Trump apunta ahora al general McMaster en su crisis de Gobierno

Cay¨® el principal consejero econ¨®mico, Gary Cohn. Fue despedido con un tuit el secretario de Estado, Rex Tillerson, y ahora, el pen¨²ltimo moderado de la Casa Blanca, el consejero de Seguridad Nacional, Herbert Raymond McMaster, se balancea en la cuerda floja y hay quien, como The Washington Post, ya da por decidido su relevo.

A falta de algunos cambios en el segundo escal¨®n gubernamental, la salida del teniente general McMaster de un puesto clave en la estrategia de seguridad estadounidense culminar¨ªa la crisis de Gobierno abierta por Donald Trump a principios de mes. Decidido a configurar un gabinete a su imagen y semejanza, el presidente de Estados Unidos ha emprendido una operaci¨®n de limpieza en la que han sido liquidados los principales baluartes del di¨¢logo y la moderaci¨®n.

En medio de la creciente especulaci¨®n, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, escribi¨® la noche del jueves en Twitter que "no hay cambios" en el Consejo de Seguridad Nacional y que Trump y McMaster mantienen una "buena relaci¨®n de trabajo".

Cohn, el gran arquitecto de la reforma tributaria, tir¨® la toalla tras fracasar en su intento de evitar la guerra tarifaria. Tillerson fue destituido fulminantemente despu¨¦s de un largo historial de desencuentros, que incluy¨® desde la renuncia al Acuerdo de Par¨ªs contra el Cambio Clim¨¢tico, las relaciones con Mosc¨² y el pacto nuclear con Ir¨¢n. McMaster, que se ali¨® con el secretario de Estado en todas estas cuestiones, ha quedado malherido y su baja se da por descontada a falta de que Trump le halle acomodo.

Incapaz de morderse la lengua y conocido por su capacidad argumentativa, este antiguo h¨¦roe de guerra choc¨® desde los inicios del mandato con Trump, quien le encontraba demasiado difuso y, sobre todo, alejado de sus enunciados m¨¢s rupturistas. Solo la admiraci¨®n que el presidente siente hacia los militares de alta gradaci¨®n y experiencia en el campo de batalla ha frenado sus impulsos y ha hecho que le est¨¦n buscando una salida digna que evite cualquier apariencia de humillaci¨®n. Este ser¨ªa el motivo, seg¨²n The Washington Post, por el que a¨²n no se ha hecho p¨²blico su relevo, aunque ya haya sido comunicado al jefe de gabinete, el teniente general John Kelly.

Eliminados Cohn y Tillerson, y con McMaster en el filo de la navaja, el ¨²nico superviviente del sector m¨¢s ponderado ser¨ªa el secretario de Defensa, el carism¨¢tico teniente general Jim Mattis. Amparado por su enorme prestigio, Trump no habr¨ªa osado moverle la silla. Pero habr¨ªa quedado en minor¨ªa en un Ejecutivo devorado por los halcones que ahora lidera el director de la CIA y futuro secretario de Estado, Mike Pompeo, de quien se espera que su primer movimiento cuando asuma la cartera sea la ruptura del acuerdo nuclear con Ir¨¢n. Otra de las consecuencias de esta sacudida es el fichaje del conservador y teleg¨¦nico Larry Kudlow, en sustituci¨®n de Cohn, y la renovada la influencia del consejero comercial, Peter Navarro, el gran mu?idor de la guerra tarifaria y palad¨ªn de la ruptura del Tratado de Libre Comercio con Am¨¦rica del Norte (TLCAN).