Alhucemas desfallece tras la protesta y la dura represi¨®n policial
La ciudad del Rif, sometida a intenso control de las fuerzas de seguridad, malvive con una ca¨ªda de la actividad tur¨ªstica y econ¨®mica
Son las cinco y media de la tarde del martes. En la azotea de la casa de Naser Zafzafi, el desempleado de 40 a?os que se convirti¨® en el l¨ªder de las protestas en el Rif en noviembre de 2016, ondean tres banderas negras descoloridas tras muchas semanas de sol y viento. Es una buena tarde de verano en un lugar que vive en gran medida de los turistas y de los emigrantes que regresan de Europa. Pero la plaza central del pueblo est¨¢ casi vac¨ªa.
Hace siete d¨ªas que un tribunal de primera instancia en Casablanca dict¨® las condenas contra 53 de los cientos de j¨®venes que salieron a las calles en el Rif durante siete meses. A Zafzafi y a otros tres les han asignado 20 a?os de prisi¨®n firme por ¡°atentar contra la seguridad interior del Estado¡±. Tres m¨¢s sufrir¨¢n penas de 15 a?os. Seis han sido condenados a 10 a?os. Para nueve de los detenidos la condena es de cinco a?os y para el resto, entre uno y tres a?os de c¨¢rcel. Adem¨¢s de ellos hay decenas de presos en otras c¨¢rceles del pa¨ªs. Otros tantos escogieron cruzar la frontera sin papeles y no volver.
Ahmed Zafzafi tiene 75 a?os y se expresa en espa?ol. Naser es el segundo de sus cuatro hijos. ¡°La ciudad est¨¢ vac¨ªa, hay mucha tristeza en la calle¡±, comenta. ¡°El que vive en un barrac¨®n como este donde vivo yo y tiene tres banderas negras sobre el tejado ya est¨¢ diciendo muchas cosas. Vivo bajo la tortura moral. En 1956 cre¨ªamos que hab¨ªamos ganado la independencia. Pero esta independencia es solo para los ladrones. Y hay dos pa¨ªses c¨®mplices con esta tortura moral: Espa?a y Francia. Ten¨ªamos esperanza en el nuevo Gobierno de Espa?a. Pero nos ha salido a¨²n m¨¢s hip¨®crita que el PP. Los ¨²nicos que hacen algo por nosotros son los de Podemos. Espa?a tiene miedo de que les lleguen muchos emigrantes desde Marruecos¡±.
Vivo bajo la tortura moral. Y hay dos pa¨ªses c¨®mplices con esta tortura moral: Espa?a y Francia.
Ahmed Zafzafi, padre de Naser, el l¨ªder de las protestas en el Rif
Mohamed Budra, alcalde de Alhucemas por el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2008 por un actual consejero del rey, reconoce que la actividad de la ciudad ha deca¨ªdo en un 70%. Pero cree que la culpa es de quienes iniciaron las manifestaciones de protesta hace a?o y medio. ¡°Vivimos en buena parte de los turistas y los emigrantes y a nadie le gusta ir adonde hay follones y crispaci¨®n¡±, se?ala en perfecto espa?ol. Budra tambi¨¦n asume que hay emigrantes rife?os que temen venir de Europa por miedo a ser detenidos. ¡°Claro que tienen miedo, algunos han cometido delitos, han pedido en Facebook la vuelta de la rep¨²blica. Puigdemont tambi¨¦n tiene miedo a volver a Espa?a. Pero antes de tener miedo tendr¨ªan que haber pensado muy bien lo que hac¨ªan¡±.
Budra opina que en un principio las reivindicaciones del Hirak ¡ªel movimiento de protesta¡ª? eran leg¨ªtimas. ¡°Pero despu¨¦s fueron demasiado lejos. Comenzaron a tirar piedras, a insultar a cargos electos¡ No hab¨ªa necesidad de todo eso. En Alhucemas se ha invertido m¨¢s que en muchas partes de Marruecos. Muchas provincias nos envidiaban porque Su Majestad el rey nos trat¨® como nunca nadie nos hab¨ªa tratado. Adem¨¢s de veranear aqu¨ª, impuls¨® muchos proyectos de infraestructura. El problema es que el Gobierno tard¨® en ponerlos en marcha¡±.
El alcalde tambi¨¦n asume que la tristeza invade Alhucemas. ¡°Hay tristeza en gente de todas las ideolog¨ªas. Entre los que apoyan las manifestaciones y los que no las apoyan¡±.
Son las seis y media de la tarde. La cafeter¨ªa Galaxy era el lugar donde sol¨ªan reunirse Zafzafi y sus compa?eros para organizar las protestas. Haki Mohamed, de 32 a?os, el hijo del due?o, ha sido condenado a 15 a?os. Su padre, Haki Mouzak, cuenta que el hijo quer¨ªa casarse este verano. ¡°Ahora no pretend¨ªa ni siquiera recurrir al tribunal de segunda instancia. Pero yo lo he animado a que lo haga y espero que el siguiente juez corrija este error¡±. El padre de Zafzafi confirma que, finalmente, su hijo tambi¨¦n va a recurrir.
