El ultra Bolsonaro se queda mudo ante sus rivales
El candidato derechista a la presidencia de Brasil no logra reducir su nivel de rechazo pero sus adversarios tampoco crecen en popularidad
La campa?a electoral brasile?a se prolonga durante 45 d¨ªas, durante los cuales se celebran nueve debates entre los candidatos. La importancia de estos ¨²ltimos es capital. En un pa¨ªs que no permite la publicidad electoral en medios privados y en los p¨²blicos cede los minutos de propaganda con cuentagotas, cada uno de esos encuentros televisados es la ¨²nica oportunidad que tienen muchos candidatos para dejar huella en el electorado. Los debates trastocan encuestas, vertebran estrategias y est¨¢n llenos de calculad¨ªsimos gestos que dejan entrever los objetivos de cada participante.
Por eso nadie esperaba que el segundo de los nueve, el ¨²ltimo hasta la fecha, que tuvo lugar la semana pasada, resultase tan fat¨ªdico para el candidato favorito, el ultraderechista Jair Messias Bolsonaro. Pero ah¨ª estaba, a sus 63 a?os y su 1,85 de altura haci¨¦ndose m¨¢s y m¨¢s peque?o ante una airada mujer de 60 a?os y 1,65 metros. La evangelista Marina Silva se atrevi¨® a dedicar sus ¨²ltimos minutos de participaci¨®n a echarle un rapapolvo: por su machismo, por su autoritarismo, por su amor por las armas, al Ej¨¦rcito y a las formas de la dictadura brasile?a. Por todos los rasgos, en fin, que le han ganado abucheos dentro y fuera del pa¨ªs pero que tambi¨¦n le han puesto a la cabeza de las encuestas presidenciales desde hace meses, tan solo detr¨¢s de Luiz In¨¢cio Lula da Silva (que est¨¢ en la c¨¢rcel y con toda seguridad no podr¨¢ concurrir). ¡°Usted se cree que lo puede resolver todo a gritos¡±, le espet¨®. ¡°Una madre solo quiere ver a su hijo educado por un ciudadano de bien y usted les ense?a que tienen que resolver las cosas a gritos¡±. ?l, el hombre fuerte, que en sus m¨ªtines coge a ni?os y les incita a hacer el gesto de disparar al p¨²blico con la mano, el que preferir¨ªa ¡°tener un hijo muerto que uno homosexual¡± y cree que las escuelas ¡°ablandan¡± a los chavales, ese hombre no sab¨ªa qu¨¦ contestar.
Aquella imagen borr¨® casi cualquier otra del debate. Aquel exmilitar implacable que hab¨ªa medrado en las encuestas prometiendo autoridad y mano dura a un pa¨ªs ahogado por la violencia era, al fin y al cabo, incapaz de mirar a los ojos a la mujer que le echaba la bronca, como los ni?os con sus profesoras. Al d¨ªa siguiente no se hablaba de otra cosa. El jueves, el exmilitar revolvi¨® el orden establecido en la campa?a: anunci¨® que renunciaba a debatir. ¡°Son formatos antiguos¡±, gru?¨®.
Desde entonces ha estado compensando aquella imagen con otras: las de ¨¦l recibiendo ba?o tras ba?o de masas en una gira de cuatro d¨ªas por los reductos m¨¢s conservadores del interior de S?o Paulo. En uno de ellos volvi¨® a coger a un ni?o: ¡°?Sabes disparar? Dispara¡±. De nuevo el gesto. De nuevo las proclamas sangrientas: ¡°El estatuto que proh¨ªbe la venta de armas a menores de edad hay que despedazarlo y tirarlo a la basura¡±. De nuevo aplausos.
Esas dos im¨¢genes ¡ªel candidato amedrentado y el jaleado por los suyos¡ª, explican la coyuntura de este provocador, a la vez autoritario y antisistema, tras llegar a la campa?a electoral. Ya no es el mismo terreno que la precampa?a, donde pod¨ªa jalear a los medios con pol¨¦micas zafias (por ejemplo: ¡°el negro descendiente de esclavos recibe tantas ayudas que ya no vale ni para procrear¡±).
Bolsonaro parece no ser capaz de dejar ese tono, y con ¨¦l no puede salir de la burbuja de fan¨¢ticos que le aplaude cada pol¨¦mica. Esas que,?seg¨²n Datafolha, provocan el rechazo del 43% de las mujeres, que son el 52% del electorado. El 58% de los brasile?os se opone a su idea estrella, la legalizaci¨®n las armas.
Sin embargo, a d¨ªa de hoy Bolsonaro no parece necesitar salir de burbuja alguna. Sus 11 rivales est¨¢n tan mal vistos que ¨¦l solo necesitar¨ªa un 14% del voto para pasar a segunda vuelta. Si Lula compite como candidato, Bolsonaro tiene un 18% de la intenci¨®n de voto; sin Lula, un 20%. Si bien apostar en contra del crecimiento de los dem¨¢s en una campa?a electoral no es una estrategia a largo plazo, lo mejor que puede hacer es seguir alimentando a sus muchos seguidores en redes sociales y en las ciudades que ya tiene conquistadas: ning¨²n otro puede darse ba?os de masas porque no las mueve. Si nada cambia, con su burbuja estar¨¢ a un paso de la presidencia de la mayor potencia de Am¨¦rica Latina.
Con esos paseos maquilla una ideolog¨ªa mucho m¨¢s d¨¦bil que su imagen. Hace unos d¨ªas organiz¨® un revuelo al decir que Brasil deb¨ªa marcharse de la ONU; despu¨¦s matiz¨® que solo se refer¨ªa al Comit¨¦ de Derechos Humanos. Las rectificaciones son algo com¨²n en ¨¦l, como cuando dijo que iba a subir el n¨²mero de jueces del Tribunal Supremo, como hizo la dictadura, o cerrar el Congreso.
Ha reculado en otra cosa. El viernes anunci¨® que volver¨ªa a los debates, pero solo a algunos. ¡°Si voy a todos, pierdo el contacto con la gente¡±, alert¨®. En ese contacto ahora mismo lo es todo.
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