La lucha de una madre por el aborto terap¨¦utico en Costa Rica
Una mujer, obligada a dar a luz a un beb¨¦ sin posibilidades de sobrevivir, busca soluciones ante la CIDH

Cuando supo que estaba embarazada de nuevo, Aurora (nombre ficticio) rompi¨® a llorar. El miedo la copaba. Hac¨ªa dos a?os hab¨ªa sido obligada a dar a luz a un beb¨¦ desmembrado que muri¨® en minutos, como hab¨ªa previsto el pron¨®stico m¨¦dico. Las ganas de ser mam¨¢ estaban intactas, pero tambi¨¦n el recuerdo de la cara del beb¨¦ que las enfermeras le mostraron antes de llevarse el cuerpo y dejarla sola en una sala donde otras madres daban el pecho por primera vez a sus reci¨¦n nacidos.
Tras aquella traum¨¢tica experiencia, Aurora decidi¨® demandar ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Estado de Costa Rica, que en 2012 le neg¨® acceso al aborto terap¨¦utico. Una demanda que retom¨® el pasado 21 de junio.
Aunque el C¨®digo Penal costarricense permite interrumpir el embarazo para proteger la vida y la salud de la madre, la falta de reglas claras provoca temor en muchos m¨¦dicos y no siempre se cumple la ley. ¡°?l es mi motor [para mantener su batalla contra el Estado]¡±, afirma Aurora, de 38 a?os, en referencia al beb¨¦ al que ella y su esposo enterraron la ma?ana siguiente de su nacimiento con el nombre de Emanuel, sin saber si era hombre o mujer.
Emanuel muri¨® al nacer el 29 de diciembre de 2012. Despu¨¦s vinieron depresiones, miedos y complejos junto al sue?o de ser mam¨¢. Tambi¨¦n vino el segundo embarazo ¡ª¡°un calvario, con revisiones cada dos semanas¡±¡ª y los vaivenes pol¨ªticos sobre el aborto desde los ¨¢ngulos de la salud, los derechos humanos o la religi¨®n. Aurora lo recuerda llorando, como lo recordaba cuando entr¨® a quir¨®fano para dar a luz a la ni?a que ahora tiene tres a?os.
El Gobierno anterior, de Luis Guillermo Sol¨ªs, prometi¨® a Aurora aprobar un reglamento t¨¦cnico que aclarara las situaciones en las que se puede aplicar el aborto terap¨¦utico y evitar as¨ª que quedara a discreci¨®n de los m¨¦dicos. A cambio, ella acept¨® retirar su denuncia ante la CIDH. El Ejecutivo incumpli¨® sin embargo su promesa y Aurora deposit¨® en la ¨²ltima campa?a electoral ¡ªmarcada por la exacerbaci¨®n del conservadurismo religioso y en la que el actual presidente se enfrentaba en las urnas con el evang¨¦lico Fabricio Alvarado¡ª sus esperanzas en el ahora presidente, Carlos Alvarado.
Pero, tras dos meses en el poder, las se?ales del Gobierno no son alentadoras. El debate sobre el aborto terap¨¦utico est¨¢ ahora abierto en los medios y en las redes, y es un enfrentamiento casi diario entre pol¨ªticos y activistas. Corrientes conservadoras religiosas se oponen a la reglamentaci¨®n de esa ley y el Gobierno progresista de Carlos Alvarado no lo tiene entre sus prioridades.
As¨ª las cosas, Aurora rompi¨® hace menos de un mes el arreglo preliminar con el Estado y retom¨® el proceso en la CIDH, con el objetivo de que sea la Corte la que ordene al Estado ¡ªcomo ya ocurri¨® en 2012 para permitir la fertilizaci¨®n in vitro o el pasado enero con la legalizaci¨®n del matrimonio homosexual¡ª dictar las normas necesarias para asegurar a las madres el acceso al aborto terap¨¦utico. De hecho, fuentes internas de la Canciller¨ªa costarricense consideran que es inminente un juicio internacional contra Costa Rica.El de Aurora es uno de los dos casos que podr¨ªan llevar a Costa Rica a un juicio internacional. La otra es A. N., que acudi¨® a la CIDH en 2008 con una petici¨®n similar tras haber sido obligada a llevar a t¨¦rmino un embarazo en el que el feto naci¨® muerto.
Temor de los activistas
¡°Me siento burlada¡±, asegura Aurora tras haber escuchado al presidente Alvarado enumerar las prioridades del pa¨ªs: combatir el d¨¦ficit creciente hacia el 7% del PIB y rebajar el endeudamiento del Gobierno, de un 50%; reducir el desempleo que ronda el 10%; y poner fin al goteo imparable de asesinatos, consecuentes en su mayor parte de los enfrentamientos entre el narco. ¡°Yo s¨¦ que la discusi¨®n del aborto es una discusi¨®n que polariza el pa¨ªs¡± y ¡°distrae la atenci¨®n de estos temas prioritarios¡±, lleg¨® a afirmar el presidente en una rueda de prensa el pasado 5 de julio.
El temor de los activistas es que se haya impuesto la influencia del ministro de la Presidencia, el conservador Rodolfo Piza, o la presi¨®n de diputados conservadores cuyos votos ser¨ªan claves para aprobar en pr¨®ximos meses una reforma fiscal de alto inter¨¦s para el Ejecutivo.
Por eso Aurora se mantiene activa en la denuncia internacional. ¡°Es muy duro. Yo soy una persona muy fuerte y he tenido apoyo de mi familia, pero a veces una se quiebra. Es cuando yo recuerdo la carita de mi beb¨¦ como si fuera una foto y siento fuerza para seguir¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.