As¨ª perdi¨® el exmariscal Al Sisi su aureola de popularidad

En un pa¨ªs de historia milenaria, donde el 53% de la poblaci¨®n tiene menos de 25 a?os, solo se han visto electores maduros desfilando por los colegios electorales de El Cairo durante tres jornadas consecutivas de votaci¨®n para refrendar al presidente Abdelfat¨¢ al Sisi. Las urnas se cerraron anoche en Egipto, pero los resultados oficiales no se conocer¨¢n hasta dentro de cinco d¨ªas. Nadie duda de que el antiguo mariscal en jefe de las Fuerzas Armadas revalidar¨¢ su mandato con un porcentaje similar al 97% de los sufragios que obtuvo hace cuatro a?os, aunque dif¨ªcilmente estar¨¢ ahora legitimado adem¨¢s por la tasa de participaci¨®n del 47%, que le encumbr¨® al poder tras el golpe de Estado que encabez¨® en 2013 contra el presidente islamista Mohamed Morsi.

Fuentes no oficiales de la Administraci¨®n electoral citadas por Reuters han estimado en un 21% la participaci¨®n durante las votaciones del lunes y el martes. Los muestreos efectuados por las agencias de prensa hasta las seis de la tarde de ayer, cuatro horas antes del cierre definitivo de los colegios, que se prorrogaron una hora m¨¢s, apuntaban a un ¨ªndice de afluencia a las urnas de entre el 25% y el 33% del censo. Las autoridades no han facilitado datos oficiales en ning¨²n momento del proceso electoral y se han limitado a asegurar que los ciudadanos estaban votando con intensidad en los comicios. No se han observado aglomeraciones, solo centros de votaci¨®n semivac¨ªos.

El presidente de la comisi¨®n electoral, Lashin Ibrahim, intent¨® movilizar ayer por televisi¨®n a los votantes: ¡°Demostrad al mundo que Egipto siempre ha sabido hacer historia; vosotros sois faraones, los fundadores de la civilizaci¨®n que admir¨® al mundo¡±. Por si alg¨²n ciudadano no se mostraba motivado por la apelaci¨®n al pasado glorioso, la junta electoral desempolv¨® tambi¨¦n una norma ca¨ªda en desuso que impone una multa de 500 libras (unos 28 euros, media paga mensual para muchos trabajadores manuales) a quien no ejerza su sufragio. La prensa local daba cuenta tambi¨¦n de casos de reparto de regalos, como bolsas de comida, o de dinero (billetes de 50 libras, unos 2,5 euros) a la salida de algunos colegios a aquellos que mostraban el dedo tintado como prueba de haber depositado la papeleta.

Ni las banderas nacionales ondeadas por grupos de escolares ante los centros electorales ni los ensordecedores himnos patri¨®ticos a cuyo ritmo han bailado durante tres d¨ªas han disuadido a abstencionistas, boicoteadores o simples ciudadanos decepcionados de la pol¨ªtica. Egipto ha dado la espalda a las urnas.

?Qu¨¦ ha sucedido entretanto con el aura de popularidad con la que lleg¨® al poder Abdelfat¨¢ al Sisi, tras el alzamiento militar y su posterior ratificaci¨®n en las urnas? El bloguero y analista pol¨ªtico Wael Eskander, de 37 a?os, sostiene en un caf¨¦ del distrito de Doki, pr¨®ximo a la sede del Instituto Cervantes en El Cairo, que un ¡°clima de intimidaci¨®n¡± se ha apoderado de la sociedad egipcia durante el primer mandato del presidente. ¡°Ahora se enfrenta a un candidato t¨ªtere [Musa Mustaf¨¢ Musa, l¨ªder de un partido que apoya al jefe del Estado] y la ciudadan¨ªa no se siente representada ni con alternativas¡±.

¡°Muchos de los que le apoyaron en 2014 con su voto se han visto empobrecidos por los ajustes econ¨®micos impuestos por el Fondo Monetario Internacional¡±, argumenta Eskander, ¡°pero sobre todo est¨¢n hartos de la intromisi¨®n en la econom¨ªa del complejo militar-industrial, las empresas del Ej¨¦rcito que controlan megaproyectos como la ampliaci¨®n del canal de Suez o la construcci¨®n de una nueva capital administrativa¡±.

El previsible repunte de la abstenci¨®n a pesar del largo periodo de apertura de los colegios se debe tambi¨¦n, seg¨²n este analista, a que la ¡°obsesi¨®n por la seguridad [en el Sina¨ª el Ej¨¦rcito lleva semanas librando una batalla contra la filial local del Estado Isl¨¢mico] se ha transformado en una opresi¨®n pol¨ªtica que no acaba de tocar fondo¡±. Cree que la situaci¨®n ya no es sostenible mucho tiempo m¨¢s en Egipto y precisa de un reequilibrio que rebaje la represi¨®n pol¨ªtica tras las elecciones.

¡°El deterioro creciente de las condiciones de vida como resultado del autoritarismo reinante y la asfixia pol¨ªtica acabar¨¢n pasando factura¡±, a pesar de que muchos egipcios ven al presidente como ¡°el hombre fuerte que pone orden y evita el caos¡±, eval¨²a los comicios Haizam Amirah Hern¨¢ndez, analista del Real Instituto Elcano.

¡°Al Sisi busca lo mismo que cualquier aut¨®crata, perpetuarse en el poder a cualquier coste¡±, asevera este investigador del mundo ¨¢rabe en un correo electr¨®nico. Amirah Considera que Egipto ha vivido ¡°unas elecciones presidenciales en las que no hay nada que elegir; como mucho un refer¨¦ndum con numerosas irregularidades y sin garant¨ªa de transparencia sobre los resultados y el ¨ªndice de participaci¨®n¡±.