Seis dedos
Una mano de seis dedos permitir¨ªa un inmenso caracolito para mentarle la madre a los gallos de este pinche sexenio tan pinche
En uno m¨¢s de los lamentables gazapos del gobierno saliente y como para apuntalar el pat¨¦tico desmadre que envuelve a la llamada Reforma Educativa se nos informa que la Direcci¨®n General de Materiales Educativos la reg¨® en la edici¨®n del libro de Matem¨¢ticas para segundo grado de primaria y en una enigm¨¢tica ilustraci¨®n aparece una mano izquierda con seis dedos. Seg¨²n los funcionarios que ahora cargan con el bochorno, se intentaba ilustrar las medidas de longitud no convencionales: dedo, palmo y cuarta y, para intentar sortear el pedo, se escudan en afirmar que seg¨²n la industria editorial hay entre 4 ¨® 5 erratas inevitables en todo libro (lo cual es flaso). Para colmo del flato, los responsables afirman que los seis dedos de una mano no producen ¡°error conceptual ni did¨¢ctico en el tratamiento del tema¡±. Que empiecen las carcajadas y un hilo de hip¨®tesis:
Una cuarta medida con mano de seis dedos no es igual a la mano de un charro a quien le falta el pulgar por florear la reata y ya nos gustar¨ªa saber qu¨¦ sentir¨ªa el Secretario de Educaci¨®n Publica de tener que ponerse c¨²bito prono ante un proct¨®logo minucioso cuya mano enguantada tuviera una ubre de seis y no s¨®lo cinco falanges de auscultaci¨®n. ?Ser¨¢ acaso una velada despedida para un lamentable sexenio? ?Ser¨¢ un secreto mensaje cabal¨ªstico d¨®nde los Iluminatti se colaron en la edici¨®n para que no haya un solo ni?o que olvide la cifra exacta de muertos y desaparecidos que se acumularon en estos pasados seis a?os?
Podr¨ªa ser un velado homenaje al periodista espa?ol Iker Seisdedos o una secreta se?al de que la mayor¨ªa de los curas s¨®lo se saben ¨Ca lo mucho¡ªla mitad de los nombres de los doce ap¨®stoles oficiales (se?al inequ¨ªvoca de que todo ni?o en segundo de primaria debe alejarse cuanto antes del padrecito que lo quiera manosear) o bien, podr¨ªa ser el secreto anhelo burocr¨¢tico de que los entramados inc¨®gnitos de la evoluci¨®n ¨Cseg¨²n Darwin¡ªnos permitan crecer un dedo de m¨¢s, para de veras robar a manos llenas (sobre todo en el sexto a?o de mala administraci¨®n de fondos p¨²blicos) o quiz¨¢ sea un aviso de que por lo menos seis exgobernadores lograron robar lo que nunca se hab¨ªa logrado robar en este valle de l¨¢grimas desde el remoto amanecer en la bruma, cuando seis ind¨ªgenas enmudecidos por el asombro contemplaron al ¨¢guila devorando a una serpiente sobre un nopal con seis tunas.
La errata humana es y volvemos a saber de un desperdicio lamentable de dinero y seguramente, en goteo piramidal, ya le jodieron la plaza y la honra a quien declararon culpable, pero supongo que una inmensa cuarta de la poblaci¨®n, m¨¢s que un palmo y con dos dedos de frente, sue?a con que esa mano de seis dedos se enrosque lentamente en un inmenso caracolito con el que podamos ¨Cuna vez m¨¢s y por lo menos¡ªmentarle la madre a todos los gallos de este pinche sexenio tan pinche.
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