Colombia, entre la guerra y la supervivencia
El periodista Aitor S¨¢ez reconstruye historias del conflicto en el libro 'Una paz incierta'
Hay una imagen que suele acompa?ar a Aitor S¨¢ez. Es la de una carrera. Con las palabras, la informaci¨®n, los contactos, preparando un viaje en Bogot¨¢ antes de desaparecer durante unos d¨ªas, en un mensaje de WhatsApp enviado de madrugada ¡ª¡°Me voy a Nicaragua, ?alguno se viene?"¡ª o en un hotel de Caracas, este reportero nacido en Barcelona en 1990 siempre est¨¢ a punto de salir corriendo. El objetivo, cada vez, es el mismo: contar una historia. Desde enero de 2016 lo hace en Colombia, donde ha cubierto para medios espa?oles e internacionales la etapa final del proceso de paz con las FARC y el comienzo del llamado posconflicto. Premiado por la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid (APM) como periodista joven 2016, S¨¢ez ha plasmado en un libro su acercamiento al pasado reciente del pa¨ªs, al dolor de las v¨ªctimas, al narcotr¨¢fico, a la violencia, la guerrilla y los paramilitares.
Cr¨®nica de una paz incierta. Colombia sobrevive (C¨ªrculo de Tiza) es un ejemplo de c¨®mo es posible hacer periodismo en un momento complicado para el oficio y en un contexto hist¨®rico dif¨ªcil, lleno de contaminaciones y problemas de seguridad. La idea de supervivencia es, de alguna manera, el hilo rojo que lleva de Soacha y el esc¨¢ndalo de los falsos positivos a Tumaco, ese territorio comanche azotado por las mafias en la costa del Pac¨ªfico, pasando por el secuestro de Ingrid Betancourt y Clara Rojas, el narco visto a trav¨¦s de un sicario y el olvido del pueblo ind¨ªgena ember¨¢.
¡°Colombia es un pa¨ªs de extremos, capaz de lo mejor y lo peor, que ha sufrido 50 a?os de conflicto y luego aparece en los r¨¢nkings entre los pa¨ªses m¨¢s felices, que ha tenido a Garc¨ªa M¨¢rquez y a Pablo Escobar en la misma ¨¦poca y casi en el mismo lugar¡±, recuerda S¨¢ez. Pero la gente ha sabido sobreponerse, o quiz¨¢ no haya tenido m¨¢s remedio. Las v¨ªctimas transmiten a menudo ese prodigio de la existencia que es sobrevivir, situarse en esa tensi¨®n entre la vida y la muerte. ¡°Significa vivir despu¨¦s de la muerte de otro¡±, apunta en el libro el autor, que lleg¨® al pa¨ªs andino tras cubrir en Grecia la crisis de los refugiados.
¡°Llegu¨¦ a Colombia y hubo algo que me impact¨® m¨¢s y es c¨®mo las v¨ªctimas se han anestesiado ante el dolor¡±, reflexiona. Narrar lo que pasa es agradecido, siempre hay alguien dispuesto a bucear en su historia. ¡°L¨®gicamente hay unos l¨ªmites, pero el colombiano en s¨ª es muy abierto. Adem¨¢s, como tienen tan asumido su pasado, no es dif¨ªcil que te lo cuenten¡±.
En cualquier caso, este reportero s¨ª considera haber vivido un ¡°per¨ªodo de gracia¡±, los meses previos al plebiscito de octubre de 2016 y la posterior modificaci¨®n de los acuerdos, en el que era m¨¢s f¨¢cil acceder a situaciones l¨ªmite. ¡°El secuestro y asesinato de los tres periodistas ecuatorianos [el pasado mes de abril] ha marcado un antes y un despu¨¦s¡±, opina. ¡°En esa zona [en la frontera con Ecuador] yo estuve hace un a?o y me reun¨ª con disidencias de las FARC. No sufr¨ª por mi vida. Ahora es imposible. En Tumaco todos los contactos que ten¨ªa se han cambiado de tel¨¦fono, se han mudado¡±.
S¨¢ez, que se reuni¨® con Popeye, sicario de Escobar, para tratar de explicar el abismo del tr¨¢fico de drogas y la ausencia casi total de arrepentimiento, cree que ¡°las series y pel¨ªculas de narcos han hecho mucho da?o a Colombia¡±. La indignaci¨®n, compartida por buena parte de la sociedad, se debe tal vez a que ese boom coincidi¨® con el camino hacia la paz y la reconciliaci¨®n, esto es, un proceso diametralmente opuesto. El pa¨ªs que queda en la retina tras leer esta cr¨®nica es otro. Es un mundo complejo, con memoria y destellos de luz frente a la oscuridad, que busca salir adelante, pasar p¨¢gina, sobrevivir.
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