¡°Estamos inseguros y da igual porque cualquier d¨ªa nos pueden desaparecer¡±
Cientos de j¨®venes salen a las calles de la capital de Jalisco a exigir Justicia por los tres estudiantes de cine asesinados por el narco
¡°En M¨¦xico no te puedes equivocar. Siempre tienes que andar con cuidado, fijarte a qu¨¦ cami¨®n te subes o en qu¨¦ barrio caminas. No sabemos si la persona que est¨¢ sentada a nuestro lado ha asesinado a alguien. Y me temo que nos hemos acostumbrado¡±. El que habla es Juan Ignacio Orozco, un ingeniero que ha salido este martes a las calles de Guadalajara (Estado de Jalisco, occidente del pa¨ªs) para protestar por el asesinato de los tres estudiantes de cine que desaparecieron hace un mes en esta ciudad.
Orozco no exagera cuando explica la zozobra convertida en h¨¢bito que muchos mexicanos padecen ante las desapariciones forzadas en M¨¦xico. El lunes las autoridades confirmaron que Salom¨®n Gast¨¦lum, Daniel D¨ªaz y Marco ?valos, alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales, fueron v¨ªctimas del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, que los confundieron con miembros de un cartel rival y que los borraron del mapa disolviendo sus cuerpos en ¨¢cido. La hip¨®tesis de la Fiscal¨ªa de Jalisco ha dejado hueco para la duda ante la falta de evidencias y ha volcado a cientos de j¨®venes a las calles para exigir que el caso no sea cerrado. ¡°No al carpetazo¡±, gritaban quienes acudieron a la protesta.
Estudiantes de distintos centros de Guadalajara se reunieron en la Glorieta de los Ni?os H¨¦roes ¨Cque ellos han nombrado como la Glorieta de los Desaparecidos¨C y all¨ª espont¨¢neamente decidieron que la protesta deb¨ªa avanzar cuatro kil¨®metros por el centro de la ciudad hasta llegar al Palacio de Gobierno. La manifestaci¨®n estuvo nutrida, principalmente, con j¨®venes pero varias familias se sumaron durante el recorrido. Algunos con sart¨¦n en mano y altavoces exig¨ªan las explicaciones y a sus compa?eros con vida. ¡°Los queremos de vuelta y vivos¡±, gritaban.
¡°Estamos inseguros todo el tiempo y da igual porque cualquier d¨ªa nos pueden desaparecer. Ya no solo, en mi caso, por ser mujer sino tambi¨¦n por ser estudiante¡±, cuenta Sara¨ª Garc¨ªa, estudiante de Sociolog¨ªa de la Universidad de Guadalajara. Ella y sus compa?eras pintaron una manta con la leyenda ¡°?Cu¨¢ntas verdades hist¨®ricas m¨¢s?¡±. El caso de los tres estudiantes de cine ha devuelto a los mexicanos a la desaparici¨®n de los 43 normalistas de Ayotzinapa, tambi¨¦n a manos de un cartel de la droga en el sure?o Estado de Guerrero. En las calles de Guadalajara tambi¨¦n marcharon por ellos y los manifestantes contaron hasta 43 para exigir Justicia tambi¨¦n por ellos.
Los compa?eros de clase de Salom¨®n, Daniel y Marco han evitado acudir a la cita en las calles de Guadalajara. Miembros de los colectivos que organizaron la protesta aseguraron que algunos de los estudiantes temen por su vida. ¡°Han estado hostig¨¢ndolos con la presencia de personas sospechosas afuera de sus domicilios¡±, ha comentado a este diario Armando Ba?uelos, miembro de la asamblea en solidaridad con Ayotizinapa. La protesta recorri¨® el centro de la ciudad ante la mirada imp¨¢vida de algunos ciudadanos que grababan con sus tel¨¦fonos m¨®viles al contingente. El eco de sus gritos se hac¨ªa m¨¢s potente conforme se acercaban al Palacio de Gobierno. All¨ª algunos manifestantes ped¨ªan a gritos la renuncia del gobernador del PRI, Arist¨®teles Sandoval.
Una chica con una claqueta de cine ha honrado a sus compa?eros anotando sus nombres en la pizarra. Un chico escribi¨® en una cartulina rosa que por favor lo dejen estudiar sin temor. Una joven sostiene un letrero con la leyenda ¡°Queremos paz¡±, al lado otra ha escrito: ¡°Queremos educaci¨®n y nos dan balas¡±. Una estudiante que grita a toda potencia las consignas de la protesta sostiene una pancarta que resume la principal duda de la tragedia que se cocina todos los d¨ªas en M¨¦xico: ¡°?Qu¨¦ cosecha un pa¨ªs que siembra cuerpos?¡±.
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