Superadas las f¨®rmulas a debatir

El mapa electoral de Colombia qued¨® delimitado a partir de las votaciones parlamentarias del domingo pasado. Los candidatos que se decidieron por consultas para ser elegidos entre los de sus grupos afines lograron una votaci¨®n de 9 millones, repartidos en m¨¢s de 6 millones para la derecha y 3.3 millones para la izquierda. En esa elecci¨®n, la primera en la que adem¨¢s participaron los excombatientes de las FARC, hubo 17 millones de personas que salieron a elegir al Congreso de los pr¨®ximos cuatro a?os.

Iv¨¢n Duque el candidato del uribismo y su ahora f¨®rmula vicepresidencial, la conservadora Marta Lucia Ram¨ªrez, son la clara alternativa de quienes representaron el no en Colombia al proceso de negociaci¨®n con las FARC. Gustavo Petro, el candidato de la izquierda y su f¨®rmula conocida en las ¨²ltimas horas, la defensora de derechos humanos y feminista ?ngela Robledo, son el anti establecimiento. Esas dos candidaturas plantear¨ªan una elecci¨®n de polarizaci¨®n en Colombia, aunque no todo est¨¢ cantado cuando a¨²n faltan m¨¢s de dos meses para la primera vuelta electoral. No se descarta un escenario de elecci¨®n entre derechas o que reviva una tercer¨ªa.

Ambos ganaron lo que da la presencia anticipada en televisi¨®n y dem¨¢s escenarios que se permite por ley a quienes participan de las m¨¢s conocidas como primarias en otras partes del mundo. Ambos se midieron en las urnas y varias cosas quedaron claras: el joven Duque es un candidato con carisma que les habla a nuevas generaciones desde el partido m¨¢s derechizado en el espectro, aunque al interior del mismo desconf¨ªan de su capacidad para mantener los postulados de los m¨¢s extremistas.

Petro, a pesar de representar el fantasma del castrochavismo que tiene Colombia en sus fronteras y de su conocida incapacidad como ejecutor, por lo menos en la Alcald¨ªa de Bogot¨¢, va arriba y aunque sus cifras no son despreciables, analistas advierten que el exalcalde lleg¨® a su techo. Petro conecta con el discurso de peque?as y crecientes causas animalistas y de la diversidad, adem¨¢s de plantearse como el salvador de los m¨¢s necesitados.

Para los que no tuvieron consultas el 11-M, la oportunidad para reaparecer se dio con la escogencia de sus candidatos a la vicepresidencia. Vargas Lleras, luego de coquetear con los partidos tradicionales, de los que ha conseguido varios apoyos, termin¨® por proponerle al exministro de Defensa y ex embajador en Washington, Juan Carlos Pinz¨®n, quien era candidato por firmas. Van entonces dos exministros del actual Gobierno, que son vistos como los ¡°chupa rueda¡± a la que soltaron para privilegiar sus leg¨ªtimas aspiraciones presidenciales. Se esperar¨ªa que se presenten como la alternativa de centro derecha donde la seguridad es la apuesta m¨¢s previsible.

Vargas tiene un desfavorable negativo y lo perjudica su trato personal. Pero su fortaleza est¨¢ en que el establecimiento lo ve como un ejecutor y como el candidato de la clase pol¨ªtica que pone presidentes con el apoyo de un sector del empresariado, para quien su programa de gobierno responde a las expectativas de reducir la carga impositiva.

Humberto de la Calle y Sergio Fajardo han quedado como la posibilidad de una tercer¨ªa. A ambos sus allegados les proponen unirse para no desaparecer. Nada f¨¢cil para ninguno de los dos en la medida en que son candidatos prestigiosos, pero cada vez menos opcionados, seg¨²n las encuestas.

El primero con una trayectoria intachable, gran oratoria, principios del liberalismo puro y con el enorme valor de haber sido el negociador del actual gobierno para poner fin a medio siglo de conflicto. Lo que al mismo tiempo se ha convertido para De la Calle en una paradoja casi imposible de explicar. Quienes a¨²n no advierten los beneficios de la paz, lo acusan de haberle entregado el pa¨ªs al narcoterrorismo.

Fajardo es la alternativa sin maquinarias que ha sabido hacer suyo el discurso anticorrupci¨®n. Buen gestor en su paso por la Alcald¨ªa de Medell¨ªn y la Gobernaci¨®n de Antioquia, el candidato de la coalici¨®n que une a los verdes y al Polo, tiene una apuesta por la educaci¨®n. Los partidos de esa coalici¨®n adem¨¢s dieron la sorpresa en las elecciones parlamentarias. Aunque no alcanzan a los tradicionales y en especial no suman lo suficiente para enfrentar al bloque de la derecha, no solo salvaron su umbral sino que pusieron curules representadas por nombres sin cuestionamiento.

Todos en general escogieron f¨®rmulas a la vicepresidencia ideol¨®gicamente compatibles. En ning¨²n caso los elegidos parecieran aportar cuantitativamente. Y aunque preferir¨ªa ver a las mujeres a la cabeza y a los hombres como sus f¨®rmulas, creo que hay un gran avance en el n¨²mero de candidatas a la vicepresidencia con Claudia L¨®pez, Marta Luc¨ªa Ram¨ªrez, ?ngela Robledo y Clara L¨®pez.

En medio de los movimientos electorales de la ¨²ltima semana, pocas conclusiones objetivas pueden ser cuestionadas y es que los excombatientes de las FARC, que ya tienen garantizadas 10 curules en el Congreso, como parte de los acuerdos, recibieron una primera lecci¨®n en el voto contado y no esperado. Solo 52.532 colombianos depositaron por ellos la papeleta. Resultado que acaba con el mito de que esa guerrilla se pod¨ªa tomar el poder en Colombia por la v¨ªa democr¨¢tica.

Superada la etapa de conformaci¨®n de f¨®rmulas y de las elecciones parlamentarias, lleg¨® el momento de saber qu¨¦ proponen realmente para el pa¨ªs y qu¨¦ tanto validar¨¢n de las viejas pr¨¢cticas clientelares para conocer desde ya c¨®mo est¨¢n de principios.