A las nueve de la noche las familias de los presos se re¨²nen en la estaci¨®n de autobuses de Alhucemas para viajar toda la noche hacia Casablanca, como cada madrugada de mi¨¦rcoles, para visitar a los presos y volver en el mismo d¨ªa. Mohamed Yousef es el padre de Hamdaoui, que ha sido condenado a tres a?os. ¡°Cuando estaban los espa?oles en Alhucemas hab¨ªa 50 empresas y una iglesia¡±, comenta. ¡°Ahora hay 120 mezquitas y ninguna empresa¡±.
Es muy dif¨ªcil para un reportero hablar con alguien que no sea familiar de presos. ¡°Estamos todos vigilados. Hay confidentes por todas partes, me pueden sacar fotos si me ven hablando con un periodista¡±, se excusa un vecino. Otro habitante de Alhucemas relata lo que aconteci¨® con un menor de edad al que conoce muy bien y que se mostraba muy activo en las redes sociales. ¡°Lo llam¨® la polic¨ªa y le ofreci¨® que trabajara como confidente. El chico se asust¨® y ya ha dejado de participar en reuniones y escribir en las redes¡±.
Dificultades
Ouarda el Ajjouri, una activista que estuvo desde el primer momento en el Movimiento (Hirak, en ¨¢rabe) de protestas y sigue apoyando a los familiares de presos, repasa las dificultades econ¨®micas que afrontan ciertas familias. ¡°Hay una madre que tiene a tres hijos presos en tres c¨¢rceles distintas. Hay otra mujer, la esposa de Mohamed Jalluch, que est¨¢ sacando sola adelante a sus tres hijos. Jalluch pas¨® cinco a?os en la c¨¢rcel por las protestas de la Primavera ?rabe. Y ahora le han condenado a otros 10 a?os¡±.
Todas las personas consultadas se?alan que por estas fechas la ciudad sol¨ªa tener muchos m¨¢s turistas en el pa¨ªs, emigrantes que regresan en verano sobre todo desde Holanda, Francia, B¨¦lgica y Alemania. ¡°Muchos de esos j¨®venes temen que los detengan al cruzar la frontera¡±, insiste un vecino. ¡°Desde que encarcelaron a la gente, hay una parte de la di¨¢spora que se ha radicalizado y pide directamente en Facebook y a cara descubierta una rep¨²blica del Rif¡±.
Otro habitante del Rif se?ala: ¡°Las autoridades locales no organizan actividades porque temen que la gente las boicotee. Las asociaciones vecinales tampoco montan nada por miedo a verse se?aladas. Hay menos polic¨ªas que hace un a?o, pero todo el mundo se sabe vigilado. Se han cerrado algunos negocios. Ahora, todo es tristeza y penuria¡±.
Cr¨ªticas para el m¨¢ximo responsable de la polic¨ªa
Hoy en d¨ªa, apenas se organizan manifestaciones en Alhucemas. Los familiares de los presos se quejan de que han intentado reunirse varias veces para crear una asociaci¨®n y las autoridades se lo han prohibido. Tras un a?o y medio desde que estallaron las protestas, la polic¨ªa ha logrado imponerse en la calle. Pero el coste es muy alto: cientos de detenidos, otros tantos huidos, un joven muerto tras el impacto de un proyectil en una manifestaci¨®n y una desconfianza creciente hacia el Estado.
Despu¨¦s de que este diario publicase el lunes un art¨ªculo sobre Abdelatif Hamuchi, el director general de la polic¨ªa, m¨¢ximo responsable policial en la lucha antiterrorista y en la represi¨®n de las protestas en Marruecos, el sitio digital marroqu¨ª Le Desk?¡ªuno de los pocos medios cr¨ªticos con el Estado¡ª lament¨® que el art¨ªculo no hiciera hincapi¨¦ en el trabajo en primera l¨ªnea que desempe?a Hamuchi "en la reducci¨®n de las libertades". El periodista Ali Amar considera que el m¨¢ximo responsable de la polic¨ªa tiene un papel primordial en la "represi¨®n feroz de las manifestaciones, en las manipulaciones medi¨¢ticas, en la vigilancia del Estado y en el no respecto de los Derechos del Hombre".
Varios vecinos de Alhucemas que prefieren mantenerse en el anonimato coinciden con la visi¨®n de Amar. ¡°Mientras a Hamuchi le cuelgan medallas los Gobiernos de Espa?a y Francia, aqu¨ª en Alhucemas nos tiene asfixiados¡±, se?ala uno de ellos.
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