El nuevo ministro de Interior dice que ¡°el islam no pertenece a Alemania¡±
Seehofer contradice a la canciller, dos d¨ªas despu¨¦s de haber sido nombrado ministro de Interior, Construcci¨®n y Patria
Horst Seehofer no ha esperado ni 48 horas desde su desembarco en el nuevo Gobierno alem¨¢n para lanzar una bomba con una alta capacidad de destrucci¨®n. El nuevo ministro de Interior, Construcci¨®n y Patria ha asegurado en una entrevista que ¡°el islam no pertenece a Alemania¡±, haciendo alarde de l¨ªnea dura en materia de inmigraci¨®n. El estreno del pol¨ªtico conservador b¨¢varo contradice el ideario oficial de la canciller, Angel Merkel, cuyo cuarto mandato arranc¨® el pasado mi¨¦rcoles y que hoy se ha apresurado a contradecirle. El choque entre el nuevo ministro, cr¨ªtico con la pol¨ªtica de refugiados de Merkel y la canciller augura una convivencia complicada en la nueva legislatura.
Las declaraciones de Seehofer al diario Bild suponen un gui?o evidente al creciente n¨²mero de votantes que se han dejado seducir por el discurso identitario y antiinmigraci¨®n de la extrema derecha (Alternativa por Alemania, Afd). El partido extremista ha entrado por primera vez en el Parlamento alem¨¢n con un 12,6% de los votos y se ha convertido en la primera fuerza de la oposici¨®n tras pactar los dos grandes partidos alemanes -conservadores y socialdem¨®cratas- la llamada gran coalici¨®n.
Sus palabras denotan adem¨¢s el nerviosismo que anida en la CSU b¨¢vara, el partido de Seehofer, que el pr¨®ximo oto?o se jugar¨¢ su mayor¨ªa absoluta en unas elecciones regionales, a las que acude amenazado por el auge de Afd, tambi¨¦n en su feudo.
¡°El islam no pertenece a Alemania, que est¨¢ marcada por el cristianismo. Eso incluye el domingo, las vacaciones religiosas y rituales como la Semana Santa, Pentecost¨¦s o Navidades¡±, ha dicho Seehofer, de 68 a?os. El l¨ªder de la Uni¨®n Social Cristiana de Baviera matiza en la entrevista que ¡°por supuesto que los musulmanes que viven aqu¨ª pertenecen a Alemania¡±, pero a la vez insisti¨® en que no deben abandonarse las tradiciones y costumbres propias, que tienen como eje, el cristianismo. Y advirti¨® de que ¡°nuestra capacidad de integraci¨®n es finita¡±.
Seehofer contradice la doctrina oficial de Berl¨ªn. Merkel ha sido clara en el pasado y durante la campa?a electoral al afirmar que ¡°el islam es parte de Alemania¡±. Hoy, la canciller ha vuelto a dejarlo claro en una conferencia de prensa. "Los musulmanes pertenecen a Alemania y tambi¨¦n su religi¨®n pertenece a Alemania".
El discurso identitario de Seehofer tiene adem¨¢s dif¨ªcil encaje en un pa¨ªs en el que las cifras reflejan una realidad multicultural. Uno de cada diez alumnos tiene pasaporte extranjero y uno de cada tres es de origen inmigrante. Unos cuatro millones de musulmanes viven en Alemania, muchos de ellos de origen turco y residen en el pa¨ªs desde hace d¨¦cadas. Se le a?aden desde 2015, buena parte del mill¨®n y medio de refugiados, la mayor¨ªa procedentes de pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo, que han recalado en Alemania huyendo de la guerra.
Seehofer explica tambi¨¦n que planea un ¡°plan maestro de deportaciones¡±, para acelerar las expulsiones de las personas que no hayan logrado legalizar su estancia en el pa¨ªs. El l¨ªder de la CSU es el responsable de que el acuerdo de coalici¨®n entre el bloque conservador de Merkel y socialdem¨®cratas (SPD) fije un tope m¨¢ximo de 220.000 entradas anuales y de 1.000 reunificaciones familiares al a?o. Esa exigencia fue una de las concesiones del SPD, que en principio se negaba a fijar cualquier tope pol¨ªtico para los refugiados.
El ministerio que dirige a partir de ahora Seehofer ha ampliado sus competencias y su denominaci¨®n. Adem¨¢s de Interior, se llama ahora tambi¨¦n de Construcci¨®n y Patria (Heimat en alem¨¢n y un t¨¦rmino de dif¨ªcil traducci¨®n, a caballo entre naci¨®n, hogar y patria). Est¨¢ por ver a¨²n, en qu¨¦ se traduce es etiqueta. Seehofer ya ha adelantado que no se trata de promocionar los Lederhosen, los t¨ªpicos pantalones de cuero y tirantes de Baviera, sino m¨¢s bien de lograr que no haya regiones de Alemania en las que los ciudadanos se sientan abandonados y que la cohesi¨®n territorial sea real. De momento, la etiqueta ya ha suscitado pol¨¦mica, en un pa¨ªs en el que la exaltaci¨®n del nacionalismo despierta todav¨ªa un rechazo, que encuentra sus ra¨ªces en la historia reciente de Alemania.
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