El Internet de las cosas: una promesa para el desarrollo
Am¨¦rica Latina debe invertir en conectividad a la red para poder aprovechar los beneficios de esta tecnolog¨ªa que est¨¢ cambiando la vida cotidiana
?Has o¨ªdo hablar de los anteojos en cuyos cristales puedes ver el correo electr¨®nico o de la refrigeradora que avisa cuando un producto est¨¢ a punto de vencerse? ?Y del brazalete que env¨ªa una alerta a un equipo m¨¦dico que puede ayudar a una persona de la tercera edad si alguno de sus signos vitales se altera? ?O del sensor conectado a otro dispositivo que registra cu¨¢ntos transe¨²ntes usan un cruce y, a partir de esa data, mejorar el tr¨¢nsito en una zona?
Bienvenido al Internet de las cosas (IdC, o IoT, por sus siglas en ingl¨¦s), la posibilidad de conectar objetos, m¨¢s all¨¢ de computadoras, tabletas o tel¨¦fonos inteligentes, a la red.
Los ejemplos mencionados son solo unos pocos de los miles de usos. Seg¨²n predicciones del sector tecnol¨®gico, para 2023 se espera que las conexiones al Internet de las Cosas alcancen los 3.500 millones.
Hace menos de dos d¨¦cadas esta era una de esas ideas que todos creen ut¨®pica, pero los avances en la innovaci¨®n tecnol¨®gica la est¨¢n haciendo posible. En 2008, la empresa Cisco System ya registraba que hab¨ªa m¨¢s dispositivos conectados que personas. Desde entonces, el IdC es uno de los brazos m¨¢s fuertes en el ecosistema de las Tecnolog¨ªas de la Comunicaci¨®n e Informaci¨®n (TIC).
As¨ª, aunque todav¨ªa no sea un t¨¦rmino conocido por todos, el Internet de las Cosas se asoma cada vez m¨¢s, de forma directa o indirecta, a la vida cotidiana. Desde vacas con chip, monitoreadas desde que nacen hasta que llegan en filetes a las g¨®ndolas de los supermercados, hasta los ¡°edificios inteligentes¡±, los avances en el Internet de las Cosas, la ¡°big data¡± y la inteligencia artificial producir¨¢n transformaciones que reconfigurar¨¢n la manera en la que hacemos todo, o casi todo.
El don de ubicuidad, de interoperaci¨®n de los objetos con los objetos y, en consecuencia, con las personas, las organizaciones y los gobiernos, pueden colaborar con el desarrollo del sector alimentario, la gobernanza, la asistencia sanitaria, la educaci¨®n, las ciudades y el transporte inteligente, entre otros.
Un universo conectado a Internet
La Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en ingl¨¦s), perteneciente a las Naciones Unidas, afirma que el Internet de las Cosas constituye una pr¨®xima fase del desarrollo de la red.
¡°El Internet de las Cosas ampliar¨¢ en gran medida la huella digital. Dicha tecnolog¨ªa conectar¨¢ no solo a personas, organizaciones y recursos de informaci¨®n, sino tambi¨¦n a objetos dotados de capacidades de detecci¨®n, procesamiento y comunicaci¨®n de informaci¨®n digital. Esta infraestructura ubicua generar¨¢ una ingente cantidad de datos, que podr¨¢ utilizarse para incrementar la eficiencia en t¨¦rminos de producci¨®n y distribuci¨®n de bienes y servicios, y mejorar la vida de las personas de formas innovadoras¡±, se?ala el Informe sobre la Medici¨®n de la Sociedad de la Informaci¨®n 2017 de la ITU.
En el documento, la organizaci¨®n afirma que el crecimiento en la disponibilidad de las comunicaciones, especialmente de la telefon¨ªa m¨®vil celular y de la banda ancha m¨®vil ha sido sostenido. Existe una gama de pron¨®sticos, pero todos anticipan el despliegue de miles de millones de objetos conectados para 2020, asegura el estudio.
El n¨²mero de abonos a la banda ancha m¨®vil en el mundo supera actualmente los 50 por cada 100 habitantes. Esto ha mejorado el acceso a Internet y los servicios en l¨ªnea. Es posible, seg¨²n el McKinsey Global Institute, que para 2025 los aportes del IdC a la econom¨ªa global sean entre 3,9 a 11 billones de d¨®lares, lo que corresponder¨ªa, aproximadamente, al 11 % del PIB mundial.
