Adi¨®s, amigo
Kofi Annan fue un hombre bueno. Que hizo muchas cosas por nosotros, los ciudadanos globales
Su persona irradiaba dignidad. Su porte, su voz, su mirada. Acababa de ser nombrado responsable de las operaciones de paz de la ONU. Le recib¨ª en Sarajevo con enorme alegr¨ªa. Nos conoc¨ªamos de antes y estaba seguro de que dif¨ªcilmente hubiera encontrado un colaborador mejor. Los Balcanes era una de las operaciones m¨¢s importantes de la comunidad internacional y la colaboraci¨®n con las Naciones Unidas era fundamental. Trabajando juntos se ciment¨® una amistad que se mantendr¨ªa para siempre. Poco despu¨¦s, el 1 de Enero 1997, Kofi Annan fue elegido secretario general de la ONU.
El inicio de su mandato no le fue f¨¢cil. Le correspondi¨® suceder a Butros Ghali quien, pol¨¦micamente, fue vetado por Estados Unidos para su segundo mandato. Inmediatamente se hizo con las riendas de una organizaci¨®n que conoc¨ªa bien, llegando a ser uno de los m¨¢s valiosos secretarios generales que la organizaci¨®n ha tenido. Durante su mandato, la ONU fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 2001.
Ser secretario general de la ONU no es tarea f¨¢cil. Se espera de ¨¦l lo que no puede dar; la Asamblea General y el Consejo de Seguridad se encargan de que muchas de sus aspiraciones no vean nunca la luz. No obstante, quiso que su primera iniciativa llevara por t¨ªtulo Renovaci¨®n de las Naciones Unidas, con el aliento suficiente para que contin¨²e su desarrollo hoy. Y un a?o m¨¢s tarde present¨® al Consejo de Seguridad su gran informe sobre Las causas de los conflictos y la promoci¨®n de la paz duradera y el desarrollo sostenible en ?frica.
No debemos olvidar que eran tiempos de grandes conflictos en ?frica y Europa en que algunos llegaron incluso a ser calificados como genocidios. La cuesti¨®n de la intervenci¨®n humanitaria?presionaba con urgencia a la comunidad internacional. De las muchas reflexiones que?aquellos d¨ªas lideraba Kofi Annan, surgi¨® el concepto de responsabilidad de proteger?como obligaci¨®n de los Estados y las organizaciones internacionales de intervenir cuando un Estado, por falta de capacidad o de voluntad, deja de proteger a sus propios ciudadanos. Fue un concepto rompedor, puede que incompleto, pero a finales del siglo XX se hizo un buen uso de ¨¦l permitiendo el encauzamiento de algunos conflictos graves. Siempre me sent¨ª muy solidario con Kofi Annan en esta materia que abri¨® las puertas para que m¨¢s adelante se introdujera la idea de seguridad humana?como gu¨ªa para una pol¨ªtica de pacificaci¨®n.
Pero no solo el conflicto era una preocupaci¨®n para el secretario general. El salto que dio la organizaci¨®n aprobando los Objetivos del Milenio al inicio del siglo fue extraordinario. Se pusieron sobre el tapete desde la ONU los grandes problemas globales que hoy sabemos que no tendr¨¢n soluci¨®n si no es en un marco global. Abrir esos temas desde Nueva York fue una haza?a. Que no tiene marcha atr¨¢s. Ciertamente los lideres de aquellos momentos cre¨ªan en la multilateralidad. Y para decir toda la verdad tuvo Kofi un buen valedor en la persona del entonces presidente Bill Clinton.
No todo fueron ¨¦xitos en el mandato de Annan. El que yo viv¨ª m¨¢s pegado a ¨¦l fue la intervenci¨®n en Irak que dividi¨® al Consejo de Seguridad, a la Union Europea, y a muchos pa¨ªses. Todos sus esfuerzos fueron insuficientes para frenar lo que nadie duda hoy que fue un gran error.
Despu¨¦s de cumplir su mandato sigui¨® haciendo a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre, m¨¢s o menos, lo que siempre hizo pero sin las responsabilidades de un cargo p¨²blico. Segu¨ª trabajando junto a ¨¦l y esperaba verle pronto en la pr¨®xima reuni¨®n de la Comisi¨®n Internacional sobre la Droga de la que los dos form¨¢bamos parte.
Kofi Annan fue un hombre bueno. Que hizo muchas cosas por nosotros, los ciudadanos globales. Y que muchas m¨¢s hubiera hecho si cuando era secretario general de la ONU hubiera encontrado el apoyo y reconocimiento que muerto ¨¦l est¨¢ recibiendo su nombre.
Descanse en paz, quien siempre como natural de Ghana lleg¨® a ser uno de los ciudadanos globales de su ¨¦poca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.