Colombia debate extraditar exguerrilleros que incumplan el acuerdo de paz

En su primera campa?a presidencial tras haber firmado la paz con las FARC, Colombia no logra pasar la p¨¢gina del conflicto armado. Todav¨ªa falta mucho por saber, y los espinosos esfuerzos por alcanzar la verdad y reparar a las v¨ªctimas se topan con la justicia de Estados Unidos. El inminente caso de Jes¨²s Santrich, excomandante de la guerrilla acusado de narcotr¨¢fico en una corte de Nueva York, no solo ha tensado la implementaci¨®n de los acuerdos, tambi¨¦n reabri¨® el debate sobre la conveniencia de extraditar a los l¨ªderes de los grupos armados que asolaron por medio siglo al pa¨ªs.

El dirigente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n, el partido surgido del acuerdo de paz, fue capturado el 9 de abril, se?alado de conspiraci¨®n para exportar 10 toneladas de coca¨ªna a Estados Unidos. Su caso pone en evidencia, una vez m¨¢s, la tensi¨®n entre los derechos de las v¨ªctimas, contemplados como un eje fundamental del pacto alcanzado en noviembre de 2016, y el deber del gobierno colombiano de cooperar con Washington en la lucha contra el narcotr¨¢fico.

Ante la sorpresiva captura de Santrich, el presidente Juan Manuel Santos dijo que, de ser hallado culpable, no le temblar¨ªa la mano para enviarlo a una c¨¢rcel norteamericana. Pero la decisi¨®n recaer¨¢ casi con seguridad en su sucesor, pues el proceso suele durar en promedio unos 10 meses, aun sin involucrar la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), el sistema de justicia transicional.

Todos los aspirantes en la primera vuelta del 27 de mayo se apresuraron a mostrarse favorables a sacarlo del pa¨ªs. ¡°El que la hace la paga¡±, afirm¨® Iv¨¢n Duque, el l¨ªder de las encuestas que cuenta con el apoyo del expresidente ?lvaro Uribe, mientras Gustavo Petro, representante de la izquierda antiestablishment que marcha en segundo lugar, declar¨® que ¡°si la JEP confirma los hechos... y soy presidente de Colombia, el se?or Santrich ser¨¢ extraditado¡±.

Investido por su autoridad como exnegociador de paz, Humberto de la Calle, rezagado en los sondeos, dijo en un primer momento que lo extraditar¨ªa. Pero despu¨¦s, ante una versi¨®n del Wall Street Journal ¨Cdesmentida por la Fiscal¨ªa colombiana- que apuntaba a un nuevo caso contra Iv¨¢n M¨¢rquez, otro dirigente de la FARC, hizo un llamado a pensar las implicaciones que tendr¨ªa para la paz. ¡°Dados los intereses de seguridad nacional, creo que es la justicia colombiana la que debe examinar a fondo las pruebas¡±.

Su postura no provoc¨® ning¨²n giro en los dem¨¢s aspirantes, pero varias voces han se?alado que extraditar a Santrich ser¨ªa inconveniente. El debate ha revivido argumentos esgrimidos cuando el gobierno de Uribe (2002-2010), f¨¦rreo opositor del pacto con las FARC, decidi¨® extraditar apresuradamente la madrugada del 13 de mayo de 2008, por delitos relacionados con narcotr¨¢fico, a 14 jefes paramilitares que se hab¨ªan sometido a la ley de Justicia y Paz pero segu¨ªan delinquiendo desde la prisi¨®n.

Esa decisi¨®n fren¨® las investigaciones sobre los cr¨ªmenes del paramilitarismo, que inclu¨ªan sus alianzas con la clase pol¨ªtica. Adem¨¢s, varios jefes recibieron un trato indulgente, con penas reducidas por cooperar con las autoridades norteamericanas, y al menos dos incluso obtuvieron la residencia, seg¨²n un reportaje del New York Times.

Un garrote con larga tradici¨®n

La extradici¨®n, con larga tradici¨®n en Colombia, ha sido una importante herramienta pol¨ªtica y disuasoria. En tiempos de los grandes capos del narcotr¨¢fico, a finales del siglo pasado, se acu?¨® la frase de que prefer¨ªan una tumba en Colombia a una c¨¢rcel en Estados Unidos. El propio Santrich ha dicho que prefiere morir antes de ser condenado en una corte norteamericana, y se ha mantenido durante el ¨²ltimo mes en huelga de hambre. Este jueves fue trasladado del hospital El Tunal a una sede de la Conferencia Episcopal, en lugar de la c¨¢rcel La Picota, por razones humanitarias.

El acuerdo con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia prev¨¦ que los exguerrilleros pierdan los beneficios judiciales y puedan ser extraditados si cometen un delito posterior a la firma, como ocurri¨® con Santrich seg¨²n la Fiscal¨ªa. Aunque su caso debe pasar antes por la JEP, para determinar la fecha, y la Corte Suprema de Justicia, la decisi¨®n ¨²ltima recae en el presidente.

En un pa¨ªs donde no existe la pena de muerte ni el indulto presidencial, la extradici¨®n se ha convertido en un poder equivalente para los mandatarios, apunta el polit¨®logo Alfonso Cu¨¦llar, conocedor de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos. ¡°Es un ¡®garrote¡¯ que debe utilizar de manera estrat¨¦gica, y no autom¨¢ticamente¡±, se?ala. ¡°No deber¨ªamos ser tan impulsivos¡±.

Extraditar a Santrich ¡°evitar¨ªa que acuda a la JEP, como ya se comprometi¨® a hacerlo, y puede afectar la desmovilizaci¨®n y reincorporaci¨®n¡± de los excombatientes, con el riesgo a?adido de alimentar las disidencias de las FARC, advierte por su parte el jurista Rodrigo Uprimny, investigador del centro de pensamiento DeJusticia. Argumenta que existe una tradici¨®n jur¨ªdica colombiana sobre el derecho de las v¨ªctimas que deber¨ªa prevalecer.

La extradici¨®n es vista como un castigo ejemplarizante, pero puede ser costosa en t¨¦rminos de verdad y reparaci¨®n, adem¨¢s de enviar el mensaje de que el narcotr¨¢fico es m¨¢s grave que los cr¨ªmenes de guerra m¨¢s atroces.

Los candidatos deben preguntarse ¡°si la responsabilidad hacia adentro no es m¨¢s importante con las v¨ªctimas que la responsabilidad hacia fuera en materia de la lucha contra las drogas¡±, se?ala Sandra Borda, decana de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. ¡°Es mucho m¨¢s importante, en un momento de transici¨®n hacia un escenario de posconflicto tan fr¨¢gil como el que tenemos, darle prioridad a la cuesti¨®n de las v¨ªctimas¡±.

En campa?a, cuestionar la eventual extradici¨®n de Santrich es impopular, entre otras por el marcado rechazo a la exguerrilla entre la mayor¨ªa poblaci¨®n y la desconfianza ciudadana hacia un desprestigiado sistema judicial. Ning¨²n aspirante quiere lucir blando, ni enemistarse con Washington. Pero sorteadas las elecciones, la decisi¨®n presidencial puede tener otras implicaciones. Para entonces, tanto la JEP como la Comisi¨®n de la Verdad estar¨¢n a plena marcha, y en el nuevo Congreso la FARC tendr¨¢ los esca?os garantizados en el acuerdo ¨Cen principio 10, aunque podr¨ªa perder el que ya estaba asignado a Santrich -. Solo entonces el sucesor de Santos definir¨¢ si es conveniente apegarse a la ret¨®rica.