Sin embargo, hay diferencias importantes entre las distintas regiones. La ITU tambi¨¦n se?ala que el n¨²mero de abonos a la banda ancha m¨®vil de los pa¨ªses desarrollados es dos veces superior al de los pa¨ªses en desarrollo. En Am¨¦rica Latina, seg¨²n el informe Global Findex del Banco Mundial, el 55% de los adultos tiene tel¨¦fono celular y acceso a Internet, es decir, 15 puntos porcentuales m¨¢s que el promedio del mundo en desarrollo.
A pesar de las brechas, hoy hay m¨¢s de 3,8 miles de millones de suscriptores m¨®viles ¨²nicos en los pa¨ªses en desarrollo, incluso hay m¨¢s personas con tel¨¦fono celular que con acceso a agua y saneamiento. El Internet de las Cosas puede ofrecer posibilidades para contribuir a cambiar este panorama.
El Internet de las Cosas para el desarrollo
Pese al n¨²mero de suscriptores, aunque hay diferencia entre pa¨ªses, la conexi¨®n a Internet en Am¨¦rica Latina a¨²n debe mejorar: el promedio de velocidades de descarga y carga de la red est¨¢ entre los m¨¢s bajos del mundo (ocupa el quinto lugar entre las seis regiones).
Adem¨¢s, el promedio de propiedad de tel¨¦fonos inteligentes en la regi¨®n en 2015 fue del 42%, seg¨²n los datos de la ITU. Los pa¨ªses tendr¨ªan m¨¢s acceso a los beneficios que aporta el IdC en la medida en que tengan mejor acceso a la internet.
Entonces, lo que est¨¢ ya sobre la mesa no es la certeza de que el Internet de las Cosas, as¨ª como los otros brazos de las TIC y de sus aportes, est¨¢ cambiando el mundo y de sus posibilidades para el desarrollo, sino de los desaf¨ªos que muchos pa¨ªses tienen que superar para que este nuevo enfoque de la tecnolog¨ªa sea una realidad y para que los beneficios que genera puedan ser aprovechados por todos.
El Banco Mundial elabor¨® un informe (en ingl¨¦s) justamente sobre los desaf¨ªos y oportunidades del Internet de las Cosas para generar nuevas plataformas para los gobiernos. Aunque las necesidades se adaptan a cada regi¨®n, y m¨¢s espec¨ªficamente, a cada pa¨ªs, el informe da un panorama general del estado del IdC en las pol¨ªticas p¨²blicas.
Ya se est¨¢n aplicando en algunos lugares en sectores como el transporte, medioambiente, agua y energ¨ªa:
- Sensores instalados en postes de luz que miden y comparten datos ambientales o de contaminaci¨®n (Chicago y Barcelona, por ejemplo).
- Aparatos de GPS que rastrean y dan en tiempo real actualizaciones de la situaci¨®n del tr¨¢nsito (Mississauga en Canad¨¢).
- Medidores inteligentes que monitorean el consumo de energ¨ªa (?msterdam, Se¨²l).
- Sensores que detectan el volumen de basura en los contenedores callejeros (Reino Unido).
A partir de la experiencia en varios pa¨ªses, los expertos concluyeron que a¨²n no existen aplicaciones masivas de la IdC en las pol¨ªticas p¨²blicas, que los marcos regulatorios no est¨¢n actualizados, que muchos proyectos est¨¢n en evoluci¨®n y carecen de un modelo de financiamiento a largo plazo; que a¨²n hay un d¨¦ficit considerable en las competencias y el conocimiento sobre el tema y que a las instituciones a¨²n deben lidiar con problemas en cuanto a la gesti¨®n de los datos, que es un aspecto esencial para aprovechar los beneficios de la Internet de las cosas.
Tomando en cuenta este horizonte de oportunidades y desaf¨ªos, el Banco Mundial est¨¢ estableciendo alianzas para ayudar a erradicar la pobreza y desbloquear nuevos impulsores del crecimiento econ¨®mico a trav¨¦s de los grandes datos del Internet de las cosas.
Marjorie Delgado en productora digital del Banco Mundial
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