As¨ª son los j¨®venes nicarag¨¹enses que se levantaron contra Ortega
El rechazo a una reforma de las pensiones ha detonado un nuevo movimiento estudiantil que exige democracia, libertad y el fin de once a?os de ¡°orteguismo¡±
Valeska Valle est¨¢ furiosa. En su cabeza todav¨ªa resuenan, como un martilleo, las declaraciones de la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, cuando en cadena p¨²blica dijo que los manifestantes que protestaban contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega ten¨ªan ¡°la desfachatez¡± de inventarse muertos. Lo dijo Murillo en los d¨ªas m¨¢s brutales de la represi¨®n que su marido desat¨® contra quienes se opon¨ªan a una reforma a la Seguridad Social y que ha dejado al menos 43 muertos. Valeska ¨Cestudiante de Contabilidad¨C nunca olvidar¨¢ esas palabras. ¡°Tuve a mi lado a uno de los chavalos, a quien le pegaron un balazo en el cuello. Lo cargamos hasta un puesto m¨¦dico, porque ni siquiera las ambulancias quer¨ªan llegar, nos dec¨ªan que ten¨ªamos que esperar ¨®rdenes superiores. A nosotros nos part¨ªa el alma ver c¨®mo nuestros compa?eros, nuestros amigos, todos los chavalos que estudiaban, se mor¨ªan porque no pod¨ªamos trasladarlos¡±, relata la joven a EL PA?S. Ella es una de las universitarias que se ha alzado contra el Gobierno de Ortega sin m¨¢s armas que sus anhelos de libertad, la rabia, el valor y piedras. Son ¡°chavalos¡± ¨Ccomo se les llama en Nicaragua a los j¨®venes¨C cansados de once a?os de autoritarismo, que exigen el fin del r¨¦gimen que dirige Ortega junto a su esposa Murillo.
Hasta hace dos semanas en Nicaragua se criticaba a los j¨®venes. Se dec¨ªa que eran ap¨¢ticos, insensibles, acomodados y sin memoria. Once a?os de un r¨¦gimen autoritario que hab¨ªa logrado el control total de las universidades p¨²blicas y diezmado las libertades. Pero fue la negligencia en el manejo de un incendio en una selva y la amenaza contra las pensiones de abuelos y padres, lo que despert¨® a una juventud silenciosa. Esta ¡°insurrecci¨®n pac¨ªfica¡±, como la ha definido la periodista y l¨ªder feminista Sof¨ªa Montenegro, comenz¨® a mediados de abril, cuando el Gobierno rechaz¨® la ayuda que Costa Rica ofrec¨ªa para sofocar un incendio que abrasaba la reserva Indio Ma¨ªz, en el sur de Nicaragua. A un grupo de al menos 40 bomberos costarricenses, con equipos especiales para combatir las llamas, se les impidi¨® el paso en la frontera, lo que enardeci¨® a los j¨®venes universitarios nicarag¨¹enses, comprometidos con el ambiente. Ese rechazo, la falta de informaci¨®n oficial y la negligente respuesta del Gobierno al incendio ¨Cque arras¨® m¨¢s de cinco mil hect¨¢reas de bosque¨C movilizaron a centenares de j¨®venes que, convocados por las redes sociales, protestaron en las calles de Managua. La respuesta del Gobierno fue brutal: orden¨® reventar las protestas con el uso de los antidisturbios y la Juventud Sandinista, colectivos lanzados a la calle para sofocar cualquier muestra de rebeld¨ªa. El pa¨ªs enter¨®, sin embargo, presenci¨® c¨®mo un grupo de ¡°chavalos¡± tuvieron la valent¨ªa de retar el poder de Ortega.
Un par de d¨ªas despu¨¦s de sofocado el movimiento ambientalista, Ortega public¨® en el diario oficial del Estado un decreto con el que reformaba el sistema de Seguridad Social en Nicaragua para rescatar al Instituto Nicarag¨¹ense de Seguridad Social (INSS), al borde de la quiebra por 10 a?os de mala administraci¨®n y derroche de los fondos aportados por los trabajadores. La reforma no fue consensuada con la empresa privada, que inmediatamente se distanci¨® de Ortega tras 11 a?os de complacencia con el r¨¦gimen. El 18 de abril un grupo de j¨®venes y jubilados se plantaron en el c¨¦ntrico Camino de Oriente, de Managua, para protestar contra las reformas. La protesta fue reventada con violencia por los antidisturbios y las huestes sandinistas. Las im¨¢genes de jubilados con heridas en la cabeza y sangrando enardecieron al pa¨ªs y levantaron un movimiento que ha puesto en jaque a Ortega. Dos d¨ªas despu¨¦s de la refriega los estudiantes de las universidades p¨²blicas, controladas por el Comandante, se alzaron en protesta. La respuesta fue m¨¢s represi¨®n.
