Brasil hace un cord¨®n sanitario para aislar al ultraderechista Bolsonaro
El camino electoral parec¨ªa despejado para el exmilitar, pero no ha recibido m¨¢s que negativas de sus potenciales aliados
La carrera por la presidencia de Brasil para suceder a Michel Temer ha comenzado a coger forma con la apertura del plazo para que los partidos decidan los candidatos para las elecciones de octubre. Con el l¨ªder en las encuestas en prisi¨®n ¡ªel expresidente Lula da Silva, con un 33% en intenci¨®n de voto, seg¨²n el instituto Ibope¡ª, el camino parec¨ªa despejado para el segundo, el excapit¨¢n del Ej¨¦rcito Jair Bolsonaro, un ultraderechista con un 17% de apoyo. Pero Bolsonaro, que se present¨® el domingo por el min¨²sculo Partido Social Liberal, no ha recibido m¨¢s que negativas de los que parec¨ªan sus posibles aliados.
Bolsorano, de 63 a?os, candidato del Partido Social Liberal (PSL), est¨¢ experimentando c¨®mo le cerraban las puertas los principales partidos de centroderecha, con los que podr¨ªa formar alianza para fortalecer su candidatura. Primero fue el Partido da Rep¨²blica (PR), uno de los m¨¢s importantes entre los cinco centroderechistas, el que el pasado martes se neg¨® de forma definitiva a formar una coalici¨®n con Bolsonaro; algo que le garantizaba m¨¢s tiempo de televisi¨®n y m¨¢s dinero para la campa?a. Ese mismo d¨ªa, el exmilitar intent¨® cerrar filas con el excomandante de las fuerzas brasile?as en Hait¨ª, el general Augusto Heleno (del Partido Republicano Progresista), visto como una segunda opci¨®n para la vicepresidencia. Pero el pacto tampoco sali¨® adelante.
Para los partidarios de Bolsonaro la alianza m¨¢s importante deb¨ªa concretarse con el PR, porque de esa manera contar¨ªa con un senador evang¨¦lico, Magno Malta, para ganar espacio entre el electorado religioso. Sin embargo, las exigencias del ultraderechista para sellar el pacto eran inviables. ¡°Bolsonaro quer¨ªa que no estuvi¨¦ramos con ¨¦l en R¨ªo de Janeiro ¡ªdonde su hijo, Eduardo Bolsonaro, se presenta como diputado federal¡ª y que no apoy¨¢ramos al Partido de los Trabajadores (PT) en otros dos Estados, como Bah¨ªa y Minas Gerais¡±, explica un pol¨ªtico que estuvo en las negociaciones. Unos 144 millones de electores ir¨¢n a las urnas en Brasil en octubre para votar al futuro presidente y los gobernadores de los 27 Estados del pa¨ªs, adem¨¢s elegir¨¢n a sus diputados y senadores. Los partidos, por tanto, quieren ser m¨¢s competitivos en las regiones m¨¢s importantes, justamente en las que Bolsonaro quer¨ªa poner restricciones.
Si por un lado el exceso de confianza del exmilitar lo ha colocado bien entre la poblaci¨®n, el ajedrez pol¨ªtico que comienza ahora lo acaba de aislar. Bolsonaro ha intentado imponer sus propias reglas, unas que evidentemente lo beneficiaban a ¨¦l y que perjudicaban a sus potenciales aliados, as¨ª que los partidos se han ido distanciando de un candidato que en cada evento p¨²blico promueve discursos groseros que afectan a las minor¨ªas, a las mujeres y a las instituciones democr¨¢ticas. En una entrevista reciente avis¨® de que si sale elegido cambiar¨¢ la Constituci¨®n para aumentar de 11 a 21 los jueces de la Corte Suprema durante su Gobierno, imitando la estrategia del venezolano Hugo Ch¨¢vez en 2004, y de los militares en Brasil durante la dictadura (1964-1985).
Contrarrestar el rechazo del voto femenino
El l¨ªder ultraderechista empez¨® a recibir un rechazo generalizado entre las mujeres desde que asegur¨® que ellas deb¨ªan cobrar menos que los hombres por un mismo trabajo porque se quedaban embarazadas. Para contrarrestar el sinf¨ªn de cr¨ªticas que ha recibido por aquellas palabras, Bolsonaro decidi¨® proponer el pasado viernes a una mujer para el puesto de vicepresidenta. Se llama Janaina Paschoal, una abogada que se hizo famosa por haber defendido el proceso de impeachment de Dilma Rousseff. Adem¨¢s, para ablandar el coraz¨®n de las mujeres, el ultraderechista del Partido Social Liberal ha empezado tambi¨¦n una campa?a para defender que el verdadero empoderamiento femenino llegar¨¢ cuando se les permita portar armas para defenderse.
