Cuando los olvidados de Marruecos dicen basta
Tras m¨¢s de un a?o de manifestaciones en el Rif otros municipios se rebelan contra el abandono y la falta de empleo
Primero fue Alhucemas. La muerte de un vendedor de pescado triturado en un cami¨®n de basura sac¨® a la luz en el Rif un magma de descontento enorme. Nac¨ªa as¨ª en noviembre de 2016 el llamado Hirak Chaabi (Movimiento Popular, en ¨¢rabe), una asociaci¨®n que no respond¨ªa a ning¨²n partido. Hoy, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, hay 400 rife?os encarcelados o procesados a causa de aquellas manifestaciones. Las protestas en el Rif parecen controladas, aunque no extinguidas. Sin embargo, otros Hirak, con las consiguientes detenciones, han prendido en algunas de las zonas m¨¢s olvidadas del pa¨ªs.
En noviembre murieron 15 mujeres aplastadas en una estampida cuando esperaban un reparto ben¨¦fico de comida en el pueblo sure?o de Sidi Bulaalam. Esa tragedia no desencaden¨® protestas sociales. Sin embargo, el pasado 22 de diciembre fallecieron en el noroeste del pa¨ªs dos hermanos mineros, de 22 y 30 a?os, cuando se inund¨® el yacimiento abandonado de carb¨®n donde trabajaban. Y eso ha despertado el anhelo de justicia social en la zona. Sucedi¨® en el municipio de Yerada (40.000 habitantes), a unos 60 kil¨®metros al sur de Uchda, pr¨®ximo a la frontera con Argelia. El pa¨ªs tom¨® conciencia del tr¨¢fico il¨ªcito de carb¨®n que se registra en esa comarca. La prensa inform¨® sobre las penosas condiciones de vida de la poblaci¨®n, sobre los caciques que se benefician del tr¨¢fico il¨ªcito. Los vecinos reclaman una reducci¨®n en las facturas de luz y agua, la creaci¨®n de alternativas econ¨®micas y justicia contra los pol¨ªticos locales.
El Gobierno ha prometido un plan de urgencia en la zona, pero las movilizaciones prosiguen. Varios sindicatos han convocado para este viernes una huelga general en la zona, y ya es la tercera en menos de un mes. ¡°Hasta ahora hemos obtenido promesas¡±, se?ala Mohamed Elouali, miembro en Yerada de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH). ¡°Y solo ha venido aqu¨ª el ministro de Minas y Energ¨ªa. No hay medidas concretas sobre la mesa¡±.
Las tensiones no se detuvieron ah¨ª. El 11 de enero, en el pueblo de Tendrara, a unos 30 kil¨®metros de Argelia y 140 kil¨®metros al sur de Yerada, result¨® atropellado por un cami¨®n un ni?o de 11 a?os. La ambulancia tard¨® m¨¢s de una hora en llegar, seg¨²n los vecinos, y eso volvi¨® a desembocar en protestas contra el abandono de la zona. Ya en 2005 este diario publicaba un reportaje donde se describ¨ªa c¨®mo la emigraci¨®n era la ¨²nica esperanza para muchos menores de Tendrara. No hab¨ªa una sola casa en donde no hubiera salido alguien hacia Europa. Muchos de ellos llegaron a la Comunidad Valenciana. Ahora hay siete manifestantes condenados a seis meses de prisi¨®n firme.
Khadija Ryadi,?expresidenta de la AMDH y miembro del comit¨¦ consultivo de esta organizaci¨®n, cree que el Hirak del Rif ha animado a protestar a los habitantes de otras zonas del pa¨ªs. ¡°Pero incluso si nadie hubiera salido en el Rif, la situaci¨®n alarmante de estas zonas tambi¨¦n habr¨ªa hecho salir a la gente a las calles. Y eso a pesar de toda la represi¨®n violenta que ha habido¡±.
