La parroquia que resisti¨® contra las huestes de Ortega
El sacerdote que refugi¨® a un centenar de estudiantes en Managua se convierte en un h¨¦roe para los opositores
Erick Alvarado Cole, vicario de la parroquia Divina Misericordia de Managua, se ha convertido en un h¨¦roe para la resistencia al presidente Ortega. Su parroquia, a 600 metros de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Nicaragua (UNAN) y que suele reunir a feligreses de la clase media alta capitalina, muestra ahora decenas de orificios de bala. Son las se?ales que dej¨® el asedio durante 17 horas de las fuerzas de Ortega contra el templo. Buscaban expulsar a m¨¢s de un centenar de estudiantes de la UNAN a quienes hab¨ªa abierto las puertas de su iglesia para refugiarse. Los tiros contra los miembros del movimiento estudiantil, el ¨²ltimo basti¨®n del movimiento opositor al presidente nicaraguense, perforaron hasta el lienzo de un Cristo, nuevamente martirizado. Y as¨ª se mantendr¨¢, dice el vicario, como muestra del sufrimiento de la Iglesia en Nicaragua.
El sacerdote no entiende c¨®mo es posible que se ordene el ataque contra un templo lleno de gente desarmada. Tampoco impedir, como as¨ª ocurri¨®, que se atienda a los heridos. Critica el doble discurso del presidente Ortega, que se ha declarado cat¨®lico y habla de paz en sus m¨ªtines. ¡°Si se habla de paz deber¨ªa manifestarse en los hechos, porque como dicen las Escrituras, la fe se demuestra en las obras. Que se vea esa voluntad de paz¡±, afirma el vicario Alvarado, en la casa cural de su parroquia tras ofrecer una misa.
Los estudiantes hu¨ªan del ataque de las huestes de Ortega contra la sede central de la UNAN, donde unos 200 j¨®venes se manten¨ªan atrincherados durante casi dos meses. Los universitarios se hab¨ªan dividido en ¡°comandos¡± que resguardaban las entradas del campus, el m¨¢s grande de Nicaragua. Usaban bombas artesanales y algunos contaban con armas caseras. Durante semanas, recibieron el apoyo de la poblaci¨®n, que se acercaba hasta la universidad para dejar alimentos y medicinas. Aunque tem¨ªan un asalto, jam¨¢s imaginaron ese nivel de violencia.
Tras el asedio de horas contra el campus, muchos j¨®venes decidieron salir y refugiarse en la parroquia de la Divina Misericordia. El p¨¢rroco Ra¨²l Zamora y el vicario Erick Alvarado ya hab¨ªan tomado la decisi¨®n de abrir el templo para socorrer heridos, siguiendo las pautas del representante del Vaticano en Nicaragua, el cardenal Leopoldo Brenes. ¡°Comenzaron a llegar muchos j¨®venes llorando, desesperados. Luego se escucharon los ataques m¨¢s fuertes y fue cuando el padre Zamora sali¨® a buscar a los que no pod¨ªan salir del campus. Bajo las balas hizo varios viajes de la parroquia a la universidad¡±.
Varios estudiantes llegaron heridos, uno de ellos con disparos en la cabeza. Yerald V¨¢zquez muri¨® en la mesa del comedor de la casa cural. Sus compa?eros le apodaban El Chino y en un video se les ve llorando e implorando que no falleciera. Para Alvarado fueron horas de suplicio y tensi¨®n. Manten¨ªan a los j¨®venes tirados en el suelo por las balas que ca¨ªan sobre la parroquia. ¡°Fue un dolor muy grande ver la sangre correr en la sala de nuestra casa cural. Se siente impotencia. ?Qu¨¦ pod¨ªamos hacer? Orar, confiar en Dios. ?C¨®mo pod¨ªamos detener eso?¡±, lamenta.
Mientras ellos hac¨ªan frente al asedio, el cardenal Brenes y el sacerdote polaco Stanislaw Sommertag negociaban con el Gobierno el fin del ataque y la liberaci¨®n de los estudiantes. Tras 17 horas traum¨¢ticas, fueron liberados en la Catedral Metropolitana de Managua.
Alvarado est¨¢ dolido por las acusaciones de Ortega contra la Iglesia y los obispos, a quienes el jueves, en el acto del 39 aniversario de la revoluci¨®n sandinista, llam¨® golpistas: ¡°En ning¨²n momento puede decirse que la Iglesia sea golpista, lo que est¨¢ buscando la Iglesia es colaborar para que el pa¨ªs vuelva a la paz y se solucione toda esta situaci¨®n. Fue el presidente quien solicit¨® a la Conferencia Episcopal su mediaci¨®n. La misi¨®n que ha estado realizando la Iglesia es esa: mediar para buscar la soluci¨®n que implique menos sufrimiento, menos muerte para los nicarag¨¹enses¡±.
Este viernes ofreci¨® por primera vez misa tras el ataque. El templo estaba totalmente lleno. Todos quer¨ªan estrechar las manos o abrazar a Alvarado, considerado un h¨¦roe c¨ªvico en Nicaragua. Ese d¨ªa se rez¨® en misa una oraci¨®n de exorcismo, como parte de una convocatoria de la jerarqu¨ªa cat¨®lica para ¡°exorcizar el mal¡± en este pa¨ªs. ?Qui¨¦n representa el mal en Nicaragua?, se le pregunt¨® a Alvarado. Tras meditar un momento, respondi¨®: ¡°El mal est¨¢ representado en todos los que andan atentando contra las vidas, todos esos encapuchados con armamento militar atacando a civiles, infundiendo el odio en este pa¨ªs¡±.
Mediaci¨®n de la Iglesia
Tras el inicio de las protestas en Nicaragua en abril, el presidente Ortega pidi¨® a la Conferencia Episcopal que fuera mediadora en un di¨¢logo nacional donde se negociara una salida a la crisis, que se cobra ya casi 400 muertos. Los obispos accedieron, pero como condici¨®n pidieron convocar tambi¨¦n a representantes de los estudiantes, acad¨¦micos, empresarios, campesinos y de la sociedad civil. Conformaron la opositora Alianza C¨ªvica.
Las negociaciones est¨¢n estancadas, ya que el Gobierno se niega a discutir las reformas planteadas por los obispos, como adelantar las elecciones. Mientras, han sido los religiosos quienes est¨¢n en las calles exigiendo la liberaci¨®n de los detenidos, tratando de negociar el cese de la represi¨®n ¡ªcomo en Masaya y Diriamba, bastiones de la resistencia¡ª, y han abierto las parroquias para atender heridos o refugiar manifestantes.
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