El fin de las pruebas nucleares del Norte impulsa la cumbre de las Coreas
Como parte de los preparativos, el Sur ha suspendido su emisi¨®n de propaganda por altavoces al Norte
El pr¨®ximo viernes, Kim Jong-un saldr¨¢ del Pabell¨®n de la Unificaci¨®n, en territorio norcoreano en el ¨¢rea de seguridad conjunta de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide las dos Coreas. Acompa?ado de su comitiva caminar¨¢ unos breves pasos y cruzar¨¢ la l¨ªnea de cemento, ligeramente elevada, que marca la frontera. Se convertir¨¢ as¨ª en el primer l¨ªder de su pa¨ªs que pise suelo surcoreano desde el fin de la guerra (1950-1953). Unos pocos pasos m¨¢s le llevar¨¢n al Pabell¨®n de la Paz. All¨ª le esperar¨¢ el presidente surcoreano, Moon Jae-in, para una cumbre que durar¨¢ todo el d¨ªa. La anticipad¨ªsima reuni¨®n de l¨ªderes ser¨¢ la tercera de la historia entre las dos Coreas. Y tiene el potencial de convertirse en la m¨¢s importante de las tres.
El anuncio, este s¨¢bado, de Corea del Norte de que a partir de ahora ya no lanzar¨¢ m¨¢s misiles intercontinentales ni probar¨¢ bombas nucleares ha servido para dar un nuevo impulso y acrecentar a¨²n m¨¢s, si cabe, el inter¨¦s en la cumbre, la primera en 11 a?os que celebran las dos Coreas.
La reuni¨®n comenzar¨¢ con un apret¨®n de manos entre los dos l¨ªderes, retransmitido, por primera vez, en directo. Tras la ceremonia de recepci¨®n continuar¨¢ la cumbre en s¨ª, que terminar¨¢ con un banquete de bienvenida, seg¨²n ha confirmado este lunes la Casa Azul, la residencia presidencial del Sur.
Los preparativos se presentan prometedores. Adem¨¢s del anuncio del fin de semana, los dos pa¨ªses han establecido un tel¨¦fono rojo entre ambos dirigentes. Corea del Norte parece dispuesta ¡ªseg¨²n el Sur¡ª a aceptar que contin¨²en las tropas estadounidenses en el Sur y a tratar sobre un acuerdo que ponga fin a las hostilidades entre los dos pa¨ªses, abiertas a¨²n te¨®ricamente tras una guerra que solo se cerr¨® con un armisticio, no con un tratado de paz formal. Por su parte, Se¨²l ha cancelado este lunes la emisi¨®n de propaganda al Norte a trav¨¦s de los altavoces en la frontera, y ha anunciado que sus maniobras militares conjuntas con EE UU ¡ªen a?os pasados, una de las grandes fuentes de irritaci¨®n para Pyongyang¡ª concluir¨¢n un d¨ªa antes de la cumbre.
En el sur, la celebraci¨®n de la importante reuni¨®n cuenta con el apoyo de la poblaci¨®n, que seg¨²n una encuesta elaborada la semana pasada por la firma Realmente apoya en un 78,7% un acuerdo con el norte. Solo un 14,5% se declara en contra.
¡°Creo que va a ser algo muy positivo. Es posible que consiga relaciones m¨¢s estables con el norte, y especialmente una mejor situaci¨®n de los derechos humanos all¨ª¡±, apunta Aeji, una planificadora de eventos de 32 a?os, en el centro de Se¨²l.
Ambos l¨ªderes tienen inter¨¦s en que haya resultados positivos. Moon, elegido el a?o pasado con la promesa de intentar acercarse al norte, ha apostado buena parte de su capital pol¨ªtico en el proceso de deshielo. Su meta ¨²ltima, como la de EE UU, es conseguir la desaparici¨®n del programa nuclear norcoreano.
Kim, que ha sorprendido al mundo con su aparente buena disposici¨®n desde que su pa¨ªs particip¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno en el Sur en febrero, quiere adquirir legitimidad internacional. Tambi¨¦n, conseguir garant¨ªas para la supervivencia de su r¨¦gimen, y lograr que se suavicen de las sanciones internacionales que han lastrado la econom¨ªa de su pa¨ªs. Sus principales exportaciones est¨¢n prohibidas; no puede obtener suministros m¨¢s que de lo imprescindible. Necesita inversi¨®n externa para conseguir la mejora de la calidad de vida que ha prometido a sus ciudadanos desde 2012.
El s¨¢bado, Kim anunciaba que a partir de ahora, y dado que su pa¨ªs ya no necesita desarrollar pruebas nucleares porque tiene las armas que necesita, dedicar¨¢ todos sus esfuerzos al desarrollo de su econom¨ªa. El l¨ªder norcoreano se comprometi¨® a lograr un ¡°clima internacional favorable a la construcci¨®n econ¨®mica socialista¡±.
Un primer paso para alcanzar los objetivos de ambos ser¨¢ una cumbre con ¨¦xito este viernes. Un ¨¦xito que se medir¨¢ en los pasos que den hacia el fin de las hostilidades entre los dos pa¨ªses, y en los progresos que puedan acordar hacia la desnuclearizaci¨®n de Corea del Norte. Los resultados concretos servir¨¢n para allanar el camino a la madre de todas las cumbres: la reuni¨®n entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, prevista para finales de mayo o principios de junio.
Uno de los grandes escollos, como ha sido desde el principio en el proceso, estar¨¢ en la desnuclearizaci¨®n. Renunciar al armamento que le protege de posibles ataques y le ha permitido ser tratado de igual a igual por los l¨ªderes mundiales, es algo por lo que Kim no parece dispuesto a pasar. El anuncio de la congelaci¨®n del programa de armamento, y las promesas de que no permitir¨¢ la proliferaci¨®n nuclear, ya representan, a ojos de Pyongyang, una concesi¨®n relevante. Pero Trump insiste en que, antes de suavizar cualquier sanci¨®n contra Corea del Norte, es necesario el desarme.
¡°Trump quiere que Kim le d¨¦ una ¡®victoria¡¯ expresando en la cumbre un deseo claro de lograr la desnuclearizaci¨®n. El objetivo principal de los preparativos estadounidenses para la cumbre es tratar de garantizar que Kim se comprometer¨¢, al menos en alguna forma, a esta meta clave para que Trump no quede decepcionado, avergonzado y enfadado¡±, apunta la consultora Eurasia Group en una nota.
El otro gran obst¨¢culo en las conversaciones ser¨¢ la desconfianza. En el pasado, los pactos hacia la desnuclearizaci¨®n sufrieron violaci¨®n tras violaci¨®n hasta caer en el abandono. En 2007, en la ¨²ltima cumbre entre Kim Jong-il y Roo las dos Coreas ya hablaron de un acuerdo para poner fin a la guerra; nunca se pas¨® de las buenas palabras, y la escalada en el programa nuclear del norte y la toma de posesi¨®n de un Gobierno conservador en el sur congelaron las relaciones. En este caso, apuntan algunos analistas, la oferta norcoreana de renunciar a sus pruebas de armamento es f¨¢cilmente reversible. O una prueba de misil puede intentar esconderse, como en el pasado, en el lanzamiento de un sat¨¦lite.
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