Entre los j¨®venes que se rebelaron contra el r¨¦gimen est¨¢ V¨ªctor Cuadras, estudiante de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica de la Universidad Nacional de Ingenier¨ªa, UNI. Como a tantos j¨®venes en Nicaragua, debe estudiar y trabajar al mismo tiempo. ¡°S¨¦ lo dif¨ªcil que es levantarte todos los d¨ªas, desde las cinco de la ma?ana, tomar un autob¨²s y trabajar a veces hasta nueve horas al d¨ªa, para que tu dinero sea robado por un Gobierno que lo ¨²nico que ha hecho es utilizar las arcas del INSS como su alcanc¨ªa para pagar los gustos de sus hijos. Nosotros no podemos pagar por algo que nos han robado. Por donde se viese era injusto para el pueblo, y claro que deb¨ªamos manifestarnos¡±, explica el joven.
Conozca m¨¢s
Cuadras form¨® parte del grupo de 250 j¨®venes que se atrincheraron en la UNI. El viernes 20 de abril el Gobierno de Ortega orden¨® el desalojo de la universidad a fuerza de balas, al ordenar a los antidisturbios y sus huestes el asalto del campus. Al menos tres estudiantes y un celador murieron en la represi¨®n. Los j¨®venes escaparon hasta la Catedral Metropolitana de Managua, cerca de la universidad, donde otros compa?eros se hab¨ªan refugiado. La Iglesia exigi¨® al Gobierno el cese del acoso contra los estudiantes. ¡°Nos persiguieron a balazos¡±, dice, furioso, Cuadras, un joven moreno y fibroso que afirma que no cesar¨¢ en la que llama su lucha. ¡°Siempre se habl¨® mal de los ¡®millennials¡¯, de nuestra generaci¨®n. Se ha dicho que actu¨¢bamos detr¨¢s de una pantalla, que solamente opin¨¢bamos desde un teclado, pero esta es la demostraci¨®n de que s¨ª tenemos una consciencia social, cultural y pol¨ªtica¡±, afirma el joven. ¡°S¨ª estamos vinculados con los temas de nuestra naci¨®n y no vamos a dudar en ning¨²n momento de hacer p¨²blica nuestras exigencias y de pedir lo que por derecho nos corresponde¡±, agrega.
Junto a Valeska y V¨ªctor habla para EL PA?S Yorleny Jarqu¨ªn, quien estuvo con sus compa?eros de la Universidad Polit¨¦cnica de Nicaragua (UPOLI) desde el primer d¨ªa de la protesta universitaria. Ella recuerda c¨®mo comenz¨® todo: hab¨ªan formado un piquete en las afueras del campus, cantaban el himno nacional y por la noche los antidisturbios asaltaron la sede universitaria. Los j¨®venes rompieron las cadenas de las entradas al recinto y se atrincheraron en la universidad. Dentro formaron grupos encargados de la vigilancia, estaban quienes administraban los v¨ªveres que solidariamente la gente enviaba y tambi¨¦n los que acondicionaron las aulas como cl¨ªnicas improvisadas para atender a los heridos. ¡°El primer d¨ªa de la represi¨®n hubo un muerto. Estaba en la parte de defensa, para que Polic¨ªa no se tomara la universidad. Hubo tambi¨¦n muchos heridos. Ortega ni siquiera le ha pedido perd¨®n a la naci¨®n por estas muertes¡±, dice la joven.
Tanto Valeska como Javier forman parte del grupo de estudiantes denominado ¡°Movimiento 19 de abril¡±, en honor al d¨ªa cuando se levantaron las universidades y comenz¨® la cruenta represi¨®n. Yorleny no, pero asegura que sigue al lado de los familiares de las v¨ªctimas, trabajando para que ¡°haya justicia¡±. Los tres j¨®venes se oponen a un di¨¢logo convocado por el Gobierno para encontrar una salida a la crisis. ¡°C¨®mo se supone que vamos a ir a una mesa que est¨¢ llena de sangre, con un Gobierno asesino, que ni siquiera nos da la garant¨ªa de que nuestros dirigentes se puedan sentar a negociar. Estamos perseguidos, amenazados, nos han tratado de matar, estamos refugiados, revisando hasta el agua que nos dan¡±, afirma Valeska.
Aunque hay otros grupos estudiantiles que s¨ª apuestan al di¨¢logo ¡°bajo protesta¡±, estos tres j¨®venes dicen que la ¨²nica condici¨®n para negociar ¡°es destituir a este gobierno, a Ortega y Murillo¡±. Valeska lo tiene claro: ¡°Se tienen que ir, no los queremos¡±, dice. V¨ªctor comparte su opini¨®n: ¡°Esto se los va a cobrar la naci¨®n. Tienen que tener claro que el pueblo nicarag¨¹ense est¨¢ pidiendo su cabeza y la vamos a tener¡±.
Al pregunt¨¢rseles si este despertar estudiantil sobrevivir¨¢ a la coyuntura actual o morir¨¢ por la presi¨®n pol¨ªtica, los tres ¡°chavalos¡± no dudan en su respuesta. ¡°El movimiento se ha fortalecido de una manera extraordinaria. Hemos aprendido much¨ªsimo. Es sorprendente que a pesar del cansancio f¨ªsico, de lo crudo de lo que hemos vivido, nos hemos encontrado con personas maravillosas que nos han dado de comer, nos han refugiado en sus casas y que todos los d¨ªas son capaces de elevarnos la moral, de apoyarnos. Esto nos da la fuerza para ver hacia el futuro y lo que todos estamos buscando: la democratizaci¨®n de este pa¨ªs¡±, asegura V¨ªctor.
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