Kofi Annan, el mejor de los diplom¨¢ticos contempor¨¢neos
El exsecretario general de la ONU alumbr¨® e inspir¨® reformas muy importantes para el derecho y las relaciones internacionales que a¨²n hoy sorprenden por su visionario contenido
Muri¨® Kofi Annan, sin ninguna duda el mejor secretario general que ha tenido la Organizaci¨®n de Naciones Unidas, el que dio un nuevo impulso a una organizaci¨®n que llevaba a?os sin encontrarse a s¨ª misma, que alumbr¨® e inspir¨® reformas muy importantes para el derecho y las relaciones internacionales que a¨²n hoy sorprenden por su visionario contenido. Hoy se escribir¨¢n muchas p¨¢ginas recordando lo mucho que hizo; sus ¨¦xitos y tambi¨¦n ¡ªpor descontado¡ª sus fracasos, sobre los que ¨¦l mismo recapacitaba, y no por conjurar la posible frustraci¨®n, sino por una cuesti¨®n de humildad natural y la conciencia de que podr¨ªan albergar lecciones para otros. Yo quisiera recordar hoy al hombre, al excepcional ser humano, al amigo entra?able, al l¨ªder que siempre actuar¨ªa bajo un sesgo ¨¦tico, cualquiera que fueran las consecuencias.
Kofi Annan fue el mejor de los diplom¨¢ticos contempor¨¢neos, un excepcional modelo para todos los que trabajan en este complejo entorno y ¡ªsobre todo¡ª para los que aspiran a unirse a ¨¦l, porque conceb¨ªa la diplomacia, incluso aquella que se aplica en los conflictos m¨¢s intratables, como una ciencia humana y humanitaria, que deb¨ªa construirse en toda ocasi¨®n con proporciones antropom¨®rficas. Ten¨ªa una capacidad de empat¨ªa ¨²nica, una singular disposici¨®n para la mediaci¨®n.
Recuerdo hoy a la persona que a¨²n muchos a?os despu¨¦s se estremecer¨ªa al recordar tragedias como Ruanda o Bosnia. En cualquier otro secretario general tal vez esa adversidad hubiera conducido a la frustraci¨®n, la melancol¨ªa o al cinismo, a ¨¦l le llev¨® a plantear a la comunidad internacional las preguntas que nadie hab¨ªa hecho nunca, a impulsar la Responsabilidad de Proteger y provocar, con ese cambio tranquilo pero revolucionario en que se sent¨ªa a sus anchas, una de las propuestas m¨¢s audaces que ha conocido el derecho internacional contempor¨¢neo, tan audaz que a¨²n llevar¨¢ muchos a?os metabolizarla.
Ten¨ªa un liderazgo natural. Cuando hablaba con su caracter¨ªstica voz, a pesar de su tono bajo y pausado, todos callaban. Siempre dec¨ªa algo cargado de sentido ¡ªcomo raz¨®n y como sentido com¨²n¡ª ve¨ªa el horizonte ¨¦tico al que no siempre llegaban otros, y acaso por ello tuviera aquella modesta disposici¨®n para marcar el rumbo.
Y ten¨ªa tambi¨¦n un incre¨ªble sentido del humor. Cuando la tensi¨®n bloqueaba negociaciones y debates, o, simplemente, se relajaba con su familia o sus amigos, sabia recordar una divertida historia africana o sorprend¨ªa con una an¨¦cdota o un juego de palabras.
Kofi Annan adoraba Espa?a. Cuando dej¨® la secretar¨ªa general de la ONU me pidi¨® que organiz¨¢ramos en secreto un viaje por Andaluc¨ªa con sus hijos y, por supuesto, su inseparable Nane. Logramos que pasara desapercibido mientras pasaban d¨ªas muy especiales de reencuentro, con la discreci¨®n y sencillez que les caracterizaba. Despu¨¦s de a?os muy duros para su familia, quiso que nuestro pa¨ªs fuera el escenario de tan especial circunstancia.
Hace muy pocas semanas, habl¨¢bamos de nuevos proyectos para tratar de ayudar en Venezuela. A pesar de su edad, manten¨ªa la ilusi¨®n de un veintea?ero, y aunque supiera que podr¨ªa ser severamente criticado, no dudaba en involucrarse en empresas si cre¨ªa en ellas, en ir adelante armado con la valent¨ªa de los hombres justos y tranquilos.
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