Colombia eleva la alerta ante las amenazas y la violencia en campa?a

Colombia acude a las urnas el 27 de mayo para elegir al sucesor de Juan Manuel Santos. Lo hace, por primera vez en medio siglo, sin el terror organizado de las FARC. Pero la violencia no ha desaparecido todav¨ªa de la esfera p¨²blica. Las amenazas y los intentos de agresi¨®n han marcado hasta hoy la campa?a electoral. Las autoridades han reforzado los dispositivos de seguridad de varios candidatos de posiciones ideol¨®gicas distintas o antit¨¦ticas, precisamente de los que m¨¢s est¨¢n enfrentados entre s¨ª como Iv¨¢n Duque, Gustavo Petro o Germ¨¢n Vargas Lleras.

Mientras el clima de polarizaci¨®n sigue dominando la contienda pol¨ªtica, este lunes nuevos temores contribuyeron a convulsionar del debate. El ministro del Interior, Guillermo Rivera, confirm¨® que el pasado 26 de abril la Agencia Nacional Inteligencia inform¨® al Gobierno sobre un posible atentado contra el expresidente ?lvaro Uribe. Ninguno de los dos dio pistas sobre la investigaci¨®n, aunque el l¨ªder del Centro Democr¨¢tico se refiri¨® en un comunicado a ¡°criminales locales y extranjeros¡± y el tambi¨¦n exmandatario Andr¨¦s Pastrana, su aliado electoral, apunt¨® a Cuba y Venezuela.

Al margen de las especulaciones sobre la procedencia de los responsables de ese plan, el hecho es que Colombia afronta unas elecciones presidenciales dentro de 20 d¨ªas. Y, aunque lo haga tras el fin de la guerra con las FARC, en medio de un proceso de negociaci¨®n con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y en un contexto de moderado optimismo, el fantasma de la violencia mantiene en vilo a las instituciones. La votaci¨®n en los comicios legislativos celebrados el pasado 11 de marzo transcurri¨® sin incidentes graves por primera vez en d¨¦cadas. No obstante, esta circunstancia no ha bastado para disipar las alarmas y el Ejecutivo ha reforzado tambi¨¦n la protecci¨®n del expresidente ante la amenaza de un atentado.

Uribe, que fue hace dos meses el senador m¨¢s votado, sigue siendo uno de los pol¨ªticos m¨¢s populares de Colombia. En los ¨²ltimos a?os se ha mantenido en la primera l¨ªnea en calidad de f¨¦rreo opositor de los acuerdos de paz con la antigua guerrilla. Tiene una multitud de seguidores y otros tantos detractores. Duque es su candidato y, aunque resulte leg¨ªtimo debatir sobre las coincidencias entre ambos y lo que los separa, es ahora quien encarna la continuidad de su proyecto. Tambi¨¦n es uno de los aspirantes m¨¢s amenazados, al igual que el antiestablishment Petro, exalcalde de Bogot¨¢, quien en marzo sufri¨® un ataque antes de participar en un acto en C¨²cuta, en la frontera con Venezuela. La semana pasada, el propio Petro sali¨® en defensa del exmandatario, quien acababa de recibir unos abucheos y ser increpado durante un mitin. ¡°Estamos yendo hacia un abismo. Yo no comulgo con las ideas de Uribe, pero a un expresidente de la Rep¨²blica no se le puede dar este trato¡±, escribi¨® en Twitter.

Duque, quien hace d¨ªas denunci¨® un plan para atentar con explosivos en su sede de campa?a, manifest¨® su solidaridad con el fundador del Centro Democr¨¢tico y expres¨® su repulsa a las acciones violentas. ¡°Tengo un gran sentimiento de consternaci¨®n por las denuncias que se han hecho hoy sobre un atentado contra la vida del expresidente ?lvaro Uribe. Rechazo cualquier forma de violencia en Colombia y rechazo cualquier forma de violencia que pretenda acallar a quienes hacemos pol¨ªtica¡±.

Esa violencia ha tenido en los ¨²ltimos meses manifestaciones diversas, a la que no ha sido ajeno ning¨²n aspirante, aunque ha afectado en menor medida a Sergio Fajardo y a Humberto de la Calle, que han hecho de la reconciliaci¨®n un elemento esencial de su discurso. A los intentos de coacci¨®n registrados en los actos electorales se suman los insultos y las amenazas, vertidas principalmente en las redes sociales y que han golpeado a periodistas, comunicadores y figuras p¨²blicas como el caricaturista Julio C¨¦sar Gonz¨¢lez, Matador, o Claudia Gurisatti, directora del canal de noticias RCN, por el apoyo expresado a Petro por su madre. La tensi¨®n y los temores, en definitiva, est¨¢n determinando el clima de esta campa?a, que constituye la primera gran prueba de madurez del pa¨ªs despu¨¦s de dejar atr¨¢s un conflicto armado de m¨¢s de 50 a?os.