Una ¡°revoluci¨®n estancada¡± para la mujer latinoamericana
Am¨¦rica Latina y el Caribe ha achicado la brecha de g¨¦nero en educaci¨®n y participaci¨®n laboral, pero la violencia contra la mujer, la desigualdad salarial y las altas tasas de embarazo adolescente deslucen los avances
Ser mujer en Am¨¦rica Latina y el Caribe es estar entre las m¨¢s escolarizadas, es haber ganado terreno en el mercado laboral y es contar con mejores coberturas de salud que antes.
Pero para muchas de ellas tambi¨¦n es ser madre demasiado joven, es ganar menos que los hombres y, lo peor, siempre sentir miedo: 14 de los 25 pa¨ªses del mundo con las tasas m¨¢s elevadas de feminicidios se encuentran en la regi¨®n.
Es un escenario de fuertes contrastes el que viven las mujeres en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Las m¨¢s escolarizadas, pero no las m¨¢s educadas
Hoy m¨¢s que nunca, las mujeres son mayor¨ªa en las aulas de la regi¨®n y la diferencia es notoria a medida que se avanza en los diferentes niveles.
Sin embargo, la calidad de la educaci¨®n es baja y a nivel terciario existen diferencias significativas en los campos de estudio: en carreras como Ciencias, Ingenier¨ªa y Agricultura, la vasta mayor¨ªa de los estudiantes siguen siendo hombres.
Son adolescentes?y son mam¨¢s
En materia de salud, una mayor cobertura ha logrado un progreso consistente en un ¨¢rea clave: en 1990 se registraban 135 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, en la actualidad ese n¨²mero ha bajado a 67, casi la mitad.
Pero, aunque la tasa de fertilidad ha disminuido (2,1 nacimientos por mujer en la actualidad), el embarazo adolescente no lo ha hecho al mismo ritmo.
Am¨¦rica Latina tiene una de las tasas m¨¢s altas de mujeres que dan a luz entre los 15 y 19 a?os (solo superada por ?frica subsahariana): 63 de cada 1.000 nacimientos son de adolescentes, con n¨²meros m¨¢s altos en Centroam¨¦rica y el Caribe.
Los expertos coinciden en que cuando las mujeres j¨®venes quedan embarazadas y abandonan la escuela tienen menos opciones de subsistencia, lo que puede conducir a una mayor dependencia y niveles m¨¢s altos de pobreza.
La ¡°doble carga¡±
M¨¢s de la mitad de las mujeres en edad activa est¨¢ trabajando en Am¨¦rica Latina y el Caribe. Sin embargo, el ingreso de la mujer en el mundo laboral parece haberse estancado: desde 2006 la tasa de poblaci¨®n activa de mujeres ronda el 51%.
De acuerdo con el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad de La Plata, este estancamiento en la regi¨®n podr¨ªa deberse a que la tasa de participaci¨®n ha llegado a su techo y que como muchos hombres se encontraban con trabajo bien remunerado durante el periodo de auge econ¨®mico, las mujeres decidieron quedarse en casa para dedicarse a otras tareas.
Ahora que las condiciones no son tan favorables, los puestos se reservan para las contrapartes masculinas dejando a las mujeres con empleos de baja calidad o no remunerados, y, en el peor de los casos, fuera del mercado formal de trabajo, seg¨²n expertos del Banco Mundial.
A ello se le suma que el ingreso masivo de la mujer en el trabajo no fue acompa?ado de una distribuci¨®n m¨¢s equitativa de las tareas dom¨¦sticas. Esto es lo que los expertos llaman una "doble carga". Ellas destinan unas tres horas m¨¢s por d¨ªa a actividades dom¨¦sticas y ganan, en promedio, un 10% menos.
Para volver a aumentar la mano de obra femenina es clave mejores pol¨ªticas p¨²blicas. Una de ellas tiene que ver con ofrecer m¨¢s y mejores servicios de guarder¨ªa, de acuerdo con un estudio realizado por la Corporaci¨®n Financiera Internacional.
