La demanda de marihuana legal en Uruguay desborda la oferta
Aumenta el apoyo social a la legislaci¨®n, seg¨²n una nueva encuesta, pero los problemas de suministro limitan los efectos de la legalizaci¨®n sobre el mercado negro
En menos de nueve meses, el n¨²mero de inscritos para acceder a la marihuana que se vende en las farmacias de Uruguay se ha disparado, generando escasez, colas de espera y un desaf¨ªo log¨ªstico para las autoridades del pa¨ªs que controlan, en un caso ¨²nico en el mundo, la producci¨®n, venta y distribuci¨®n del cannabis. Sin embargo, otra tendencia detectada en tan corto periodo de tiempo ha sido la paulatina aceptaci¨®n por parte de la poblaci¨®n de este consumo regulado que inicialmente gener¨® altos ¨ªndices de?desconfianza.
Uno de cada cien uruguayos forma ya parte del universo de personas registradas para acceder a alguna de las tres formas legales de consumo: como cultivadores, miembros de un club cann¨¢bico o comprador en farmacia. Pero sin duda, el cambio m¨¢s espectacular se est¨¢ dando en el ¨²ltimo caso, las farmacias, donde se han superado los 23.000 autorizados para adquirir los sobres de hasta cinco gramos y dos variedades de la droga. Y el sistema est¨¢ colapsando, ya que la producci¨®n no sigue el ritmo de la demanda.
En la farmacia Cama?o de Montevideo han tenido que implementar un sistema de n¨²meros que se distribuyen dos veces al d¨ªa, a las nueve de la ma?ana y a las cuatro de la tarde. A partir de ah¨ª se forman grandes colas que abarcan hasta cuatro calles y agotan todas las reservas.
En 2012, cuando se inici¨® el proceso, hasta un 70% de la poblaci¨®n se declaraba contra la ley?
Lino, el encargado de la farmacia, querr¨ªa atender a m¨¢s gente, pero no recibe suficiente mercanc¨ªa, as¨ª que todos los d¨ªas tiene que justificarse ante la clientela. Cuando se inici¨® el proceso de la legalizaci¨®n de la marihuana en Uruguay, una de las grandes preocupaciones era la inseguridad, especialmente el temor a asaltos, o represalias de los narcotraficantes. Pero la realidad es que Lino s¨®lo ha tenido problemas relacionados con las dichosas filas de gente: alguno que se cuela, peleas¡
Actualmente, un 44% est¨¢ a favor y un 41% en contra, seg¨²n la encuesta de Monitor Cannabis
La facilidad con la que el p¨²blico se ha adaptado a la novedad tambi¨¦n ha roto los esquemas: ¡°Nos hemos asombrado, aqu¨ª tenemos todos los d¨ªas un collage de gente. Est¨¢n los j¨®venes, pero tambi¨¦n gente mayor, algunos compran para evitar que sus hijos vayan a las bocas (puntos de venta ilegales). Tengo a un se?or con esclerosis m¨²ltiple que usa la marihuana para aliviar los dolores, otro que compra para fabricar aceite y otro que hace brownies¡±, explica Lino.
La desconfianza disminuye
Uruguay es el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que los telediarios anuncian el aumento del precio de la marihuana, de la misma manera que anuncian el de la leche o el pan, en un ambiente de total normalidad. No se registran asaltos ni hechos de violencia que puedan derivarse de la legalizaci¨®n, al menos hasta la fecha. Quiz¨¢ por ello, un estudio acaba de revelar que la desconfianza de los uruguayos est¨¢ disminuyendo: en 2012, cuando se inici¨® el proceso, hasta un 70% de la poblaci¨®n se declaraba contra la ley; Actualmente, un 44% est¨¢ a favor y un 41% en contra, seg¨²n la encuesta de Monitor Cannabis (centro de estudios de la Universidad de Ciencias Sociales), las universidades Cat¨®lica, ORT (de Uruguay) y de California, y la empresa Factum.
Otro de los factores que explican la normalidad del proceso uruguayo radica en que los extranjeros no residentes no pueden acceder a la marihuana legal. As¨ª, se ha evitado el turismo cann¨¢bico y experiencias como la de Holanda, en la cual el consumo qued¨® relacionado con la prostituci¨®n o los sex shops. No hay una zona del vicio en Montevideo, sino que el consumo y la producci¨®n se distribuye por todos los barrios, donde proliferan los grow shops para vender insumos a los autocultivadores.
Uruguay tampoco se ha convertido en un pa¨ªs de zombies, lleno de drogados. Esto se debe al control del THC, la principal sustancia psicoactiva del cannabis, que en los sobres de las farmacias no supera el 9%. Los usuarios acostumbrados a fumar o inhalar consideran que, con esos niveles, esa marihuana ¡°no pega nada¡±. Lo cierto es que el artesanal, producida por los autocultivadores, alcanza un THC del 20%, pero la de las farmacias es, de lejos, la m¨¢s vendida.
Sebasti¨¢n Aguiar, coordinador de Monitor Cannabis y doctor en sociolog¨ªa, asegura que, con la demanda actual, Uruguay podr¨ªa haber capturado el 50% de la demanda de cannabis al mercado negro. Pero, seg¨²n sus c¨¢lculos, s¨®lo un 20% de los registrados logran abastecerse de forma regular. ¡°Los principales cuellos de botella estriban en primer lugar en la cantidad de producci¨®n permitida a las empresas, limitada a cuatro toneladas por a?o en total, lo que permitir¨ªa abastecer a 8.333 personas registradas. De cualquier modo, este tope tampoco se alcanz¨® por la baj¨ªsima cantidad dispensada efectivamente, debido a la producci¨®n efectiva de las empresas licitadas: en torno a media tonelada, es suficiente ¨²nicamente para 2.500 personas por mes¡±, explica Aguiar.
Adem¨¢s, s¨®lo 12 farmacias (cinco de ellas en Montevideo) venden el producto, lo que implica problemas para cubrir el territorio nacional y reduce nuevamente la cifra de los que acceden al producto. ¡°Viendo tantas colas, la gente se piensa que nos estamos llenando de dinero, nos llaman en C¨¢rtel de Cali y todo eso. Pero la verdad es que no estamos sacando grandes beneficios, precisamente porque el suministro no alcanza¡±, lamenta Lino, de la farmacia Cama?o de Montevideo.
El resto del mercado se queda en manos de los narcotraficantes, como muestran las cifras de incautaciones de la polic¨ªa, que se mantuvieron en 2017 en niveles similares a los de a?os anteriores. Aunque el sobre de cinco gramos de marihuana legal es barato (200 pesos, unos seis euros), en el mercado negro el precio del prensado paraguayo, el principal producto ilegal que llega a Uruguay, puede ser hasta tres veces m¨¢s bajo.
¡°El gobierno va a tener que abordar seriamente el problema del suministro si quiere que la legalizaci¨®n funcione¡±, asegura Aguiar. Una de las grandes ambiciones de la experiencia uruguaya es arrebatarle el control del consumo de drogas a los narcotraficantes.
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