El norte de ?frica deniega a la UE instalar campos para migrantes
La propuesta de Bruselas de crear "plataformas de desembarco" fuera de la UE topa con la negativa de Marruecos, Argelia, T¨²nez, Libia y Egipto
La Uni¨®n Europea no podr¨¢ contar en el norte de ?frica con ning¨²n pa¨ªs dispuesto a instalar en su territorio campos de acogida para los migrantes expulsados de Europa o rescatados en el Mediterr¨¢neo. Tras una cumbre que se prolong¨® 14 horas, los l¨ªderes europeos acordaron el martes 28 de junio crear centros fuera de la UE donde alojar a los migrantes que reclaman asilo en el bloque comunitario mientras se procesan sus peticiones. Esta era una de las propuestas centrales del ¨²ltimo plan comunitario para abordar la espinosa cuesti¨®n migratoria, concebido sin consultar a los pa¨ªses que tendr¨ªan que hacerse cargo de esos campos. En apenas un mes, todos los afectados, desde Rabat a El Cairo, han ido expresando su rechazo.
Argelia
El primero en hacerlo fue el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Abdelkader Messahel. Justo al d¨ªa siguiente de la cumbre, Messahel concedi¨® una entrevista a la emisora francesa Rfi, en la que se?al¨®: ¡°Yo creo que los europeos tienen suficiente capacidad, medios e imaginaci¨®n para gestionar estas situaciones¡±. El periodista le insiste:
-Entonces, ?eso quiere decir que no habr¨¢ zona de desembarco en Argelia?
-Lo hemos dicho. Est¨¢ excluido que Argelia abra cualquier zona de retenci¨®n.
Marruecos
Al d¨ªa siguiente, el jueves, lleg¨® la respuesta de Marruecos. El ministro de Asuntos Exteriores marroqu¨ª, Naser Burita, es un hombre de maneras suaves, que habla en un tono muy bajo, sin estridencias. Sin embargo, esa cualidad no le impidi¨® expresarse con absoluta rotundidad sobre este asunto. Al lado de Burita se encontraba el ministro espa?ol de Exteriores, Josep Borrell, quien acababa de afirmar durante su primer viaje oficial al exterior que Espa?a pretende mantener sus ¡°excelentes¡± relaciones con Marruecos, ¡°profundizarlas y diversificarlas¡±. Sin embargo, Burita no dej¨® el m¨ªnimo espacio para la negociaci¨®n en ese terreno. Declar¨® que Marruecos siempre ¡°ha rechazado y rechaza¡± en su territorio los centros de internamiento para migrantes extranjeros. Y a?adi¨® que el problema de la inmigraci¨®n debe plantearse ¡°lejos de soluciones f¨¢ciles y mecanismos contraproducentes¡±.
Marruecos y Argelia mantienen una enconada disputa dentro de la Uni¨®n Africana (UA) a causa del S¨¢hara Occidental, territorio que Rabat considera marroqu¨ª mientras Argelia apoya a la Rep¨²blica ?rabe Democr¨¢tica Saharaui (RASD). La disputa diplom¨¢tica es constante. Se lucha por cada peque?o gesto, cada visita o declaraci¨®n de cualquier mandatario africano. El rey Mohamed VI ha visitado desde octubre de 2016 al menos 14 pa¨ªses africanos, como recordaba la semana pasada el semanario The Economist. Ni Argelia ni Marruecos querr¨ªan aparecer ante el ?frica subsahariana como un Gobierno que encierra a sus vecinos contra su voluntad.
T¨²nez
En unos t¨¦rminos parecidos a los de Rabat y Argel se expres¨® tras la cumbre europea el embajador tunecino para la Uni¨®n Europea, Tahar Cherif. Por motivos log¨ªsticos y pol¨ªticos, T¨²nez podr¨ªa ser el candidato ideal para albergar este tipo de centros. Sus costas son las m¨¢s cercanas a la zona mar¨ªtima donde son rescatados la mayor¨ªa de migrantes que zarpaban de la franja occidental de Libia. Adem¨¢s, su transici¨®n democr¨¢tica parece bastante consolidada y es el pa¨ªs de la regi¨®n que recibe un mayor volumen de fondos de ayuda de la UE per c¨¢pita. No obstante, el rechazo por parte de su clase pol¨ªtica y opini¨®n p¨²blica es categ¨®rico.
