La Euroc¨¢mara carga contra la opacidad en la elecci¨®n del ¡®n¨²mero dos¡¯ de Juncker

Las primeras dos semanas de Martin Selmayr en su nuevo trabajo est¨¢n siendo de todo menos pl¨¢cidas. El flamante secretario general de la Comisi¨®n Europea lidia con las sospechas que rodean su ascenso a los mandos de la maquinaria burocr¨¢tica de la UE, un mastodonte de 32.000 funcionarios. La opacidad del r¨¢pido proceso que ha llevado al alem¨¢n desde su puesto de jefe de gabinete del presidente Juncker a su nuevo cargo ha sido duramente criticada este lunes en la Euroc¨¢mara. De las palabras se pasar¨¢ a los hechos: el Parlamento Europeo ha anunciado la apertura de una investigaci¨®n por parte de la comisi¨®n de Presupuestos para determinar si hubo alguna irregularidad.

En el examen ante los europarlamentarios, el comisario de Recursos Humanos, G¨¹nther Oettinger, ha defendido el nombramiento de su compatriota como el funcionario comunitario de m¨¢s alto rango en dos vertientes: el procedimiento cumple con el reglamento y Selmayr era el m¨¢s apto para asumir la posici¨®n de n¨²mero dos de Juncker. "Tiene experiencia en cargos clave. Es un excelente jurista. Tiene un gran talento comunicador. Tiene actitud. Est¨¢ cualificado perfectamente", alab¨®. La Comisi¨®n insiste en que su vertiginosa escalada ¡ªfue nombrado vice secretario general y solo segundos despu¨¦s secretario general tras la retirada de su antecesor¡ª responde a criterios objetivos, y no ha sido el pago a los servicios prestados a Juncker como jefe de gabinete.

Su alegato no ha convencido a los eurodiputados. La designaci¨®n de Selmayr ha dado pie a una cascada de descalificaciones desde casi todos los grupos pol¨ªticos. Escandaloso. Fraudulento. Arbitrario. La bancada popular, la formaci¨®n a la que pertenece Selmayr, fue la m¨¢s suave. Lamentaron que la mera celebraci¨®n del debate da?a a la UE por alimentar el discurso contra las ¨¦lites que se nutre del mito de los eur¨®cratas que toman decisiones a puerta cerrada, pero se sumaron al clamor de que es necesaria m¨¢s transparencia. Los socialistas compartieron el diagn¨®stico: creen que en tiempos del Brexit, dar la sensaci¨®n de que los cargos se entregan a dedo solo contribuye al descr¨¦dito del proyecto europeo. Desde filas liberales pidieron una rectificaci¨®n. "Esto destruye la credibilidad de la UE como abanderada de la transparencia y la rendici¨®n de cuentas".

La personalidad de Selmayr (Bonn,1970), acompa?ada de una aureola de poder en la sombra por su condici¨®n de inseparable del presidente Juncker en los ¨²ltimos tiempos, ha contribuido a agrandar la pol¨¦mica. Hasta hace pocos d¨ªas solo era conocido en la burbuja de Bruselas, donde es considerado brillante y a la vez controvertido. Los miembros de la C¨¢mara m¨¢s eur¨®fobos aprovecharon el discutible procedimiento de su elecci¨®n para atacar sin contemplaciones. "El bur¨®crata favorito de Juncker se ha convertido ahora en el bur¨®crata m¨¢s poderoso del mundo. Menos mal que nos vamos de la Uni¨®n Europea", solt¨® el eurodiputado del UKIP Nigel Farage.

Los parlamentarios acusaron a Oettinger de despreciar sus argumentos y criticaron la ausencia de Juncker para dar explicaciones. Tambi¨¦n se refirieron al creciente poder alem¨¢n en el seno de la UE, donde junto al nombramiento de Selmayr y la posible presidencia del BCE, est¨¢n en manos germanas sillas clave como los secretarios generales del Servicio Exterior y el Parlamento, y las jefaturas del BEI, el Mecanismo de rescate, y la Junta de resoluci¨®n de bancos. En medio del aluvi¨®n de reproches, el comisario Oettinger entr¨® al trapo: indic¨® que por poblaci¨®n, Alemania tiene una representatividad inferior a la que le corresponder¨ªa en el Parlamento o en el colegio de comisarios, donde cada pa¨ªs tiene uno independientemente de su n¨²mero de habitantes. Y contraatac¨® afirmando que la nominaci¨®n de Selmayr para el cargo ha sido m¨¢s democr¨¢tica y transparente que la de un ministro en cualquier Gobierno de un pa¨ªs de la UE.