Un a?o de la trama rusa: los tent¨¢culos de Putin acechan a Trump

La pesadilla de Donald Trump cumple su primer a?o. El 17 de mayo de 2017, Robert Mueller fue designado fiscal especial de la trama rusa a espaldas del presidente estadounidense. El objetivo del respetado exdirector del FBI era esclarecer si Trump o su equipo se coordinaron con la injerencia de Mosc¨² en las elecciones de 2016. Ese extremo sigue siendo el mayor misterio. Pero en un a?o, Mueller ha interrogado a buena parte del entorno de Trump, ha confirmado la intromisi¨®n rusa, ha presentado cargos contra 22 personas y empresas, se ha condenado a una y ha logrado que tres exasesores del mandatario se declaren culpables y cooperen con la investigaci¨®n. De fondo, se labra el gran movimiento en la partida de ajedrez: Mueller conf¨ªa en tomar declaraci¨®n de Trump.

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?El presidente tir¨® este jueves de iron¨ªa para arremeter de nuevo contra el fiscal especial, que fue designado por el n¨²mero dos del Departamento de Justicia tras el despido de James Comey como director del FBI. ¡°Felicidades Am¨¦rica, estamos ahora en el segundo a?o de la mayor caza de brujas de la historia estadounidense¡­ y todav¨ªa no hay colusi¨®n ni obstrucci¨®n¡±, escribi¨® en Twitter. ¡°?La ¨²nica colusi¨®n la llevaron a cabo los dem¨®cratas que fueron incapaces de ganar una elecci¨®n pese a gastarse mucho m¨¢s dinero!¡±.

En la v¨ªspera, sin embargo, Trump sufri¨® un duro rev¨¦s de su propio partido. Los republicanos del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado se desmarcaron de sus hom¨®logos en la C¨¢mara de Representantes y respaldaron la conclusi¨®n de las agencias de inteligencia de que el Kremlin orden¨® una campa?a de intromisi¨®n para ayudar a Trump a ser presidente y denigrar a su rival, la dem¨®crata Hillary Clinton. Los miembros del panel del Senado ¡°no ven razones para disputar¡± esa conclusi¨®n, seg¨²n anunci¨® su presidente, el republicano Richard Burr. En cambio, en marzo el jefe republicano de ese mismo comit¨¦ en la C¨¢mara rechaz¨® que Rusia buscara favorecer a Trump y neg¨® que hubiera colusi¨®n con Mosc¨². Este ¨²ltimo asunto todav¨ªa no ha sido examinado por el Senado.

Trump y su entorno han minimizado continuamente que la intromisi¨®n rusa -que solo han admitido en ocasiones y a rega?adientes- buscara ayudar al ahora presidente. Trump incluso dijo creer la negaci¨®n de Mosc¨² aunque luego dio marcha atr¨¢s. En enero de 2017, antes de la toma de posesi¨®n del republicano, la comunidad de inteligencia norteamericana lleg¨® a una conclusi¨®n n¨ªtida: ¡°El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, orden¨® una campa?a de influencia en 2016 contra las elecciones presidenciales de EE UU. El objetivo de Rusia era socavar la fe p¨²blica en el proceso democr¨¢tico, denigrar a la secretaria Clinton y da?ar su elegibilidad y potencial presidencia. Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por Trump¡±.

La interferencia de Mosc¨², mediante la difusi¨®n de propaganda y de informaci¨®n comprometedora sobre los dem¨®cratas que hab¨ªa sido robada, supuso una humillaci¨®n para la democracia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo. As¨ª lo perciben los dem¨®cratas pero tambi¨¦n muchos republicanos, que insisten en la urgencia de evitar que se repita. Pero Trump ve en la injerencia un golpe a su orgullo, un cuestionamiento de su victoria.

Nadie mejor que Mueller encarna ese sentimiento. Trump, de 71 a?os, interpret¨® como una traici¨®n el nombramiento de Mueller, tambi¨¦n neoyorquino y de 73 a?os. En el ¨²ltimo a?o, el presidente se ha embarcado en una guerra feroz para desacreditarle. Ha amenazado con despedirle, pero por ahora no se ha atrevido ante el temor a desatar un hurac¨¢n mayor. Su presidencia se ha convertido en un quebradero de problemas legales. La Casa Blanca est¨¢ repleta de abogados que cambian constantemente. Y la trama rusa, esa ¡°nube¡± que Donald Trump se quej¨® eclipsaba su mandato, es una sombra omnipresente.

Una de las mayores inc¨®gnitas si el presidente aceptar¨¢ ser interrogado por el fiscal especial. Rudy Giuliani, el abogado de Trump, ha sugerido que lo har¨¢ y que Mueller no presentar¨¢ cargos penales contra el mandatario porque seguir¨ªa la directriz del Departamento de Justicia de 1973 y 2000 de que un mandatario en el cargo no puede ser enjuiciado en un tribunal.

La importancia de noviembre

En caso de hallarse un delito, todo depender¨ªa por tanto del Congreso. Una inculpaci¨®n clara de Trump podr¨ªa provocar el inicio de un proceso de impeachment (destituci¨®n) contra el presidente, especialmente si los dem¨®cratas se hacen con el control de la C¨¢mara de Representantes en las elecciones de noviembre. El proceso puede impulsarse ante casos de ¡°traici¨®n, soborno, altos delitos o faltas¡±. Esa amplia interpretaci¨®n hace que todo dependa de la voluntad de los congresistas. Por ejemplo, el impeachment a Bill Clinton en 1998, del que fue exonerado, se present¨® en base a la acusaci¨®n de un delito de obstrucci¨®n a la justicia y de perjurio del presidente en su aventura sexual con Monica Lewinsky.

Mueller, de momento, guarda un silencio absoluto. Sus pesquisas secretas giran alrededor de dos principios: si hubo conchabanza entre el equipo de Trump y el Kremlin; y si, como presidente, Trump ha tratado de obstruir la investigaci¨®n sobre la injerencia rusa, sobre todo al despedir a Comey, que lideraba las pesquisas al frente del FBI.

Pero Mueller tambi¨¦n ha ampliado su foco. Indaga en los acuerdos financieros personales del entorno del presidente, incluidos Paul Manafort, que fue su jefe de campa?a, Michael Flynn, su primer consejero de seguridad nacional, o Michael Cohen, su abogado personal que pag¨® en 2016 a una actriz porno para que no contara su supuesta aventura sexual con Trump. Otra fuente de an¨¢lisis son los contactos, entre las elecciones y la toma de posesi¨®n, del entorno de Trump con personas rusas.

La investigaci¨®n ha entrado en su segundo a?o y Mueller estrecha su cerco a Trump, pero es un enigma su rumbo. Al terminar sus pesquisas, deber¨¢ comunicar sus hallazgos a Rod Rosenstein, el fiscal general adjunto que le design¨®. Su informe final podr¨ªa llegar tambi¨¦n al Congreso que, seg¨²n las conclusiones, decidir¨ªa sobre un proceso impeachment. Una exoneraci¨®n del presidente le supondr¨ªa un espaldarazo may¨²sculo y el fin de su pesadilla.