El exdirector del FBI contra Trump: acoso, mafia y la noche de las prostitutas rusas

Le pareci¨® m¨¢s bajo que en televisi¨®n, de manos peque?as y rostro ligeramente anaranjado. Era el 4 de enero de 2017 y el entonces director del FBI, James Comey, acababa de saludar por primera vez al presidente electo de EE UU, Donald Trump. El motivo era una reuni¨®n de inteligencia previa a la investidura. Comey aprovech¨® la ocasi¨®n para echarle un ojo t¨¦cnico al inenarrable peinado de Trump. ¡°Tras una cercana inspecci¨®n, me pareci¨® todo suyo¡±, concluy¨® el jefe de los agentes federales.

¡°Mentiroso cong¨¦nito"

La obra supone una inmersi¨®n en las rencillas entre dos figuras antag¨®nicas y llamadas por el destino a chocar. El director del FBI, un puritano de 2,03 metros de altura, nunca concili¨® con el showman cat¨®dico que hab¨ªa ganado las elecciones contra todo pron¨®stico. Ni en obra ni en pensamiento hubo empat¨ªa entre el fiscal que en los a?os ochenta barri¨® a la familia Gambino de Nueva York y el multimillonario que en esa misma ¨¦poca viv¨ªa noches b¨¢quicas en la discoteca Studio 54. Esta fricci¨®n se percibe a lo largo de las 304 p¨¢ginas de la narraci¨®n. En ellas, Comey no solo acusa a Trump de ¡°falta de ¨¦tica y egocentrismo¡± y sino que le describe como un acosador nato, un ¡°mentiroso cong¨¦nito, vac¨ªo de emociones y desligado de la verdad¡±. Palabras que, para este devoto de la ley, encarnan el mal absoluto. ¡°Trump cre¨® una realidad alternativa en la que intentaba afanosamente envolvernos a todos¡±, afirma.

Aunque en la letra peque?a no faltan detalles in¨¦ditos, los momentos cr¨ªticos de la relaci¨®n, como los abusivos intentos de Trump por frenar las pesquisas de la trama rusa, ya fueron contados en junio pasado por Comey ante el Senado. No hay pues grandes sorpresas legales que vayan a alimentar el caso. M¨¢s bien lo contrario. Consciente de que sus palabras ante el Comit¨¦ de Inteligencia han servido de base para la investigaci¨®n del fiscal especial, el exdirector del FBI evita apartarse de lo declarado y caer en contradicciones que ser¨ªan empleadas por los abogados del presidente.

Prostitutas rusas en el Ritz-Carlton

Aun as¨ª, el libro destila suficiente bilis como para hacer las delicias de los enemigos de Trump. Una de las estocadas m¨¢s perversas de la obra surge del denominado Informe Steel, un dosier elaborado por un antiguo agente del servicio exterior de inteligencia brit¨¢nico (MI6) que contiene altas dosis de basura radiactiva para el republicano. Entre los detalles m¨¢s salaces, que Comey reproduce con minuciosidad escol¨¢stica y distancia farisea, figura una escena en 2013 en la suite presidencial del Hotel Ritz-Carlton, de Mosc¨², donde supuestamente un grupo de prostitutas orin¨® a petici¨®n de Trump en la misma cama en la que hab¨ªa dormido el matrimonio Obama.

El documento, cuya veracidad nunca ha sido confirmada, caus¨® impresi¨®n a Trump, quien aprovech¨® que el director del FBI le hubiese informado del contenido para negarlo vehementemente. ¡°?Me ve usted acost¨¢ndome con putas?¡±, le pregunt¨®, preocupado por el da?o que pudiese hacer el informe a su esposa, Melania. Luego aleg¨® que era un germ¨®fobo absoluto (¡°no hay forma de que nadie se mee a mi alrededor¡±) y que s¨®lo hab¨ªa estado en esa habitaci¨®n para cambiarse de ropa, no para dormir.

Comey, seg¨²n su relato, le tranquiliz¨® record¨¢ndole que no estaba siendo investigado. ¡°Prefer¨ª no decirle que la actividad referida no requer¨ªa que pasase la noche en la habitaci¨®n ni de la proximidad de los participantes. De hecho, aunque no lo s¨¦ con seguridad, me imagin¨¦ que la suite presidencial del Ritz-Carlton de Mosc¨² era lo suficientemente grande para que un germ¨®fobo guardase una distancia de seguridad respecto a la actividad¡±, escribe Comey con el pu?al en la mano.

En esta descripci¨®n, como en muchas otras que perlan la obra, se advierte un fen¨®meno que ha acompa?ado a Trump a lo largo de su vida: el rabioso rechazo que despierta en muchos de quienes le han tratado de cerca.

¡°Estar con ¨¦l me tra¨ªa recuerdos de cuando era fiscal antimafia. El silencioso c¨ªrculo del asentimiento. El completo control del boss. Los juramentos de lealtad. El mundo del nosotros-contra-ellos. La mentira permanente al servicio de una lealtad por encima de la moralidad y la verdad¡±. As¨ª lo describe el exdirector del FBI. Una figura que tuvo a su cargo a 35.000 funcionarios y que ahora teme por el futuro de Estados Unidos. ¡°Lo que est¨¢ ocurriendo no es normal¡±, sentencia. Es Comey contra Trump.