 5%, que es lo que tradicionalmente han obtenido los candidatos verdes a las elecciones legislativas. Aquel 30% de Mockus estuvo alimentado, sobre todo, por voto de izquierda. Mientras que el ¡®viejo centro¡¯ se fue con Santos en aquellas elecciones. En 2014, Santos volvi¨® a ser su candidato, mientras que el regeneracionismo se qued¨® hu¨¦rfano en primer vuelta y acept¨® al Presidente en segunda por evitar a Zuluaga.
Pero estas elecciones son muy distintas. Estas son probablemente las elecciones m¨¢s ideol¨®gicamente competitivas en la historia de Colombia, recuerda. Eso quiere decir que salir de la zona centrada es imprescindible para construir mayor¨ªas. Vargas Lleras lo sabe, y por eso ha buscado con ah¨ªnco la derecha, espacio tradicional de atracci¨®n para los miembros de la vieja ¨¦lite centrista-pragm¨¢tica. Tambi¨¦n lo sabe Fajardo, quien se decidi¨® por la izquierda en una especie de repetici¨®n de la Ola Verde, con la diferencia crucial de que hoy este espacio ideol¨®gico est¨¢ en crecimiento. Y lo mismo ha intentado Humberto de la Calle en su alianza con Clara L¨®pez.
Sin embargo, es posible que ninguno de ellos contase con que la competencia en ambos extremos fuese a ser tan dura. Tanto Petro como Duque (por mencionar a aquellos que dominan las encuestas y por tanto sus respectivas consultas) son candidatos que generan odios cerrados, pero tambi¨¦n amores. Dentro de las opciones que son viables por s¨ª mismas (y, por tanto, descartando tanto a ¡®Timochenko¡¯ como a Piedad C¨®rdoba), aquellas m¨¢s odiadas en Colombia son tambi¨¦n las que despiertan mayor atracci¨®n.
Lo que sucede aqu¨ª es lo que podr¨ªamos llamar la paradoja de la polarizaci¨®n: en un espacio fuertemente competido, si un candidato genera rechazo de una porci¨®n de la estructura ideol¨®gica suele ser porque levanta pasiones en el otro. Esto, que hace de Petro y Duque, malos candidatos para una hipot¨¦tica segunda vuelta en la que el voto suele coordinarse en torno a la alternativa m¨¢s centrada, los convierte al mismo tiempo en feroces adversarios para la primera vuelta, en la cual la gran divisi¨®n favorece a las opciones que son capaces de movilizar a su base. Si el centro, por muy grande que sea, est¨¢ partido en tres, por mucho que ¨¦stos intenten cazar fuera de esta zona y hacia los extremos, es dif¨ªcil que sean competitivos con candidatos que son obviamente percibidos como genuinamente de derecha o de izquierda. No s¨®lo por sus votantes potenciales, sino tambi¨¦n por sus enemigos, que confirman as¨ª la percepci¨®n de los seguidores en cada discusi¨®n que tengan en bares, lugares de trabajo o redes sociales.
El anuncio de Claudia L¨®pez como compa?era de viaje de Fajardo podr¨ªa ayudarle en estas lides, dado que se trata de una persona con un perfil que es al mismo tiempo percibido como radical y moderado: aporta tono (y por tanto, pasiones y odios) a su campa?a sin moverla del espacio centrista, en un color particularmente intenso de regeneracionismo. Vargas Lleras podr¨ªa intentar lo mismo con su dupla vicepresidencial, pero apelando al conservadurismo y a su maquinaria territorial, un as que se guarda todav¨ªa en la manga.
Pero, si la din¨¢mica actual se mantiene, Colombia podr¨ªa llegar encontrarse con el deseo de votar a un candidato de centro (viejo o nuevo) para la segunda vuelta, como ha sucedido tradicionalmente en el pa¨ªs. Pero, por primera vez, sin ninguno al que acudir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.