El ultraderechista nunca ha escondido su aprecio por las Fuerzas Armadas, y ya dijo que espera que la mitad de sus ministros sean militares. Ya sorprendi¨® cuando vot¨® a favor del impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff y anunci¨® que apoyaba al general Brilhante Ustra, verdugo que comand¨® la tortura a Rousseff durante la dictadura, y que promov¨ªa cosas como obligar a los hijos de los presos pol¨ªticos a ver c¨®mo sus padres eran torturados.
Tiene, sin embargo, el apoyo de una parte de la poblaci¨®n, en su mayor¨ªa hombres de clase media, que ven en ¨¦l a un candidato valiente de lengua suelta, contrario a la dictadura de lo pol¨ªticamente correcto, incluidas las causas de las mujeres y los grupos LGBT. En un encuentro con empresarios ¡ªtodos blancos en un pa¨ªs de mayor¨ªa negra¡ª fue aplaudido en seis ocasiones. Una cuando cont¨® que quer¨ªa a los militares en su Gobierno. ¡°S¨ª que quiero a generales en los ministerios. ?Cu¨¢l es el problema? El anterior pon¨ªa a terroristas y corruptos y nadie le dec¨ªa nada¡±, aleg¨®, en referencia a los Gobiernos de Dilma Rousseff y Lula. Bolsonaro arranc¨® tambi¨¦n el aplauso de sus seguidores cuando asegur¨® que le est¨¢n quitando la alegr¨ªa de vivir a la gente porque no pueden hacer m¨¢s chistes de afrodescendientes, sin tener en cuenta que el 50% de los brasile?os son negros.
M¨¢s armas y m¨¢s penas
Carism¨¢tico y con frases de efecto para presentar soluciones f¨¢ciles a problemas complejos, el ultraderechista gan¨® m¨²sculo gracias a la ola de cr¨ªticas que recibi¨® el Partido de los Trabajadores cuando destituy¨® a Rousseff en agosto de 2016. Popular en las redes sociales, siempre comparte v¨ªdeos del entusiasmo que despierta entre sus electores en distintas ciudades.
Habla de s¨ª mismo como un hombre honesto, que no tiene ninguna denuncia por corrupci¨®n y que defiende una pol¨ªtica r¨ªgida en seguridad p¨²blica. Quiere penas m¨¢s severas para los homicidas, m¨¢s poder para la polic¨ªa, la libre adquisici¨®n de armas y la castraci¨®n qu¨ªmica para los violadores.
Aislado pol¨ªticamente, ahora acusa a los que lo abandonan de ser los mismos que patrocinan la corrupci¨®n del sistema pol¨ªtico en el pa¨ªs. Es apenas el primer round en la campa?a electoral de Brasil que empieza oficialmente el 15 de agosto, cuando todas las candidaturas ser¨¢n presentadas oficialmente.
¡°Le votar¨¦ a ¨¦l porque estoy harto de pol¨ªticos robando¡±
El diputado federal ultraconservador Jair Bolsonaro confirm¨® el domingo durante el congreso de su formaci¨®n, el Partido Social Liberal (PSL), que se presenta a las elecciones presidenciales de Brasil en octubre de este a?o. Seg¨²n la legislaci¨®n electoral del pa¨ªs, tendr¨¢ derecho solamente a ocho segundos para divulgar sus ideas en cada bloque de propaganda gratuita de radio y televisi¨®n, ante los m¨¢s de cuatro minutos que tendr¨¢ el candidato Geraldo Alckmin, exgobernador de S?o Paulo. ¡°Quiero dar las gracias a Alckmin, que logr¨® reunir los partidos que peor tenemos en el pa¨ªs¡±, dijo Bolsonaro, ante los aplausos de 3.000 personas que hab¨ªan acudido a verle y o¨ªrle, seg¨²n la organizaci¨®n del evento. ¡°No tenemos un gran partido, no tenemos mucho dinero, no tenemos tiempo en la televisi¨®n, pero les tenemos a ustedes¡±, asegur¨® el candidato.
En el acto estuvieron conocidos pol¨ªticos y militares de ultraderecha. Los asistentes, con camisas y banderas de Brasil, jaleaban al candidato. ¡°Votar¨¦ a Bolsonaro porque estoy verdaderamente harto de tantos pol¨ªticos robando. No s¨¦ si ¨¦l es bueno o no, pero mi voto es de indignaci¨®n¡±, resumi¨® el jubilado Tubiraci Alves dos Santos, de 71 a?os. ¡°Es una persona del todo honesta, que habla de una forma directa sobre c¨®mo solucionar nuestros problemas¡±, opin¨® Erson da Silva, de 28 a?os.
Bolsonaro no solo arremeti¨® contra establishment pol¨ªtico en general, sino tambi¨¦n contra la izquierda y la prensa. El ultraconservador apost¨® adem¨¢s por el discurso del odio y del miedo hacia temas como el aborto, la "ideolog¨ªa de g¨¦nero" en las escuelas, la legalizaci¨®n de las drogas, la liberaci¨®n de las armas y hasta el pacto de Par¨ªs sobre el clima.
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