En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas se han implantado programas de desarrollo que han conseguido disminuir la pobreza. Pero tambi¨¦n han hecho aumentar la esperanza de los ciudadanos David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra
Cuando a¨²n no se hab¨ªan sofocado las protestas en el Rif, entre agosto y septiembre, se produjeron en el pueblo de Zagora (de 30.000 habitantes, en el este del pa¨ªs, a las puertas del S¨¢hara), lo que se conoci¨® como el Hirak del agua, o las manifestaciones de la sed. Cientos de vecinos de se quejaban de la escasez de agua potable y protestaban contra la mala gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos. Hubo 23 detenidos, de los cuales a¨²n ocho permanecen en la c¨¢rcel.
Khadija Ryadi recalca que en Marruecos siempre ha habido pol¨ªticas discriminatorias. ¡°Solo algunas familias de la clase dominante acaparan las riquezas del pa¨ªs, en una econom¨ªa de renta y en una opacidad casi total. El presupuesto de Palacio es enorme en relaci¨®n incluso con ciertas monarqu¨ªas de pa¨ªses ricos. Adem¨¢s, es un tab¨². Nadie, ni siquiera los diputados que aprueban ese presupuesto se atreven a discutirlo. La primavera de 2011 consigui¨® vencer el miedo a protestar. Pero el resultado de las revoluciones que cayeron en el caos ha devuelto el miedo en los marroqu¨ªes. La gente reacciona solo cuando la miseria y la injusticia alcanzan niveles demasiado altos, . Es ah¨ª cuando la gente siente en sus carnes y en la de sus pr¨®ximos la violencia de esas pol¨ªticas de privatizaci¨®n y pillaje¡±.
David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra cree que las ¨²ltimas protestas provienen de contextos locales muy distintos y es muy dif¨ªcil compararlas. Opina que hay quienes pretenden resaltar ciertos elementos comunes para sacar un provecho pol¨ªtico. Tambi¨¦n piensa que el fen¨®meno de las manifestaciones en peque?os municipios aislados y pobres es antiguo en Marruecos.
No obstante, el polit¨®logo asume que hay elementos comunes en esas protestas: ¡°En todas ellas se emplea la palabra Hirak, porque ha tenido ¨¦xito entre los j¨®venes manifestantes de otras ciudades y tambi¨¦n en la prensa. Esa palabra traduce una fuerte ruptura entre los j¨®venes y sus representantes. Los j¨®venes rechazan cualquier v¨ªnculo con las organizaciones pol¨ªticas tradicionales y con los pol¨ªticos locales. Y, adem¨¢s, las protestas suelen suceder en lugares que padecen una escasez cruel de empleo privado¡±.
Goeury afirma que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas se han implantado programas de desarrollo que han conseguido disminuir la pobreza. ¡°Pero tambi¨¦n han hecho aumentar la esperanza de los ciudadanos¡±. A?ade que las autoridades han aprendido las lecciones de Alhucemas y reaccionan cada vez m¨¢s r¨¢pido. ¡°Pero es poco probable¡±, advierte, ¡°que el Gobierno o los Consejos Territoriales consigan responder a corto plazo a la cuesti¨®n de fondo: la falta de empleo privado en las ciudades medianas de la periferia¡±.
¡°Alhucemas es un ejemplo para el resto del pa¨ªs¡±
Reda Benzaza, antiguo portavoz en Alhucemas del Hirak y ahora en el exilio, cree que la influencia de las protestas del Rif en las ¨²ltimas protestas registradas en Marruecos es innegable. "Los acontecimientos de Yerada y Tendrara se?alan una tendencia y una l¨ªnea, un hartazgo generalizado. Evidentemente, el Hirak y sus valores pac¨ªficos son un ejemplo para el resto del pa¨ªs. Lo que nunca cambia es la respuesta por parte del Estado: represi¨®n y encarcelaciones para retrasar el fin de un modelo basado en la desigualdad, vulneraci¨®n de los derechos humanos y corrupci¨®n sistematizada en todas sus escalas".
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