China y Estados Unidos reanudan el di¨¢logo para tratar de desactivar el conflicto comercial
Delegaciones de los dos pa¨ªses se ver¨¢n a finales de mes en Washington, en plena guerra de aranceles
China y Estados Unidos vuelven a intentar encauzar su conflicto comercial tras varios meses sin contactos oficiales. Una delegaci¨®n del pa¨ªs asi¨¢tico viajar¨¢ a Washington a finales de agosto, en un nuevo intento de buscar un acuerdo que paralice la cadena de aranceles impuestos a los productos desde ambos lados y desactive los que penden sobre la enorme cantidad de mercanc¨ªas que se intercambian las dos mayores econom¨ªas del planeta. Las conversaciones se mantendr¨¢n en un clima de desconfianza y con una nueva ronda de aranceles, esta vez valorada en 16.000 millones de d¨®lares por cada lado, que entrar¨¢ en vigor la pr¨®xima semana.
A diferencia de otras ocasiones, las conversaciones no estar¨¢n lideradas por altos cargos de primer nivel. La delegaci¨®n china estar¨¢ encabezada por el viceministro de Comercio, Wang Shouwen, mientras que en el otro lado de la mesa se sentar¨¢ el subsecretario del Tesoro estadounidense, David Malpass, seg¨²n inform¨® el Ministerio de Comercio chino este jueves en un comunicado. En cualquier caso, se trata de los primeros contactos oficiales anunciados al respecto desde que ambos pa¨ªses rompieran negociaciones a finales de mayo. La fecha exacta de la visita no se dio a conocer.
Ambas potencias est¨¢n ya inmersas en la mayor escalada arancelaria de su historia. Est¨¢n en vigor tasas que afectan a mercanc¨ªas por valor de 74.000 millones de d¨®lares (37.000 millones por cada lado, tras una primera ronda de 3.000 y una segunda de 34.000). El pr¨®ximo jueves 23 se le a?adir¨¢n 32.000 millones m¨¢s, 16.000 por cada lado, con lo que el total ascender¨¢ a 106.000 millones. Adem¨¢s, Trump ha amenazado con gravar otros productos chinos por valor de 200.000 millones y Pek¨ªn mercanc¨ªas estadounidenses por 60.000 millones.
Las posiciones siguen estando muy alejadas, principalmente porque Estados Unidos busca cambios dr¨¢sticos que Pek¨ªn no est¨¢ dispuesto a conceder. Tambi¨¦n hay una enorme desconfianza desde la parte china despu¨¦s de que en mayo el m¨¢ximo responsable en asuntos econ¨®micos y comerciales del r¨¦gimen, Liu He, creyera haberse marchado de Washington con un principio de acuerdo bajo el brazo que cesaba las hostilidades, pero que apenas diez d¨ªas despu¨¦s qued¨® en agua de borrajas al no satisfacer a Donald Trump. A la imprevisibilidad del presidente estadounidense se le suma las sospechas de Pek¨ªn de que Washington est¨¢ maniobrando no solamente para reducir su abultado d¨¦ficit comercial, sino para contener su desarrollo. Quiz¨¢s por estas razones se ha apostado primero por un encuentro entre los altos cargos de menor perfil.
China ha respondido con firmeza a las embestidas de la administraci¨®n Trump hasta ahora, pero est¨¢ visiblemente inc¨®moda con la disputa comercial. Los aranceles en vigor apenas han afectado a su potent¨ªsimo sector exportador ¨Clas ventas de productos al extranjero se aceleraron en julio y aumentaron un 12% interanual (una cifra que asciende al 13,3% en el caso de los productos con destino a Estados Unidos)-, pero se observa cierta debilidad de la inversi¨®n empresarial y del consumo de los ciudadanos debido a los vaivenes internos. El conflicto con Estados Unidos a?ade un grado m¨¢s de incertidumbre que se ha hecho notar sobre todo en los mercados financieros. Las autoridades ya han aprobado medidas para apoyar el crecimiento, desde m¨¢s gasto fiscal a una pol¨ªtica monetaria algo m¨¢s flexible. El anuncio de que las conversaciones se reanudan dio un respiro este jueves a las Bolsas de China.
El Ministerio de Comercio chino, pa¨ªs que ha tratado de mostrarse ante el mundo como la v¨ªctima de este duelo, pidi¨® un di¨¢logo con Estados Unidos ¡°basado en la reciprocidad, la igualdad y la integridad¡±. El principio de acuerdo en mayo inclu¨ªa el compromiso de China de incrementar significativamente las compras de productos agr¨ªcolas y de energ¨ªa estadounidenses, con lo que es probable que las negociaciones empiecen de nuevo a partir de este punto. El anterior pacto se alcanz¨® sin cifras espec¨ªficas, lo que probablemente llev¨® a un Trump obsesionado con el d¨¦ficit comercial a descartarlo y a volver a la din¨¢mica de los aranceles. En China, en cambio, fue visto como un buen acuerdo porque no obligaba a rendir cuentas bajo el yugo de una cantidad determinada y permit¨ªa hacer malabarismos entre las reclamaciones de su opini¨®n p¨²blica y las de su principal socio comercial.
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