El Egipto que apoya a Al Sisi no quiere mirar al pasado
Los votantes de zonas acomodadas y barrios coptos de El Cairo acuden a las urnas para refrendar al presidente
Los interminables comicios presidenciales de Egipto siguen sin atraer el inter¨¦s de los electores. En la segunda de las tres jornadas de votaciones organizadas para refrendar en el poder al antiguo mariscal Abdelfat¨¢ al Sisi, estimaciones no oficiales apuntan ya a una elevada tasa de abstenci¨®n. Sin ofrecer datos, el Gobierno asegura que la participaci¨®n est¨¢ siendo ¡°muy buena¡±, aunque admite que necesita mejorar. Por ello animaba este martes a los ciudadanos a acudir hoy a las urnas, ¨²ltimo d¨ªa en que permanecer¨¢n abiertos los colegios electorales, para otorgar un mandato s¨®lido al presidente, elegido hace cuatro a?os con el 97% de los sufragios y con una abstenci¨®n del 53%.
Los votantes de los distritos acomodados y de los barrios cristianos de El Cairo se presentan en estas elecciones como firmes pilares de la candidatura de Al Sisi. La clase media alta no quiere que regresen las convulsiones econ¨®micas que marcaron la revoluci¨®n de 2011, y la minor¨ªa copta ¡ªun 8% de los 96 millones de egipcios¡ª teme tambi¨¦n la vuelta de un gobierno hegem¨®nico de los Hermanos Musulmanes.
Fuentes de la Administraci¨®n electoral consultadas por Reuters han estimado en un 13,5% la participaci¨®n en la jornada de votaciones del lunes. Estos datos vienen a coincidir con muestreos efectuados por la prensa en distintos centros de votaciones de la capital egipcia y de Alejandr¨ªa. Era el caso del colegio de ense?anza primaria del distrito popular de Shobra, en el norte de El Cairo, donde el juez que preside la ¨²nica mesa confirmaba a primera hora de la tarde de este martes que algo m¨¢s del 18% de los 4.350 electores censados hab¨ªan ejercido ya su derecho al sufragio.
Shobra es un vecindario mayoritariamente cristiano. Gibil Sobhi, una comerciante de material inform¨¢tico de 39 a?os, lleva un colgante con la caracter¨ªstica cruz copta con los cuatro brazos iguales. ¡°Ahora hay mucha m¨¢s seguridad, antes no pod¨ªamos salir a la calle¡±, puntualiza sin desvelar su voto. Al Sisi ha autorizado la construcci¨®n de nuevas iglesias para reemplazar a las destruidas en atentados y ha emprendido una campa?a de mano dura contra el yihadismo, que se ha cebado con la minor¨ªa copta. En los dos ¨²ltimos a?os, una cadena de ataques a templos cristianos se ha cobrado la vida de 29 personas en El Cairo y de otras 45 en la provincia de Alejandr¨ªa.
Tambi¨¦n con la cruz copta al cuello, la funcionaria del Ministerio de Educaci¨®n Zizvet Suleim¨¢n, de 56 a?os, coincide en que ¡°cristianos y musulmanes conviven puerta con puerta en Shobra¡±. Acaba de depositar su papeleta en la urna y se dirige hacia la avenida principal del barrio, donde un enorme cartel con las im¨¢genes del presidente Al Sisi y del papa copto, Tawadros II, domina el acceso al colegio electoral.
En el distrito de Zamalek, un oasis de sedes diplom¨¢ticas y lujosas residencias asentado en una isla del Nilo, la ingeniera civil Wafed Ismail, de 26 a?os, tambi¨¦n ha votado ya en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Helwan. Le acompa?an su madre ¡ªImam, de 67 a?os¡ª y su hijo Omar, con tres meses reci¨¦n cumplidos. ¡°Tenemos que acudir a las urnas para que haya una participaci¨®n inequ¨ªvoca que garantice el futuro de Egipto¡±, proclama con convencimiento.
El programa de ayuda del Fondo Monetario Internacional ha promovido desde 2016 el gasto en infraestructuras y ha duplicado la tasa de crecimiento del PIB desde el 2,1% de 2013 al 5,3% estimado a finales de 2017. Tambi¨¦n ha impuesto un estricto plan de austeridad que ha forzado la devaluaci¨®n de la libra egipcia en un 50% frente al d¨®lar y el euro y elevado el tipo del IVA hasta el 14%.
El presidente de la mesa de Zamalek, el fiscal Amro Sharif, de 39 a?os, estima en un 20% la participaci¨®n acumulada a tres horas del final de la segunda jornada electoral. Una gruesa novela le ayuda a pasar el rato ante la limitada afluencia de votantes. Los funcionarios reconocen que hubo mucha m¨¢s animaci¨®n el lunes, cuando se presentaron en el colegio celebridades del opulento distrito, como la actriz Hala Sedki, estrella de los culebrones de la de la televisi¨®n egipcia.
Cogidas del brazo, dos viejas amigas ¡ªla maestra de ¨¢rabe jubilada Samiha Ahman y la exprofesora de ingl¨¦s Nahya Hassan¡ª no parecen estar decepcionadas ante el desangelado ambiente que reina en el colegio electoral. ¡°En Estados Unidos tampoco se produce una participaci¨®n electoral muy alta¡±, argumenta la segunda. ¡°Con tal de que no vuelva la pandilla que gobern¨® hasta 2013 y destroz¨® Egipto, cualquier resultado vale¡±, replica la primera en una evidente alusi¨®n a la Hermandad Musulmana. El general Al Sisi, jefe del Ej¨¦rcito, derroc¨® entonces al presidente islamista Mohamed Morsi, el primer presidente civil democr¨¢ticamente elegido en la historia de Egipto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.