La cifra m¨¢s triste
La gran deuda de Am¨¦rica Latina y el Caribe con las mujeres tiene que ver con la violencia de g¨¦nero.
De acuerdo con ONU Mujeres, de los 25 pa¨ªses con las tasas m¨¢s elevadas de feminicidios, 14 est¨¢n en la regi¨®n y se estima que 1 de cada 3 mujeres mayores de 15 a?os ha sufrido violencia sexual, lo que alcanza la categor¨ªa de epidemia seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
La buena noticia es que se ha avanzado en la reglamentaci¨®n de diferentes leyes que reconocen la violencia de g¨¦nero. De hecho, 24 de los 33 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe cuentan con leyes contra la violencia dom¨¦stica. A¨²n as¨ª, solo nueve pa¨ªses han sancionado leyes que tipifican una variada gama de expresiones de violencia contra las mujeres, tanto en el ¨¢mbito privado como p¨²blico.
Soluciones en el terreno
La perspectiva de g¨¦nero est¨¢ comenzando a ser una parte central de las agendas de los gobiernos. En la regi¨®n, existen varias iniciativas apoyadas por el Banco Mundial que buscan la manera de cerrar la brecha en diferentes ¨¢mbitos.
Estos son algunos ejemplos:
- En Hait¨ª, el Ministerio de Agricultura est¨¢ contratando mujeres en posiciones gerenciales para reducir la existente brecha de g¨¦nero.
- Un proyecto en Ecuador buscar¨¢ que las mujeres tengan las mismas oportunidades en educaci¨®n t¨¦cnica terciaria.
- En M¨¦xico, la campa?a ¡°Hazme el Paro¡± busca prevenir la violencia y el acoso hacia las mujeres en el transporte p¨²blico.
- Por ¨²ltimo, en Argentina, la pavimentaci¨®n de la ruta 3 en el norte ha mejorado las oportunidades econ¨®micas de las mujeres ind¨ªgenas qom, quienes instalaron diferentes centros culturales donde venden artesan¨ªas y ofrecen actividades tur¨ªsticas.
Mar¨ªa Victoria Ojea es productora digital del Banco Mundial.
Dos historias de superaci¨®n en el Caribe
¡°Estoy lista para ayudar a reconstruir Hait¨ª¡±
Tras el paso del hurac¨¢n Matthew, Marie Carine Fran?ois, de 32 a?os, perdi¨® su negocio a causa de las inundaciones que devastaron el sur de Hait¨ª, donde vive junto a su hija de seis a?os y dos hermanos. Estaba ayudando a limpiar los escombros de su barrio cuando las autoridades locales la invitaron a participar de una capacitaci¨®n formal y as¨ª ayudar a la reconstrucci¨®n.
¡°Luego del taller, puedo ir a cualquier sitio de construcci¨®n y ofrecer mis conocimientos como modo de ganarme la vida¡±, dice Marie. ¡°Ahora me siento m¨¢s realizada porque estoy involucrada de manera activa en la reparaci¨®n de mi casa, que sufri¨® la destrucci¨®n de una pared por el hurac¨¢n. Tambi¨¦n estoy orgullosa de estar relacionada directamente en la reconstrucci¨®n de nuestro municipio¡±.
¡°Somos las historias que nos contamos a nosotras mismas¡±
La jamaiquina Kenia Mattis siempre tuvo una enorme pasi¨®n por la iniciativa empresarial social y la educaci¨®n. ¡°Somos las historias que nos contamos a nosotras mismas¡±, dice Kenia. En 2017, Kenia cre¨® una empresa subsidiaria especializada en juegos de aprendizaje. La empresa dise?a plataformas en l¨ªnea para ayudar a los m¨¢s j¨®venes a desarrollar aptitudes ling¨¹¨ªsticas s¨®lidas, encontrar inspiraci¨®n y cultivar la creatividad. ¡°Nos complace enormemente hacer que el aprendizaje sea divertido y accesible para todos¡±, afirma.
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