¡°Para T¨²nez, la creaci¨®n de centros de acogida es una l¨ªnea roja. Es una posici¨®n que viene de lejos y, en parte, est¨¢ marcada por su mala experiencia durante la guerra libia, cuando cruzaron la frontera miles de refugiados¡±, apunta Valentin Bonnefoy, investigador de la ONG tunecina FTDES especializado en migraciones. M¨¢s de siete a?os despu¨¦s de la Revoluci¨®n, el pa¨ªs magreb¨ª no cuenta todav¨ªa con una ley de asilo, algo que numerosos observadores atribuyen a una velada estrategia para evitar convertirse en pa¨ªs de acogida. Con una opini¨®n p¨²blica hostil a la idea, una econom¨ªa que no despega y las elecciones legislativas y presidenciales perfil¨¢ndose ya en el horizonte, no parece que las presiones de la UE puedan surtir efecto.
Egipto
El Gobierno de Egipto no quiso ser la excepci¨®n, y aunque de una forma no tan inmediata y categ¨®rica, tambi¨¦n rechaz¨® tal posibilidad. ¡°Las instalaciones de recepci¨®n de migrantes de la UE en Egipto violar¨ªan las leyes y la Constituci¨®n de nuestro pa¨ªs¡±, declar¨® el presidente del Parlamento, Ali Abdel Aal, en una entrevista al diario alem¨¢n Welt am Sonntag. El veterano pol¨ªtico se refer¨ªa al art¨ªculo que garantiza a todo individuo la libertad de movimiento dentro del pa¨ªs, y que chocar¨ªa con un centro cerrado de acogida.
Adem¨¢s, Aal aseguraba que su pa¨ªs ya cuenta con millones de refugiados venidos de pa¨ªses cercanos como Siria, Yemen, Irak o Sud¨¢n, por lo que su capacidad de acogida se halla al l¨ªmite. Seg¨²n, los n¨²meros de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en El Cairo, m¨¢s de 228.000 personas de 58 nacionalidades diferentes est¨¢n registradas como refugiadas, pero el Gobierno considera que la cifra real es mucho m¨¢s alta, pues no todos los exiliados han regularizado su situaci¨®n con ACNUR.
Libia
Pod¨ªa quedar a¨²n la esperanza de Libia, si bien es una opci¨®n que suscita la oposici¨®n visceral de las organizaciones humanitarias, que no lo consideran un pa¨ªs seguro para los migrantes. Diversos informes de la ONU, as¨ª como de Amnist¨ªa Internacional o Human Rights Watch, muestran c¨®mo los migrantes son v¨ªctimas de todo tipo de abusos y maltratos, tanto por parte de las mafias supuestamente encargadas de organizar su viaje clandestino a Europa, como de las milicias que controlan los centros p¨²blicos de detenci¨®n.
En todo caso, el primer ministro, Fayez el Serraj, principal aliado en Libia de la comunidad internacional, tambi¨¦n cerr¨® la puerta a esta posibilidad el pasado s¨¢bado durante un viaje a Berl¨ªn. ¡°Nos oponemos absolutamente al deseo de Europa de que acomodemos a los inmigrantes sin papeles de la Uni¨®n Europea¡±, declar¨® Serraj, que lidera el llamado Gobierno de Unidad de Libia, un Ejecutivo que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, pero no dispone de unas fuerzas militares regulares. Su poder descansa en la fuerza de ciertas milicias. Y su zona de influencia abarca sobre todo, Tr¨ªpoli. Con la cual, su capacidad de acci¨®n es bastante reducida.
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